La alimentación sufre por la covid: 1.800 empresas menos y 7.250 despidos
Las empresas de la industria de la alimentación y bebidas se han visto fuertemente afectadas por las medidas adoptadas por las autoridades desde el pasado mes de marzo para hacer frente a la pandemia. Entre los meses de marzo y septiembre el sector ha sufrido, a nivel global, un importante descenso de la producción que , a pesar de las medidas de ajuste adoptadas, ha provocado un deterioro significativo de la rentabilidad. A su vez, se ha registrado una importante disminución del número de empresas en el sector y del nivel de empleo.
Así se desprende del informe ‘Impacto de la crisis del COVID-19 en la industria de alimentación y bebidas española’ elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y el Instituto de Estudios Económicos (IEE). El estudio muestra que la negativa coyuntura sectorial ha provocado el cese de la actividad de un buen número de empresas. En este sentido, en el mes de octubre de 2020 se contabilizaron cerca de 1.800 empresas menos en comparación con febrero, lo que representa una reducción en términos porcentuales del 6,8 %.
A su vez, la crisis de la covid-19 ha provocado una disminución de unos 7.250 trabajadores empleados en el sector hasta el mes de octubre. No obstante, considerando los trabajadores en situación de ERTE, la caída del nivel de empleo se aproxima a los 13.900 trabajadores. En el conjunto del sector en torno a un 2,6% de los trabajadores estaban en situación de ERTE, porcentaje que se elevada hasta el 4% en el subsector de bebidas.
Las empresas de la industria de alimentación y bebidas han recurrido, en gran medida, a la financiación asociada a los avales del ICO. Hasta el 31 de octubre de 2020 la financiación otorgada a las empresas del sector ascendió a 5.218 millones de euros, contabilizándose un total de 10.129 empresas beneficiarias de esta medida, lo cual supone un importe medio de financiación por empresa de unos 515.000 euros.
Sin embargo, se apunta en el informe que los datos agregados del sector esconden, no obstante, una evolución divergente en las empresas dependiendo de la orientación de sus ventas. Las más orientadas al canal de la distribución alimentaria han experimentado un importante aumento de la demanda procedente de este canal, mientras que los productores más dependientes de sus ventas al canal de hostelería, que en general se caracterizan por presentar un pequeño tamaño, han experimentado un desplome de su demanda.
En el período marzo-julio de 2020, el índice de producción del sector registró una disminución interanual del 8%, muy superior a la correspondiente a la media de la Unión Europea (-5,3%). La caída de la facturación del conjunto del sector en el período marzo-agosto fue de unos 3.680 millones de euros, con una disminución del volumen de negocio en la rama de alimentación en torno al 3%, frente al descenso del 19% en el subsector de bebidas.
Para el conjunto de 2020 las ventas de alimentación y bebidas al sector de hoteles, restaurantes y cafeterías (HORECA) disminuirán entre un 50% y un 60%, lo que supondrá unas pérdidas de unos 11.700 millones de euros. Los ingresos procedentes del canal de la distribución alimentaria aumentarán en aproximadamente un 10-15%, lo que supondrá un aumento de unos 7.000 millones. También se espera un aumento del valor de las exportaciones en torno a los 780 millones de euros, mientras que la producción destinada a sector agropecuario y a otros sectores productivos disminuirá en unos 220 y 290 millones de euros, respectivamente.
En su conjunto, la producción de alimentación y bebidas disminuirá en 2020 en torno al 3,5%, bastante menos que el descenso del valor del mercado (-5,7%), gracias a la positiva evolución del saldo exterior. En este sentido, el sector conseguirá un superávit comercial próximo a los 11.600 millones de euros, frente a 9.643 millones en 2019, gracias al aumento de las exportaciones (+2,5%) combinado con un retroceso de las importaciones (-5%). Es preciso señalar que las exportaciones se han visto fuertemente impulsadas por la crisis de la peste porcina en China, ya que, eliminando este factor, se hubiese producido un retroceso, estimado en torno al -2,5%.
Desde el punto de vista regional, la caída de la producción y el empleo de la industria de alimentación y bebidas ha afectado de manera más intensa a las comunidades autónomas de Murcia, Extremadura, La Rioja, Castilla y León y Castilla-La Mancha, Navarra, Galicia, Andalucía y Aragón.
Las empresas del sector de alimentación y bebidas han afrontado un notable descenso de los ingresos desde el inicio de la crisis de la covid-19 acompañado de un aumento de los costes a raíz de la aplicación de distintas medidas de seguridad extraordinarias para evitar contagios, a lo que se ha unido el aumento de los costes laborales. Los precios obtenidos por las empresas del sector han experimentado una desaceleración de su crecimiento desde el inicio de la pandemia, registrándose en el período marzo-septiembre una variación del 1,2% en los alimentos y del 0,7% en las bebidas.
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