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La ingeniería vasca que implantará desde Valencia nuevas fábricas inteligentes

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Cuando hablamos de fabricación avanzada o transformación industrial surgen muchas dudas para la mayoría de empresas que focalizan su día a día en cómo abaratar costes, en cómo optimizar su cadena de valor, o en cómo conseguir ser más ágiles y flexibles.

Para hablar de estos procesos nos acercamos a Sisteplant, compañía española especializada en el desarrollo de soluciones y servicios para la Industria Inteligente, que el pasado año abrió oficinas en Valencia, donde ya venía trabajando desde hace más de 20 años con 150 clientes, entre ellos, empresas tan potentes como Dacsa, Gestamp o Consum.

La ingeniería vasca que implantará desde Valencia nuevas fábricas inteligentes

Hace cerca de siete años la empresa acometió un relevo generacional no familiar dejando la gestión en manos de Ana Santiago que ejerce como consejera delegada. Hablamos con ella y con José Manuel Linares, recientemente nombrado director en Valencia.

– ¿Qué es Sisteplant?

Ana Santiago: Es una ingeniería industrial con sede central en Bilbao que se creó hace 38 años. Actualmente es una empresa familiar. Nació de la mano de una firma de capital riesgo muy tecnológica; pero su accionariado ha ido evolucionando hasta que uno de los cuatro socios iniciales recompró la compañía en el año 2000. Otros de los fundadores continúan trabajando en la empresa que cuenta ya con unas 150 personas en plantilla.

-¿Con qué vocación nace?

– Tenemos una vocación muy marcada de ayudar a la industria y también al sector servicios. Hemos llevado a los servicios buenas prácticas que hemos aprendido en proyectos industriales.

Aunque el origen está en El País Vasco, tenemos vocación nacional, y oficinas en Barcelona, Madrid, Sevilla y también en Valencia. En Valencia llevamos 20 años realizando proyectos y contamos con unos 150 clientes (Aludium, Dacsa, Gestamp, Consum, EMT, Noatum o Proaliment, entre otros); logísticamente acometíamos los proyectos desde Madrid, Barcelona o el mismo Bilbao, pero hace algo más de un año que decidimos implantamos en la región.

Con presencia en Valencia

-¿Por qué ahora?

– Valencia siempre ha sido una región muy atractiva para nosotros; es una región con una gran tradición industrial que también está evolucionando hacia la logística y por supuesto, los servicios.

Creemos que es el momento en el que, con un equipo local, podemos hacernos más fuertes, estar más cerca de los empresarios y ser más ágiles. Ha sido un crecimiento natural.

Ahora mismo contamos en Valencia con un equipo local, el cual se complementa con nuestros referentes técnicos que están distribuidos por todas las oficinas. Al frente del equipo en Valencia está José Manuel Linares.

– Cuando hablamos de fabricación avanzada o de transformación industrial, ¿a qué nos referimos, qué es lo que hace Sisteplant?

– Sisteplant por un lado, es una ingeniería, con un equipo centrado en cómo acometer una transformación industrial integral. Esto es, en cómo digitalizar tu negocio; en cómo reorganizar tu compañía para ser más competitiva –para atacar nuevos mercados, industrializar más rápido un producto, etc.–; y para ello, hacemos labores de consultoría industrial pero también de ingeniería industrial; somos capaces de automatizar líneas de fabricación o de diseñar fábricas que nunca antes habían fabricado un producto.

Por otro lado, otra parte de Sisteplant desarrolla nuestra suite manufacturing intelligence. Es decir, herramientas digitales muy avanzadas que están dotadas de inteligencia y que nos permiten monitorizar procesos en tiempo real; tener un mantenimiento predictivo avanzado; aplicar algoritmos matemáticos e inteligencia artificial a procesos concretos; es decir, crear esa fábrica del futuro –sin papel, extremadamente ágil, flexible y polivalente para dar respuesta a los mercados–.

