Firma Opinión Economía 3

Vísteme despacio, que tengo prisa

El refranero español es tan rico que siempre ofrece la capacidad de sintetizar un pensamiento, una voluntad o incluso un argumentario en una frase. El caso es que, a vueltas con la cuestión de los precios de la energía y los problemas de suministro de gas, uno se pregunta si queriendo ir demasiado lejos -o demasiado rápido- nos podemos encontrar con que, en vez de avanzar, retrocedemos.

Llega desde el centro de Europa el rumor de un supuesto apagón global o, al menos, continental. Ya respondimos en este diario a la pregunta de si podría afectar este fenómeno a España. A la vista de los acontecimientos y de la opinión de los que saben, parece que la sangre no llegará en este caso al río. España está tan aislada del resto del continente -en muchos otros aspectos, pero también desde el punto de vista energético- que su dependencia de los países centroeuropeos es más bien escasa. Además, nuestro sistema parece ser lo suficientemente robusto como para aguantar las embestidas de la marejada energética.

Sin embargo, que el árbol no nos impida ver el bosque. La situación es caótica y desastrosa para familias, empresas e industria y se acerca el invierno. Y, entre medias, los líderes mundiales se reúnen para buscar soluciones -que por experiencia previa, nunca acaban de llegar- para la crisis climática a la que se enfrenta la sociedad moderna. Mientras tanto, los expertos alertan sobre la más que probable necesidad de tener que ‘tirar’ del carbón para suplir nuestras carencias energéticas y con el fin de luchar contra el alza de precios.

«Entre impuestos al sol y la obsesiva persecución a las centrales nucleares, hemos ido cavando nuestra propia tumba»

Volver al carbón cuando estamos cerrando las centrales térmicas y luchando contra el cambio climático. Quizás, España y los países del viejo continente, pero especialmente nuestro país, deberían haber apostado por una transición energética inteligente. Entre impuestos al sol y la obsesiva persecución a las centrales nucleares, hemos ido cavando nuestra propia tumba. Las fuentes de energía sostenibles son el futuro, pero de momento no es realista pensar que podemos vivir de ellas.

Un mix energético que hubiera combinado el fomento de este tipo de energías menos contaminantes con una fuente energética como la nuclear, -con el problema de los residuos, pero con muchos menos perjuicios que acabar quemando carbón- hubiera supuesto avanzar algo más despacio que en la utopía de vivir de las renovables. Pero, desde luego, nos hubiera posicionado en un escenario mucho más favorable para afrontar la transición energética completa.

Dia de la dona
Infonif Bases de datos
Infonif Bases de datos

Dejar una respuesta

*