La aparición de internet supuso una revolución tecnológica a nivel mundial. Pero a lo largo de los años ha sufrido numerosas transformaciones. De hecho, cada cierto tiempo eclosiona lo que se conoce como ‘Game Changer’, una tecnología que cambia por completo al mundo. En el caso de Internet ha habido varios hasta llegar a la actual Web 3.0.
La World Wide Web fue un hito que marcó a todas las generaciones venideras, que tuve su siguiente cambio del juego con la aparición del Netscape, el primer navegador. A raíz de esto, con el cambio de milenio, se originaron las ‘.com’., que supusieron el origen de algunas grandes compañías como Amazon, PayPal, eBay y Google. Pero los usuarios reclamaban una mayor interacción y, por eso, surgió la web 2.0. En ella había mucha más influencia por parte de los que la utilizaban y nacieron las grandes redes sociales como Youtube, Facebook, LinkedIn o Whatsapp.
Y, de esa forma, llegamos hasta hoy en día donde, con el objetivo de conseguir la descentralización de la propiedad, surge la nueva web 3.0. Su aparición supone, por ejemplo, poder hacer transacciones bancarias sin pasar por un banco o firmar contratos sin un notario, entre muchas otras cosas. Bertrand Pérez, director de operaciones de la Fundación Web 3, nos cuenta que “el objetivo es ofrecer una plataforma técnica que permita a entidades (usuarios, empresas, …) intercambiar servicios de forma segura y eficiente sin un intermediario para garantizar la confianza”.
¿Qué es la Web 3.0?
Toda esta tecnología se desarrolla sobre ‘blockchain’, en su mayoría. “La mayoría de la gente que ha oído hablar de blockchain, solo ve la parte de pago: usan Bitcoin u otras criptomonedas para pagar o intercambiar valor. Pero la tecnología ‘blockchain’ permite mucho más. Se pueden construir servicios de todo tipo: certificación de diplomas de forma segura, servicios de seguimiento de alimentos, servicios de seguimiento de ayudas internacionales para países pobres (para asegurarnos si esas ayudas llegan), etc”, recalca Pérez.
Como hemos adelantado, los usuarios demandan con gran interés ser dueños de sus propios datos. En su momento nadie lo pensó y se lanzaron al uso de esta nueva herramienta. Sin embargo, poco a poco se van dando cuenta de lo importante que es proteger nuestros datos.
Ante este nuevo paradigma, la Fundación Web 3 tiene como objetivo facilitar la Investigación y el desarrollo de aplicaciones para la web 3.0. Para ello han sacado a la luz el primer proyecto, llamado Polkadot. “Se trata de una tecnología descentralizada que genera herramientas tecnológicas para que la Web 3.0 pueda ser una realidad. Esto es una verdadera descentralización de bajo coste que permite crear nuevos modelos de negocios a diversas industrias”, explica el director de operaciones de la fundación.
El mundo ‘cripto’ como origen de todo
El mayor impulso lo tomó gracias al mundo ‘cripto’, quienes la originaron y la hicieron posible. Pero, ¿realmente cuál es la relación entre esta nueva web y las criptomonedas? “Lo que busca la nueva web 3.0 es crear un espacio descentralizado donde los intermediarios desaparezcan, en lo que el primer exponente son los pagos por criptomonedas”, aclara Jorge Soriano, CEO de Criptan.
Es cierto que a día de hoy todavía tiene un acceso complicado para los usuarios que no tengan algo de conocimientos sobre ello, por eso, Soriano explica que “Criptan intenta ayudar en la medida de lo posible para que el uso de las criptomonedas, que trabajan bajo el ‘blockchain’ y web 3.0, sea accesible para cualquiera que esté interesado en ello”.
Ante esto surge el nuevo término ‘finanzas descentralizadas’. “Se trata de productos financieros que no se parecen en nada a los conocidos actualmente que trabajan a través de la web 3.0 y donde, gracias a las criptomonedas, los usuarios pueden tener una rentabilidad mucho más alta”, explica el CEO de Criptan. Por eso, ante la complejidad que va asociada a todo este mundo, la ‘app’ permite que todos los usuarios tengan acceso a estos nuevos productos de una manera sencilla e intuitiva.