En resumen, por un lado, ingenieros que definen la estrategia industrial e implantan las mejoras; y por otro, herramientas de software, de desarrollo propio, que nos permiten radiografiar la fábrica en tiempo real y tomar decisiones en tiempo real gracias a la inteligencia artificial.

– ¿Son herramientas pensadas para cada compañía?

– El software es adaptable o parametrizable sectorialmente, porque cada sector industrial tiene unos requisitos diferentes que hemos ido identificando a lo largo de los años. Además, son softwares modulares, en función del sector podemos implantar todos los módulos, parte de ellos o aplicaciones más de nicho.

– ¿Qué os demandan las empresas, fundamentalmente en Comunitat Valenciana?

– Cuando empezamos a trabajar en la región, en el año 2000 hicimos muchas fábricas nuevas en Valencia, principalmente diseñamos los procesos productivos las compañías. La demanda depende también de los ciclos económicos; no es lo mismo lo que nos pedían en la época de bonanza, en la crisis del 2008 o lo que nos están pidiendo ahora. Actualmente, hay una mayor tendencia a desarrollar competividad en precios, en coste. Ten en cuenta que las empresas deben hacer frente al impacto de la inflación, la energía, la falta de materiales… por tanto hablamos de proyectos que van más encaminados a la optimización de la cadena de valor, con un foco concreto en coste.

Adaptar procesos para suministrar series cortas

También nos piden proyectos que tienen que ver con la capacidad de reacción de una fábrica, con modelos de planificación… porque al final cubrimos todo lo que entra dentro del paraguas de la organización industrial. Lo que prima ahora es la adaptabilidad a series más cortas, a productos más personalizados; unido a la competitividad en precio para poder fabricar esos productos más personalizados. Muchas fábricas han sido concebidas para series largas y ahora el consumidor quiere cosas más personalizadas. Por tanto, hay que hacerlo eficientemente y en tiempo y plazo.

– ¿Es esta una tendencia que afecta ya a gran parte de los sectores?

José Manuel Linares: Sí, sobre todo a sectores orientados a retail; estamos observando cómo las empresas están en una vorágine de desarrollo de producto para tratar de incentivar la compra en los lineales y esto les obliga a prepararse muy bien en este sentido.

Ana Santiago: Por ejemplo, en automoción la demanda del coche eléctrico obliga también al replanteamiento de procesos; tenemos fábricas que fueron concebidas para trabajar con unas tecnologías y materiales, que ahora tienen que adaptarse.

Diversificación del negocio tradicional

Otros clientes nos demandan un replanteamiento para diversificar sus productos. Han trabajado tradicionalmente en un sector, conocen muy bien unas tecnologías que ahora pueden ser aplicables a otros sectores –dígase por ejemplo ferroviario o aeronáutico viniendo de la automoción–. La cuestión está en cómo se adaptan a los nuevos requisitos, cómo rediseñan su fábrica y sus procesos para entrar en ese nuevo mercado.

– ¿Hay desconocimiento en el mundo empresarial sobre cómo afrontar la transformación digital del negocio?

José Manuel Linares: En general sí hay un fuerte desconocimiento; hay que ayudar a las empresas a definir primero su roadmap, cuáles son los pasos a seguir, cuál la tecnología que mejor aplica y qué impacto va a tener en el negocio.

Ana Santiago: Se ha hablado mucho de industria 4.0, pero hay mucha confusión. La industria 4.0 no es simplemente comprar programas informáticos y sensores. Industria 4.0 es saber cómo va a ser mi fábrica del futuro (flexible, con capacidad de reacción, conectada…); y para ello, qué tecnologías voy a incorporar y cómo voy a dominar mis procesos.

