Justo cuando se acaban de cumplir 13 años de la quiebra de Lehman Brothers, los fantasmas sobre que la posible quiebra de un gigante, esta vez del sector inmobiliario, derive en una crisis financiera a nivel mundial vuelven a sobrevolar los mercados. El gigante chino Evergrande se tambalea.
Aquel fatídico 15 de septiembre de 2008, fecha en la que cuarto banco de inversión (por aquel entonces) de Estados Unidos declarase el célebre ‘Chapter 11’, acogiéndose a la protección de la Ley de Quiebras del país norteamericano, supuso un antes y un después en la historia mundial de la economía.
¿Nos encontramos, en esta ocasión con el caso de Evergrande, en la antesala de una situación similar? En Economía 3 analizamos el caso del segundo promotor inmobiliario del mercado chino y cómo su actual crisis y potencial quiebra podrían repercutir en la esfera económica internacional.
Situación actual de Evergrande
Según el diario económico Caixin, la deuda del grupo Inmobiliario, con sede en Guangzhou, es de aproximadamente unos 303.009 millones de dólares. De los cuales, 127.500 (el 42,1% sobre el total) tienen un vencimiento inferior al plazo de un año. Si tenemos en cuenta que la tesorería de Evergrande se estima en el 10% de su pasivo a corto plazo (un 12.750 millones de euros), la compañía padece un claro problema de liquidez.
Entendiendo que la liquidez es la capacidad que tiene una empresa para generar efectivo con el que poder afrontar sus obligaciones a corto plazo, si la caja tan solo representa una décima parte de esas obligaciones y te dedicas al sector inmobiliario, la magnitud del problema crece de forma considerable.
¿Evergrande está “escribiendo” el prólogo de su quiebra?
De esto modo, existen dos posibles maneras de compensar la tensión de tesorería existente (en este caso, de 11.475 millones de dólares): refinanciar la deuda de corto a largo plazo o liquidar el activo. Si no puedes realizar la primera (como parece que está ocurriendo con Evergrande), la única alternativa consiste en liquidar activos, hasta tener la capacidad de equilibrar el desajuste en tesorería.
No obstante, si tenemos en cuenta que nos estamos refiriendo una promotora inmobiliaria, en la que la mayoría de sus activos son viviendas, la posibilidad de transformarlos en efectivo de manera inmediata se desvanece. Además, si estos son de mala calidad el hándicap es, aún, mayor.
Finalmente, nos encontramos en un escenario en que la inmobiliaria, ante la negativa de sus acreedores a refinanciar, se ve obligada a tener que vender su activos con un descuento importante. Debido a la baja calidad de los mismos y la imperante necesitad de convertirlos en efectivo.
Es en este momento, que refleja la situación actual de la compañía, cuando podríamos dejar de hablar de tensión de liquidez y empezar a hablar de problema de solvencia. Al tener que vender activos a un valor muy por debajo de su valor en libros, estos pueden ser incapaces de cubrir el importe de deuda. Independientemente del momento en el que se tuvieran que asumir, derivando, finalmente, en una situación de quiebra.
Miedo a una crisis general del sector inmobiliario chino que ‘contagie’ al resto de economías
En los últimos días, hemos asistido a una serie de vaticinios sobre la repercusión que podría tener, en el ámbito de las finanzas internacionales, la posible quiebra de Evergrande. Llegando incluso a anticiparse, en algunas ocasiones, escenarios apocalípticos sobre un hipotético nuevo caso Lehman. Parece una opción lejana.
En este caso, cabe reseñar un aspecto fundamental sobre la composición de los acreedores de del segundo grupo inmobiliario más importante del gigante asiático. La mayoría del pasivo de Evergrande está en manos de bancos chinos; y, por ende, de su Gobierno.
Este hecho, supone las autoridades chinas pueden sostener (músculo financiero les sobra) a la inmobiliaria en caso de crezca el miedo a un posible efecto dominó en su economía.
No obstante, no está mal que, de vez en cuando, los mercados nos recuerden el peligro y las posibles consecuencias que tiene el sobrendeudamiento fuera de control.
Después del shock del lunes, los mercados se estabilizan
A consecuencia de la crisis de Evergrande, el principal índice bursátil chino cedía el pasado lunes un 3,30% en solo una sesión. No obstante, ya el martes la situación se calmaba con una sesión en la que tan solo retrocedió un 0,51%.
En Japón, tras la festividad del lunes en el país nipón, el Nikei 225 registraba el martes una considerable cáida del 2,17%.
Sin embargo, la situación ha sido más moderada en los mercados occidentales de renta variable. Así, tras sufrir pérdidas en la sesión del pasado lunes próximas al 2%, el S&P 500 y el Eurostoxx 50 recuperaban el verde en la sesión del martes.
Por último, nuestro Ibex 35 fue uno de los menos afectados. De esta forma, si nuestro índice bursátil por antonomasia comenzaba la semana dejándose un 1,20%, concluía la sesión del martes con un crecimiento en el entorno del 1%.
Con este escenario, resulta, como poco, muy precipitado buscar coincidencias relevantes entre los casos de Evergrande y Lehman Brothers.