Quizá incertidumbre sea la palabra que mejor resuma la entrada en el recién estrenado año 2023. Los sectores productivos españoles se enfrentan a nuevos retos, arrastrando todavía los de 2022.
Comenzamos nuestro repaso por los desafíos de los 15 principales sectores de nuestra economía; en orden alfabético os iremos mostrando todos ellos en los sucesivos días.
Aéreo
El sector aéreo fue uno de los más castigados durante la pandemia de la covid-19. Y aunque en el acumulado del año, hasta noviembre de 2022, han recuperado el 88 % de los pasajeros que volaron en 2019 en este mismo período, “todavía no hemos alcanzado las cifras prepandemia”, tal y como subraya Carolina Herrero, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
Además, la incertidumbre por la situación geopolítica derivada de la guerra de Ucrania, la inflación y el alza en el precio de los combustibles, preocupan seriamente al sector. Para continuar hacia delante reclaman a la Administración una serie de medidas urgentes entre las que destaca impedir que se imponga un impuesto al queroseno de la aviación. Según Herrero, esto “conllevaría la pérdida de 4,5 millones de turistas internacionales y cerca de 170.000 empleos si se aplica este impuesto a la aviación europea en 2030. Una medida recogida en la reforma de la directiva de fiscalidad de la energía, ahora a debate en la Unión Europea”.También añade que un impuesto al billete a nivel nacional, además de un impuesto sobre el combustible, provocarían “una caída del 0,9 % del PIB y una pérdida adicional de 236.000 empleos”.
Respecto al objetivo de emisiones netas cero en 2050, asegura que “todos los agentes de la cadena del sector aéreo están adoptando medidas, aunando esfuerzos y coordinando acciones para la consecución de ese objtevo. Se están alcanzando alianzas y acuerdos en favor del desarrollo del combustible sostenible (SAF) o en relación al hidrógeno para posibilitar la aviación propulsada por esta fuente energética”.
Previsiones 2023
Herrero comenta que los datos para la temporada de invierno (octubre 2022-marzo de 2023) “invitan al optimismo”, con la programación de 114,2 millones de asientos desde noviembre hasta marzo de 2023. “Si excluimos del cálculo el mes de marzo –debido a que la segunda mitad de marzo de 2020 la actividad aérea se paró casi por completo debido al confinamiento–, el incremento sería un 4,4 % superior a los niveles de la temporada de invierno de 2019 gracias, principalmente, al incremento de los flujos de Baleares, con un 9,3 % de incremento y, muy especialmente, de Canarias, con una programación de asientos para este invierno un 17,3 % superior a la de 2019”, apunta.
Agropecuario
La Renta Agraria total, en términos reales durante el año 2022, ha experimentado una importante caída del 8,7% respecto a 2021. Este descenso se debe, principalmente, a que el crecimiento del valor de la producción (63.770,2 millones de euros) no compensa el ascenso del coste de los insumos. Según traslada Miguel Padilla, secretario general la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), “producir hoy es un 29 % más caro que hace un año y un 71 % que hace una década”.
¿Qué preocupa?
Los incrementos más significativos se localizan en fertilizantes (62 %), energía y lubricantes (50 %), piensos (35 %) y productos fitosanitarios (20 %). Sin lugar a dudas, el incremento de los costes de producción ha sido el elemento más destacado del sector en 2022. De hecho, “comenzaron a subir a partir de enero de 2021, pero la tendencia se aceleró en los meses de verano y terminamos con un incremento interanual del 30 % en diciembre de 2021. En 2022, el incremento interanual ha alcanzado el 40 % a mediados de año debido al impacto acumulativo que ha supuesto la guerra en Ucrania”, confirma Padilla. Agrega también que esta situación conlleva dos “riesgos fundamentales”. El primero está vinculado al alza del precio de los alimentos para la población, “tendencia que comenzó antes de la guerra de Ucrania y que ahora se ha agravado trasladándose a los lineales de los supermercados, impulsada por la subida de los precios de la energía y las materias primas y también por los recortes de producción debido a la sequía en España. A ello se une un escenario dónde puede producirse un descenso de producción en las cosechas de 2023 por los altos costes de los insumos e incluso dificultades de acceso a algunos de ellos (fertilizantes)”, subraya Padilla.
Cambio climático
El segundo riesgo tiene que ver con la incertidumbre. “Los altos costes de producción nos abocan a un elevado riesgo financiero si se llegase a producir una caída de los precios al productor en las cosechas de 2023. Esto nos lleva a extremar la prudencia porque además se están elevando los tipos de interés y dificultando el acceso al crédito. El problema es que un descenso de la producción presionaría los precios y la inflación al alza”. Con lo cual, “el escenario es tan volátil que es difícil hacer predicciones sobre cómo estaremos dentro de un año”, incide Padilla.
El cambio climático también es un reto impotante para el campo. Las heladas y las sequías han provocado la caída de la producción. Por ejemplo, los cítricos han bajado un 13 %, los cereales de otoño-invierno hasta un 26 % y el estrés por falta de agua y calor redujo los rendimientos en los cultivos de secano hasta en un 80 %, según informa el secretario general de COAG.
Sobre la Reforma de la PAC, que ha entrado en vigor en 2023, Padilla considera que no es justa ni social y “acelerará el proceso de desaparición de las pequeñas y medianas explotaciones del campo español y europeo”. El balance del sector en Comunitat Valenciana, también es rotundo, lo ha hecho el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado, quien muestra cómo las políticas europeas sacrifican al sector agrario español.