La fusión de CaixaBank y Bankia a finales de marzo ha provocado un aluvión de cambios. Además de los retos actuales, a los que prácticamente la totalidad de las entidades globales deben hacer frente, la nueva entidad cuenta con los suyos propios. Es innegable que la incorporación de los impactos extraordinarios asociados a la integración le han favorecido ampliamente. Según ha informado esta mañana el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, en el primer trimestre del año se ha obtenido un beneficio de 4.786 millones de euros.
Al haber tenido lugar la fusión tan cerca del cierre del ejercicio, únicamente se han tenido en cuenta el balance, los ratios capital y los de morosidad. No obstante, el banco ha confirmado que, sin la adición de estos extraordinarios, el beneficio se situaría en 514 millones, 5,7 veces más que en 2020.
La operación se ha gestado como anticipación a los baches que la entidad prevé para los próximos años. La digitalización de la banca y, sobre todo, los tipos de interés negativos se plantean como desafíos innegables de futuro. Además, no hay que olvidar la polémica reestructuración laboral tras la fusión que estima un proceso de ERE de alrededor de 8.000 personas.
«Está cambiando el negocio y las entidades tiene que ser más eficientes. Estamos ante un cambio de paradigma completo«, ha expresado Gortázar al respecto. Y añade: «Una entidad como la nuestra y como Bankia han tomado la mejor decisión al integrarse«.
Últimos datos tras la fusión de Bankia y Caixabank
El balance refleja la incorporación de activos y pasivos de Bankia a su valor razonable a 31 de marzo.
Así, tras la incorporación del patrimonio neto de Bankia, la cuenta del Grupo CaixaBank refleja un apunte extraordinario asociado a la fusión (fondo de comercio negativo) de 4.300 millones de euros. Esto, unido a los gastos extraordinarios de la integración y al resultado ordinario da lugar a un beneficio atribuido contable en el primer trimestre de 4.786 millones.
El fondo de comercio negativo es fruto de descontar del patrimonio neto de Bankia (13.088 millones de euros) el precio de adquisición pagado por CaixaBank (5.314 millones de euros) y una serie de ajustes contables al poner a valor razonable diferentes activos y pasivos (3.474 millones de euros).
«El badwill no supone ingreso de caja alguno«, ha dicho el consejero delegado. ¿Cómo se explica esto? La norma contable presupone que cuando se absorbe una entidad por una cantidad menor a la que, en teoría, está valorada, el que la absorbe está obteniendo un beneficio. «Esto tiene poco sentido en este entorno. Desde el punto de vista económico, todas las entidades valen menos que su valor contable«, ha expresado.
La digitalización del sector bancario
Uno de los desafíos a los que la entidad asegura hacer frente es la digitalización del sector bancario. «Ha habido un cambio en el comportamiento de los clientes a raíz de la digitalización«, expresan. Este fenómeno, por tanto, no solo va ligado a una profunda transformación social, sino que afecta, en una gran medida, a la económica. En la actualidad, el 70,5% de los clientes son digitales. Una cifra en la que, según indican, ha tenido mucho que ver el trasvase de clientela de Bankia.
«Es un momento difícil para el sector. Estamos experimentando un periodo de grandes cambios regulatorios. Además, los nuevos competidores ejercen presión sobre los márgenes y la calidad del servicio«, ha comentado Gortázar. Por esta razón, apuestan por la transformación digital y las empresas innovadoras.
Lo que está claro, según el consejero delegado, es que los clientes «quieren interaccionar con nosotros de otra forma«.
La preocupante caída de los tipos de interés para Caixabank
Si algo le preocupa a la nueva CaixaBank, y probablemente al resto del tejido financiero español, son los tipos de interés negativos. No se muestran optimistas ante su recuperación y le auguran un índice bajo durante los próximos años. «El rendimiento del crédito va bajando. Continua y va a continuar«, ha dicho.
Y añade: «Todo el sector, no solo nosotros, tiene que reaccionar y tomar medidas para ser competitivos en los próximos años«. O lo que es lo mismo: anticiparse para seguir en una posición de fortaleza. De esta anticipación han surgido iniciativas como la propia integración de Bankia. «Si reaccionamos tarde las cosas no se pueden hacer bien«, ha comentado.
A pesar de que en los últimos días se ha hablado de un ligero repunte, Gortázar no da su brazo a torcer: «Desafortunadamente, nadie lo sabe, ni siquiera los bancos centrales. Hay un repunte, pero se mantienen en negativo. A pesar de lo que está pasando ahora en los mercados, pienso que los tipos van a ser negativos durante bastantes años más. Era algo coyuntural que se ha ido prolongando en el tiempo«, ha expresado en relación a esto.
«Los tiempos que no son fáciles, requieren decisiones difíciles»
Reestructuración de la plantilla de la nueva Caixabank
El cambio tecnológico, que «ha disparado su crecimiento» durante la pandemia, sumado a la fusión ha provocado la necesidad de reestructuración de la plantilla. En las últimas semanas, la nueva entidad ha tenido que hacer frente al ERE planteado para dar salida a más de 8.000 trabajadores. «Somos responsables de la capacidad de encajar los costes y de mantener la entidad en una posición sostenible desde el punto de vista de la solvencia«, ha justificado el consejero.
Gortázar se ha mostrado abierto a la negociación e insta a los sindicatos a hacer lo mismo. «Esperamos encontrar compromiso y colaboración en el otro lado. Por el bien de los trabajadores, tanto de los que se quedan como de los que se van«, sostiene.
Según han explicado desde la entidad financiera, el resultado de la fusión ha conllevado el solapamiento de muchos puestos de trabajo que ahora están duplicados. CaixaBank se ha comprometido a ayudar a los trabajadores afectados en su migración a otras empresas.
«Desde el punto de vista social, es más responsable formar a las personas que decirles que se vayan a su casa y dejen de producir a los 50 años«, ha comentado respecto a la posibilidad de ofrecer prejubilaciones para reducir el número de despidos directos.
El consejero delegado ve viable que los acuerdos finalicen en junio aproximadamente. «Los tiempos que no son fáciles, requieren decisiones difíciles. Esta operación no es agradable porque son parte de nuestro equipo. Nuestro compromiso es que el menor número de personas salgan perjudicadas«, añade.
«La inacción conlleva el peligro, no solo de perder a 8000, sino a las 43.000 personas restantes«, ha dicho.