Mujeres al Timón
FlyNSPIRE aprovecha la capacidad de degradación de la mosca negra soldado para biotransformar compuestos habitualmente tratados como desechos. La firma impulsada por Jesús Suárez utiliza una tecnología de producción mediante módulos autónomos que se aproxima al origen rural de los desechos y reduce hasta en un 70% la necesidad de transporte.
FlyNSPIRE una de las empresas seleccionadas en el programa LLAMP 3I de la Dirección General de Emprendimiento y Cooperativismo de la Generalitat Valenciana, que a través de los CEEIs ofrece un servicio de Acompañamiento y Mentorización para el Emprendimiento Sostenible en la Comunitat Valenciana. Hablamos con su CEO, Jesús Suárez, sobre FlyNSPIRE, su modelo de negocio y su original propuesta.
- ¿Cómo surgió FlyNSPIRE?
Este proyecto nació mientras trabajaba en una multinacional como especialista en nutrición animal. Allí comprendí que se puede reducir el impacto medioambiental derivado de una explotación ganadera intensiva manteniendo la misma producción. Comencé a investigar para conocer el proceso biológico de los insectos e implanté una producción a pequeña escala para ver los resultados que sirvió de base para asentar el proyecto.
- ¿Qué ofrece vuestra empresa y a qué mercado va dirigido?
Nuestra empresa busca generar pequeñas esferas de gestión de residuos a nivel local. Esto se consigue asociando a productores de residuos orgánicos con los destinatarios de los productos valorizados o derivados de insectos. Así, se reduce al mínimo el movimiento de materia orgánica y se evitan transportes innecesarios.
El mercado objetivo va a ser el público especializado en nutrición animal, tanto a gran como a pequeña escala, es decir, desde animales de compañía hasta acuicultura. Pero también para otras industrias, como la química.
“Se puede reducir el impacto medioambiental derivado de la explotación ganadera intensiva manteniendo la misma producción”
- ¿Por qué la mosca negra soldado? ¿Qué tipo de desechos produce y cuál es el proceso de transformación en compuestos de alto valor?
La mosca negra soldado es un bioconvertor, por lo que forma parte del proceso de biodegradación. Además, es muy buena transformando deshechos de naturaleza muy diversa. Esto permite que se pueda trabajar con diferentes productos teniendo una eficacia bastante homogénea. Trabajamos con la mosca negra porque es un animal todoterreno que no transmite enfermedades, por lo que es menos arriesgado emplearla para la producción intensiva y usarla en la alimentación animal.
Respecto a los desechos que produce teniendo en cuenta la legislación actual, si estas se alimentan de residuos animales, no se pueden emplear para la alimentación animal pero sí para otros destinos como la industria química. Por ejemplo, las larvas tienen un alto contenido en ácido láurico, una propiedad muy demandada en la industria petroquímica.
Finalmente, el proceso de transformación en compuestos de alto valor es algo complejo. La mosca negra se reproduce por parejas y la hembra produce una determinada cantidad de huevos que eclosionan. La larva se emplea para conseguir el producto que se necesite, es decir, si el objetivo es conseguir más proteínas se usan larvas más jóvenes. En cambio, si se pretende obtener quitina, para por ejemplo la industria química o la cosmética, se utilizan larvas adultas.
“Nadie nos enseña a ser empresarios, sino trabajadores”
- Formáis parte del programa LLAMP 3I de la mano del CEEI Valencia. ¿Qué os ha aportado la participación en este programa?
Nos ha ofrecido una crítica externa y, al mismo tiempo, nos ha permitido aprender de grandes profesionales del mundo de la empresa, ya que nadie nos enseña a ser empresarios, sino trabajadores. Algo esencial, puesto que sin esta visión las posibilidades de éxito disminuyen. Por otro lado, nos ha aportado un gran conocimiento en nuevas fuentes de financiación. Esto nos ha permitido optar por la financiación pública para poder elaborar un prototipo serio que no obligue a depender del capital personal.
Al mismo tiempo, estamos participando en el proyecto ‘Emprendeverde’ que nos ofrece una visión sobre economía circular. Al compaginar ambos programas, obtenemos una visión completa, ya que uno complementa al otro.
- Alineáis en vuestro proyecto un impacto social, económico y medioambiental. ¿Cuáles son vuestras fortalezas en estos valores?
En materia de sostenibilidad, queremos reducir el impacto medioambiental tanto de la producción ganadera como de su sistema. Pretendemos huir de un método que mueve los residuos en distancias largas para optar por uno mucho más local. Este reduce las emisiones y los transportes.
«Nos preocupa la falta de oportunidades en el entorno rural»
A nivel social, en FlyNSPIRE nos preocupa la falta de oportunidades en el entorno rural. Este sistema facilita la llegada de la tecnología al mundo rural y permite crear puestos de trabajo no solo en ganadería o agricultura sino también en el área tecnológica. De esta manera, la juventud no tendría que irse a las grandes ciudades a buscar oportunidades en el mundo laboral.
En cuanto al entorno económico, queremos dar una segunda vida a los residuos para conseguir que algo que se desecharía se convierta en sustancias con valor añadido.
- ¿Cuál es el plan de FlyNSPIRE para los próximos años?
Para los próximos años queremos ampliar el área de recursos humanos y contratar más personal. También tenemos una planta piloto que ya está produciendo a pequeña escala unos diez o quince kilos de larvas a la semana. Ahora vamos a establecer una instalación que nos permita trabajar con cientos de kilos. Esto es lo que la industria necesita y nos va a permitir poner a prueba el modelo a gran escala.
Además, actualmente estamos focalizados en el desarrollo de tecnología viable. Estamos en contacto con clientes interesados para poder hacer las primeras instalaciones. Calculamos que en tres años estas ya puedan funcionar.