Es decir, si voy a ir a series más cortas, tengo que reaccionar mucho más rápido y los operarios tienen que «dominar» de otra manera los procesos; tienen que estar mejor capacitados; tienen que ser pequeños ingenieros de proceso para que puedan tomar las decisiones de manera más autónoma y ágil, interpretando a su vez lo que les dice la IA. Eso supone hacer un plan de capacitación y de evolución de esas personas; los mimbres que tiene una compañía son los que tienen que evolucionar. Y por último, abordará la estrategia digital (informática), para disponer del software adecuado.

A menudo se comete el error de primero comprar el software y luego ver para qué lo quiero

De ahí la importancia de los planes que comentaba José Manuel: pregúntate qué quieres ser de mayor; cómo quieres que sea tu fábrica de futuro, o bien; qué debilidades tienes ahora mismo y cómo las vamos a ir complementando, ya sea con nueva maquinaria, con capacitación del personal para sacar el mayor partido a las tecnologías, con el software adecuado… En definitiva, nuestros planes desarrollan varios ejes: tecnológico; informático-digital; formativo de dominio del proceso, etc.

-¿Hay muchas empresas que están en estadios previos a este proceso?

José Manuel Linares: Cada vez hay menos, pero sí que nos encontramos con empresas que todavía son reacias a esa transformación; porque no están viendo realmente que es un driver de competitividad. Afortunadamente ya son las menos.

Por cada euro invertido obtienen 8 de retorno

– ¿La inversión es importante?

– Ana Santiago: Por ello hablamos primero de roadmap: tienes que hacer una estrategia para que, con el corto, vayas financiando el medio y el largo plazo. No se trata de “me lo compro todo mañana”. Sino de decir en qué momento –en función del estado del arte de la tecnología, de tu mercado, de tus características– necesitas apostar más por el digital o más por tecnología habilitadora (sensores, robots colaborativos…).

Ahí está el quid de la cuestión, en cómo haces esa hoja de ruta y en qué momento interviene cada cosa, al tiempo que voy preparando al equipo para poder sacarle el máximo partido a la tecnología.

– ¿Qué retorno de la inversión puede esperar el cliente?

– Por cada euro que invierte en nuestros servicios obtiene de media un retorno de 8 veces lo invertido.

– ¿En cuánto tiempo?

– Depende del contexto del proyecto, pero diría que a partir del primer año. Nuestros proyectos están acotados en espacios temporales, para con el corto, ir financiando el medio y el largo plazo, como te decía.

José Manuel Linares: Además, no solo es un retorno cuantitativo, sino también cualitativo; transformamos organizaciones y con ello facilitamos mucho la vida de las personas que trabajan allí; se genera mucho menos estrés en las organizaciones; se tiene un mayor control; se puede decidir anticipadamente…

– ¿Cuál es vuestro valor añadido dentro del sector?

– Ana Santiago: Destacaría la practicidad en la aplicación de soluciones y su implantación; hechos son amores como dice el refrán, nuestro trabajo siempre se materializa en algo real; además de la empatía con el cliente. Entendemos su necesidad y vivimos sus fábricas como si fueran nuestras.

El prestigio que hemos ganado en estos 38 años no es gratuito. No buscamos un cliente que nos compre solo una vez, sino un cliente que nos quiera como compañeros de viaje, o que cuando nos necesite, se acuerde de nosotros y nos llame. Tenemos clientes muy fidelizados.

– ¿Cuál es el perfil de vuestro cliente?

– Tenemos clientes de todos los tamaños, grandes multinacionales, empresas familiares y también pymes; los tratamos a todos igual de bien; pero tenemos claro qué perfil tenemos delante porque ni su capacidad de inversión, ni los protocolos de toma de decisiones, ni otras muchas cuestiones son iguales.

– Premio Nacional de Ingeniería Industrial a la Empresa Más Innovadora en 2019, ¿invertís buena parte de los ingresos en I+D+i?

– Así es, alrededor del 30%.

