Viernes, 26 de Abril de 2024
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La «influencer» del turismo Marina Comes descubre sus mejores instantáneas

La «influencer» del turismo Marina Comes descubre sus mejores instantáneas

Con los 300.000 seguidores en el punto de mira, Marina Comes, una creadora de contenido española, sigue creciendo y descubriéndonos nuevos lugares e inspirándonos en muchos de los viajes que acabaremos haciendo.

Las clásicas guías de viajes ya no son nuestra principal fuente de inspiración cuando vamos a diseñar el viaje que tanto tiempo llevamos esperando. Son una de esas reliquias que, a decir verdad, no han desaparecido y para mucha gente siguen siendo útiles. Pero la tendencia es otra. Ha cambiado. Marina Comes (@marinacomes) se define como creadora de contenido turístico, seguramente evitando el término influencer, pero la realidad es que con sus espectaculares fotografías en los lugares más increíbles de la tierra nos pone a todos los dientes largos. Y ese es el primer paso para que acabemos decidiéndonos por uno de esos enclaves de los que, en numerosas ocasiones, ni siquiera habíamos oído hablar hasta que apareció en nuestra pantalla esa imagen deslumbrante. Y eso lo saben a la perfección las marcas, compañías del sector e incluso las propias ciudades, pueblos y rincones.

Hablamos con Marina Comes sobre sus orígenes en este trabajo, en qué consiste el negocio, le preguntamos si nunca se cansa de viajar –ya saben aquello de «en casa del herrero, cuchillo de palo»– y, además, le pedimos distintas recomendaciones.

– ¿En qué consiste el trabajo de una influencer, en este caso de viajes?

En mi caso, soy una fotógrafa de viajes con mi propio canal de comunicación. Un influencer de viajes se dedica a crear contenido videográfico y fotográfico de sus viajes y a comunicarlo en un canal en el que hay una serie de personas interesadas en ver ese contenido.

– ¿Qué tipo de clientes tienes?

Trabajo con oficinas de turismo en los ámbitos regional, nacional o internacional. Hago campañas de promoción de un destino, ya sea turismo de Cataluña, de Marruecos o de Burgos. Hay campañas municipales en las que la Concejalía de Turismo de una ciudad tiene su presupuesto y decide hacer una campaña con una influencer de viajes para darse a conocer en su canal.

Los clientes son tanto del sector público como privado, del mundo del turismo, que necesiten llegar al target de mi canal de Instagram. Yo, al ser una persona especializada en turismo, ya se deduce que la gente que me sigue lo hace con la finalidad de ver material turístico… Entonces, las oficinas de turismo o las empresas privadas del sector, como cadenas hoteleras, aerolíneas, compañías de cruceros, etc., saben que a través de mi campaña van a llegar a un público viajero y yo voy a enseñar, por ejemplo, cómo es alojarse en un hotel en Maldivas o hacer un crucero por el Mediterráneo.

– ¿Cuál es el perfil de tus seguidores?

Instagram no nos proporciona demasiados datos. Sé los países de procedencia, los segmentos de edad, demográficos, por ciudades, sexo… Pero no puedo saber qué poder adquisitivo tienen mis seguidores ni cosas más específicas.

Pero entre mi público, por ejemplo, gente por debajo de 24 años solo tengo un 13 %. Mi público es mucho más adulto, sobre todo entre 34 y 45 y también muchos de más de 45 que, al final es un target que a las compañías de lujo le interesa, porque son los que pueden pagar determinados productos.

Como estoy más especializada en viajes especiales, hoteles de lujo, en el segmento alto, y no tanto de ‘mochilero’, eso lo miran mucho las empresas de este sector. Les suele interesar mucho tu segmento de edad porque si tienes un 60 % de seguidores de menos de 25 años no le vas a interesar a un hotel de Maldivas, que cuesta 800 o 1.000 euros la noche.

– ¿Hasta qué punto decides tú los contenidos que promocionas o compartes en tu canal?

En lo que yo comparto y creo, tengo libertad total. Muy pocas veces me ha pedido un cliente ver antes lo que voy a colgar

En lo que yo comparto y creo, tengo libertad total. Muy pocas veces me ha pedido un cliente ver antes lo que voy a colgar.

