Ascer ve inoportuno aplicar ahora la jornada laboral de 4 días que plantea Iglesias
La patronal del sector azulejero, Ascer, es contraria a la aplicación de la jornada laboral de cuatro días propuesta por el vicepresidente del Gobierno central, Pablo Iglesias. Considera la patronal sectorial que la coyuntura por la que atraviesan las empresas no es la más indicada para afrontar cambios de este calado y supondría un aumento de costes laborales y una notable bajada de la productividad y de la competitividad de nuestro país
Por medio de un comunicado oficial, Ascer daba su opinión desfavorable al planteamiento de vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, sobre que el Ejecutivo está explorando la reducción de la jornada laboral a 4 días o el establecimiento de 32 horas laborales a la semana, el sector cerámico. Considera la propuesta de gran irresponsabilidad, “más en las circunstancias que atravesamos de parálisis de la economía y una fuerte caída del empleo”.
Añaden desde la patronal cerámica que “en el contexto actual, con un porcentaje altísimo del tejido empresarial fuertemente endeudado a través de los créditos ICO y una previsión más bien gris del repago de esa deuda, lo que necesitan las empresas son estímulos que incentiven la productividad y permitan hacer frente a sus obligaciones crediticias. Reducir la jornada significa incrementar los costes fijos sin un beneficio asociado. Es justo el camino opuesto”.
“Se trata de una medida que llega en una coyuntura muy adversa con miles de empresas y familias atravesando una situación complicada debido a las restricciones implantadas para frenar el avance de la pandemia. Además, este tipo de propuestas deben hacerse en el marco de la mesa de diálogo social y regularse teniendo en cuenta a todas las partes”, matiza el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu.
Ascer defiende que existen otros modos de estimular la generación de empleo, como la rebaja de la presión fiscal, las ayudas directas a las empresas, el apoyo a la industria manufacturera, y a la actividad de la construcción y otros sectores. De hecho, reducir la jornada con el objetivo de incrementar la contratación del personal tendría como efecto el aumento de los costes laborales y la bajada de la productividad en una coyuntura de falta de liquidez en las empresas por la caída de la facturación originada por la caída del consumo y un fuerte endeudamiento.
El sector considera que no hay margen para implantar una semana laboral de cuatro días (32 horas) ya que supondría un incremento de los costes y una importante rebaja de la competitividad de nuestro sector expuesto internacionalmente.
Apunta que el ejemplo de Francia donde se aplica la semana laboral de 35 horas desde el 2000, la medida ha supuesto la destrucción de empleo, el incremento del paro y de la precariedad laboral, la agravación de déficit y la bajada de la competitividad. Desde entonces, el Gobierno francés ha intentado corregir esta situación lo que viene generando constantes enfrentamientos, una situación de inestabilidad, y frustración para todas las partes.
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