Juegos Olímpicos: ¿es rentable económicamente organizarlos en nuestra ciudad?
Los juegos olímpicos son el mayor evento deportivo mundial. Sin embargo, cada vez son menos los países que quieren organizarlos. Para el Comité Olímpico se torna muy complicado encontrar sedes para celebrarlo, ya que cada vez son menos rentables y suponen más problemas económicos que oportunidades. Por eso, surge la eterna duda: ¿realmente es rentable organizar unos Juegos Olímpicos?
Es una pregunta difícil de responder ya que entran varios factores en juego. El problema que se plantea siempre que se organiza esta celebración es determinar exactamente cuáles son los gastos dirigidos únicamente a las Olimpiadas. Por ejemplo, se suelen hacer inversiones en mejorar la seguridad en las calles o en infraestructuras nuevas.
Paco Borao, presidente de AIMS (Asociación Internacional de Maratones), nos cuenta que “hay dos factores que contribuyen a la rentabilidad de un evento de estas características. Por un lado, el impacto turístico directo que provocan en la ciudad, determinado siempre por el atractivo que esa sede tenga. Y, por otro lado, la repercusión que las imágenes emitidas puedan tener a largo plazo en el interés de la gente por visitar esa ciudad”.
Algunos casos con éxito… y otros que no tanto
A pesar de ello sí que hay casos en los que claramente se puede ver que sí hay rentabilidad. Este es el caso de Barcelona 1992, del que se calcula que tuvo un impacto económico de más de 18.000 millones de euros, casi tres veces más de lo que costó. Esto supuso para Barcelona un cambio de imagen y una mejora en muchas de sus infraestructuras, y consiguió impulsar definitivamente el turismo de la ciudad.
Pero, Barcelona no ha sido el único caso de rentabilidad en una organización de los Juegos Olímpicos. Otro de los más llamativos fue el de Los Ángeles, que acogió los juegos en el año 1984. En este caso apenas hubo inversión, pues se utilizaron instalaciones antiguas, por lo que el margen de beneficio fue muy elevado.
En el lado contrario encontramos otros casos como Montreal que acogió los juegos en 1976 y terminó de pagarlo casi 30 años después. A día de hoy aún cargan con el lastre del estadio olímpico que sigue en desuso.
En este sentido, Carles Murillo, Presidente de la SEED (Sociedad Española de Economía y del Deporte) y director del Máster en Gestión Deportiva, nos cuenta que “más que hablar de rentabilidad, deberíamos hablar de legado. La rentabilidad es un término puramente económico y, en este caso, es muy difícil determinarlo. Sin embargo, el legado de los juegos es aquello que cada país sabe aprovechar con el paso del tiempo. Por ejemplo, si ha reutilizado las infraestructuras, si ha impulsado el turismo, si se ha creado una red empresarial alrededor del evento o si se ha aumentado la práctica deportiva”.
Los juegos de Tokio, los más caros de la historia
En el caso de los juegos de Tokio han costado la friolera cifra de 15.000 millones de dólares, siendo así los más caros de la historia. Inicialmente, su presupuesto descendía a casi la mitad, uno de los motivos que contribuyó a que consiguiera imponerse ante sus rivales. Además, “es un caso único en la historia, por lo que no podemos hacer un pronóstico comparando con ninguno otro anterior”, afirma Borao.
Debido a la paralización de los juegos por la pandemia, hubo un sobrecoste, que fue asumido en gran por el gobierno de Tokio. Su gran esperanza estaba puesta en la venta de entradas, que con las medidas contra la covid-19 también se ha perdido.
La última esperanza, la cobertura televisiva
Ante las restricciones que han hecho que haya menos ingresos que nunca en estos Juegos Olímpicos, Tokio tiene puesta su última esperanza en hacer de este evento la experiencia más innovadora de la historia.
Con respecto a los juegos de Río de 2016, la cobertura televisiva será casi el doble. De hecho, el gran difusor del Comité Olímpico Internacional, su filial Olympic Broadcasting Services (OBS), producirá para todo el mundo más de 9.500 horas de contenido, un 30% más que hace cinco años. A nivel nacional, será Eurosport el encargado de hacer la cobertura y ofrecerá 57 señales adicionales sin anuncios para seguir toda la competición.
También se utilizarán tecnologías de última generación que permitirán que los deportistas puedan estar conectados con sus familiares. Y los espectadores podrán compartir con ellos vídeos cortos que servirán para animarlos.
De esta manera, con la multitud de imágenes que se emitan, Tokio espera salvar estos juegos que ya son conocidos como los más caros de la historia. Por un lado, los ingresos que reciban de las televisiones serán mayores que otros años. Y, además, pretenden conseguir que los espectadores puedan quedar sorprendidos con las imágenes de la ciudad y, a largo plazo, consideren hacer alguna visita turística.