Y cuando ha sido así, no ha sido un cliente del sector de los viajes, ha sido de marcas de ropa o del mundo lifestyle, que quieren ver que su producto está suficientemente representado. El cliente de viajes, cuando me contrata, ya sabe cuál es el estilo de mi Instagram. Me gusta mucho este sector porque, en comparación con otros, la libertad creativa que me dan es del 100 %. Diseñamos el viaje juntos, pero en el resultado final no se meten.

– Tu canal de comunicación es Instagram. ¿Por qué elegiste esta red social y no otras?

Yo no hice esto a conciencia. Empecé a compartir mis fotos en 2015, cuando trabajaba como abogada en una multinacional. No lo hice con ninguna intención, porque en ese momento no existía todavía el concepto de travel influencer ni de influencer de ningún tipo. Sí que había gente con seguidores, pero todavía no existía el marketing de influencia. Yo empecé de una forma totalmente inocente, porque me encantaba la fotografía y viajar desde siempre. Una compañera del trabajo me animó a compartir fotografías en Instagram, porque me dijo que esta era la red social en la que la fotografía era lo importante. Y así empezó la cosa.

Tenía tantas fotos de todos los viajes hechos y de los que hacía continuamente cuando trabajaba en esta multinacional que empecé a colgar una foto diaria y así empezó. No escogí Instagram para hacerme influencer de Instagram. Pero a la gente le empezó a gustar y empecé a crecer poco a poco hasta que fue a más. Me fue muy bien y muchas fotos se hicieron virales en 2016 y así es como explosionó mi cuenta. Era un hobbie para mí, veía que colgaba una foto y a la gente le gustaba, la comentaba…

Entonces, estoy en Instagram porque es la red social donde, efectivamente, prima la fotografía y no hay ninguna red comparable en el mundo de los viajes. Instagram es la red inspiracional del mundo de los viajes por excelencia. La gente se inspira en esta red social para hacer viajes. Las imágenes que ves en ella crean necesidades de todo tipo y en el mundo de los viajes está clarísimo. Digamos que las fotos que creas tan inspiracionales y tan increíbles hacen que mucha gente empiece a pensar en sitios para ir que no tenían en su cabeza.

Vemos el resultado final, pero ¿qué preparación requiere el contenido que acabas publicando?

Lo que nadie ve es la parte del negocio que hay detrás. Yo soy una fotógrafa freelance y, como cualquier autónomo, hago mi búsqueda de clientes, tengo negociaciones, reuniones, presupuestos… Como cualquier persona que lleve un negocio. Yo me tengo que buscar la vida, aunque también hay cosas que me llegan muy fáciles. Llevo seis años en este sector y tuve la suerte de ser una de las primeras que empezaron en esto y me ha ido muy bien y ya tengo un porfolio de clientes muy grande.

También es verdad que soy abogada y siempre me lo he tomado completamente en serio. Mi vida de abogada ha quedado atrás. Llevo seis años dedicándome full time a esto. Es mi negocio, vivo de esto y me lo tomo muy en serio. Hay mucha gente que tiene representantes, pero yo me lo llevo todo yo.

– Has viajado mucho… ¿Se cansa uno de viajar?

Yo no. Lo que sí me cansa a veces es cuando por temas de agenda no me puedo dar el tiempo que a mí me gustaría para reposar un poco. De un viaje no me canso nunca, me canso cuando no tengo un margen de tres días entre viaje y viaje para llegar a casa, contestar correos electrónicos, enviar propuestas…

– Cuando te coges vacaciones, ¿viajas o prefieres tocar tierra y quedarte en casa?

Me gusta mucho viajar. Yo tengo vacaciones cuando las tiene mi marido, porque sigo coordinándome con él. Cuando él tiene vacaciones intento tenerlas también y a veces cuadramos algún viaje mío de trabajo para que se venga él, con lo cual para él son vacaciones y para mí no. Pero bueno, sí son vacaciones también para mí si viene él, porque mentalmente es diferente y más relajado.

Echamos de menos a veces viajar sin que haya un cliente detrás, pero cuando te dedicas a esto es difícil. Llegan continuamente propuestas y no es fácil decir que no a un viaje que me llama mucho para poder hacer uno nosotros, pagado por nosotros, en el que no trabaje en absoluto. Si me ofrecen un viaje que nos apetece a los dos y encima me pagan, pues perfecto. Entonces, el único problema es que nunca me voy de vacaciones de verdad. Pero bueno, no me puedo quejar.