José Manuel Linares: Por ello, la capacidad de aportar innovación al cliente que tiene Sisteplant es muy grande. Es decir, lo que invertimos en innovación se traslada al cliente; aportamos soluciones innovadoras reales. Otra cosa que considero un valor añadido es nuestro método; los clientes tienen muy interiorizado un método muy robusto en cada una de las disciplinas. Que además aporta garantías; el cliente sabe que no estás experimentando con él, sino que le estamos aportando la solución que necesita.

Ana Santiago: Además tenemos un equipo dedicado exclusivamente I+D, que está fuera del día a día, trabajando en la hoja de ruta de nuestros productos y servicios de aquí a siete años vista; tecnólogos que están vigilando el estado del arte de determinadas tecnologías; además de desarrollar proyectos de investigación con centros tecnológicos, universidades y empresas, que nos sirven para aprender.

– ¿Cuál es el perfil del trabajador de Sisteplant?

– Fundamentalmente ingenieros industriales, telecos y ahora también matemáticos.

– ¿Se presentan más mujeres a los procesos de selección?

– Actualmente diría que incluso menos; somos conscientes de que hay que equilibrar un poco la balanza, pero el porcentaje de chicas que se presentan a los procesos de selección es realmente bajo, cuesta tener un equipo equitativo entre hombres y mujeres.

Más nuevas fábricas que nunca, con la pandemia

– ¿Cómo os impactó la pandemia en cuanto al negocio?

– Pasaron cosas muy curiosas, algunos proyectos se pararon porque había que hacer actuaciones en las fábricas y no podíamos acceder; pero sin embargo, hubo empresas que empezaron a invertir en ampliaciones, hasta incluso en fábricas nuevas.

Es decir, los proyectos más tradicionales de mejora de productividad se ralentizaron un poco; los de digitalización incluso se aceleraron; pero, sobre todo, hubo bastantes empresarios que, quizás porque tenían más tiempo para pensar, decidieron dar una vuelta a sus estrategias de negocio y acometer proyectos de transformación serios.

Hicimos más nuevas fábricas que nunca. Se vio lo peligrosa que era la dependencia de terceros mercados y se apostó por volver a fabricar aquí, lo que para nosotros es una oportunidad de crecimiento muy clara.

– ¿Cómo acabaréis el año?

– En 2021 nos fijamos un plan de gestión muy prudente y lo cumplimos con creces; este año hemos sido más agresivos y creo que lo vamos a cumplir también. Al mismo tiempo nos estamos replanteando cómo dar ese salto de crecimiento en la compañía que la pandemia nos frenó, con implantaciones internacionales.

– ¿Ya estáis en otros mercados?

– Sí estamos en México y Brasil con equipo propio; y tuvimos presencia en China en 2008.

– ¿Qué frenó la pandemia?

– Nos íbamos a implantar en Estados Unidos donde ya tenemos entre 10 y 15 clientes. Además, el plan cuenta con un departamento de canal que se encarga de buscar distribuidores o implantadores de nuestras soluciones en el resto del mundo, e India era uno de los targets en los que estábamos bastante avanzados, pero también se vio frenado.

– ¿Qué países vais a retomar para 2023 y cómo lo vais a hacer?

– Pensamos en el lanzamiento de Estados Unidos y esperamos poder implantarnos también en India.

Las nuevas implantaciones vendrán de la mano de un partner local. En ese sentido, buscamos un perfil de empresa que sea complementaria a nuestras herramientas, que pueda aportar productos y servicios, más allá de capilaridad comercial.

– Al calor del coche eléctrico y las baterías eléctricas, Valencia acogerá grandes plantas de producción ¿creéis que podréis estar en alguno de estos proyectos?

– Esperemos que sí. Ya estamos en el PERTE eléctrico participando en el proyecto que tiene como empresa tractora la compañía de autobuses Iriza y ahora se van a convocar o se están convocando varios PERTE como el agroalimentario, el naval… Las expectativas son grandes.

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