Yo siempre les digo que se pregunten si realmente lo que les gusta es viajar y hacer fotos o les llama la vida que creen que tengo

Esto te tiene que gustar. Hay gente que se confunde, ve el resultado final y quiere eso. Yo siempre les digo que se pregunten si realmente lo que les gusta es viajar y hacer fotos o les llama la vida que creen que tengo. Ahora me ven con doscientos y pico mil seguidores… Pero, ¿están dispuestos a dejarse sus sueldos en viajes, como hice yo durante años, y a estar pensando siempre en la próxima aventura? Adelante. Pero si lo que quieren es que les inviten a viajar y vivir gratis, lo que les gusta en realidad no es viajar.

– ¿De qué modo han cambiado los influencers los hábitos de consumo en el turismo?

Hay una evolución a través de Instagram. Con su prioridad a la fotografía, a esas imágenes inspiradoras, que es lo que vende Instagram, nos ha llevado a los usuarios y a los creadores de contenido a crear esos momentos perfectos que ha llevado a una tendencia de que mucha gente viaja para hacer la foto en ese momento en concreto y subirla. Hemos llegado a este absurdo, que lo respeto porque a veces yo también lo he hecho, de viajar para hacer la foto. A mí me contactan para que les demos las localizaciones exactas de dónde hemos hecho las fotos para montarse su itinerario y hacérsela.

Esto es una evolución un poco triste, pero también tiene su lado bueno. Ha puesto en el mapa muchos sitios que ahora viven del turismo gracias a Instagram. Es verdad que hay gente que se queja, pero díselo a la gente que ahora vive gracias a eso. Instagram visibilizado muchos sitios que antes quedaban fuera de las guías de viaje. Es un arma de doble filo. Puedes encumbrar a muchas zonas y a la vez crear este turismo fotográfico un poco fake.

– ¿Qué destinos originales y diferentes recomendarías para este verano?

Un road trip por Namibia. Es un país espectacular y se puede hacer además sin necesidad de ir con guía. Es un país muy civilizado, está pensado para el turismo, pero no de masas. Puedes vivir una aventura africana sin correr riesgos. El paisaje es cambiante total, se puede hacer safari, la costa atlántica… Es un viaje espectacular.

Sudáfrica también. Es menos aventurero, ya que tiene esa parte de país occidental en África. Cape Town es una ciudad espectacular, es como estar en Los Ángeles. Y también se puede hacer naturaleza, costa y safari.

Soy muy fan también de Islandia. Para los amantes de los paisajes extremos, te hace sentir que estás en el fin del mundo y estás a tres horas y media de Madrid. No se va por la gastronomía, por la cultura, por las ciudades, es paisaje remoto, volcánico, glaciar… Son muchas cosas juntas que la hace única.

Chile tiene muchas zonas que descubrir. Yo estuve en el norte, en el desierto de Atacama, que no es un desierto y nada más. Tiene piscinas naturales de aguas termales, volcanes de 6.000 metros de altura, salinas blancas con pozas de agua de color turquesa en las que te puedes bañar… Y si se tiene tiempo, se puede ir al norte, al desierto de Atacama, y luego a la Patagonia. Es un destinazo increíble.

– ¿Qué cinco lugares nos recomendarías para empresarios?

En primer lugar, Maldivas. Sobre todo porque la gente que va a Maldivas tiene mucho poder adquisitivo. En los hoteles siempre conoces a gente muy interesante, porque quien se está pagando hoteles de 1.000, 2.000 o 3.000 euros la noche debe tener cosas que contar. Es un lugar que puedes practicar networking con gente muy interesante.

También diría Malta, porque en el ámbito turístico es atractivo por su paisaje mediterráneo, playas muy bonitas… Y además tiene una actividad financiera interesante, es un centro de negocios.

Suiza es un país que conozco muy bien y es espectacular, además de ser un centro financiero interesante. Es un país del que poco se habla para lo que tiene. Naturaleza, su parte cultural de ciudades y museos, vida rural, hoteles muy cuidados, muy caros y muy bonitos y  gastronomía muy buena. Y el networking y la gente que está en estos sitios también es muy interesante. Suiza da para estar tres semanas haciendo un road trip en coche y no te cansas de ver lugares.

@marinacomes. Traveler & Content Creator
Ex-lawyer. FORBES Best Influencers
Destinations | Hotels | Adventure
Based in Madrid | Spain

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