El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha revisado las previsiones de caída del PIB realizadas hace un mes y ha señalado que en el mejor de los escenarios la economía caería este año el 9,5 %, frente a la horquilla de entre el 6,6 % y el 8,7 % que estimó en abril.
El gobernador, que comparece en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados para explicar el impacto de la COVID-19 en la economía española, ha avisado de que la recuperación no estará exenta de dificultades y no se puedan descartar escenarios más desfavorables que los considerados actualmente, ya que entiende que la economía española es «más vulnerable» al coronavirus que la de otros países dado el «peso muy elevado» del turismo, la hostelería o el comercio, es decir, las actividades más afectadas por la pandemia.
Hernández de Cos ha dicho que los dos escenarios que barajaba el Banco de España de caída del PIB para este año (entre el 6,6 y el 8,7 % si el confinamiento duraba ocho semanas y del 13,6 % si duraba 12 semanas) son ya muy poco realistas.
En este sentido, ha incidido en que parecen más realistas en estos momentos una caída del PIB de entre el 9,5 % y el 12,4 % con incrementos posteriores del 6,1 % y el 8,5 % en 2021.
Estos escenarios incorporarían una serie de medidas fiscal, monetarias y prudenciales, de forma que las caídas de la actividad serían significativamente más elevadas en ausencia de ellas, ha advertido el Gobernador.
Por otra parte, ha puntualizado que estos escenarios macroeconómicos también permiten estimar que el coste presupuestario de la crisis será «muy alto», por el doble efecto de las medidas paliativas adoptadas y, sobre todo, de la acción de los estabilizadores automáticos, que conducirán a un déficit público muy elevado este año, con su consiguiente traslación al endeudamiento del conjunto de las Administraciones Públicas.
En el escenario de caída del PIB más moderado, la ratio de deuda pública sobre el PIB se elevaría hasta alrededor del 115 %, y en el escenario más adverso se situaría incluso por encima del 120% del PIB (unos 25 puntos porcentuales más que a finales de 2019).
Según el Gobernador, la duración de la perturbación es incierta, pero, en todo caso, debería ser limitada y dar paso a una recuperación una vez que se haya controlado la enfermedad, aunque ha avisado de que «no es descartable que se produzcan también algunos daños y/o cambios estructurales tras la crisis».
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado que el papel de la política fiscal en la reducción del endeudamiento público es crucial y ha avisado de que en el corto plazo no cabe una retirada prematura de las medidas fiscales de emergencia.
No obstante, ha reiterado que en su opinión a medio plazo la estrategia debe descansar en un programa de consolidación presupuestaria que, a través de una revisión del gasto y de la estructura y capacidad impositivas, permita sanear nuestras finanzas públicas, así como en un programa de reformas estructurales que eleven la capacidad de crecimiento económico y, por tanto, amplíen las bases impositivas necesarias para financiar el nivel deseado de gasto.
Así ha insistido en la estrategia de reducción de los desequilibrios fiscales con el fin de continuar con la consolidación fiscal y la reducción del déficit.
Hernández de Cos ha calculado que el coste de todas las medidas aprobadas hasta el momento sin tener en cuenta los avales del Estado a través del ICO es del 3 % del PIB, de un entorno de 30.000 millones de euros y ha advertido de que la magnitud del reto de la reducción del déficit público es «significativa».
«Las estimaciones disponibles muestran que nuestro país ha entrado en la crisis con un déficit estructural elevado, en el entorno del 3 % del PIB», ha dicho al tiempo que ha recordado que será mayor porque el incremento de la deuda pública previsto como resultado de la actual crisis provocará también un aumento de la carga de intereses.
«Es probable que la pandemia aumente la demanda estructural de un capítulo de gasto básico para el bienestar como es el sanitario. Y el gasto en pensiones experimentará incrementos en los próximos años, como consecuencia del efecto combinado del envejecimiento de la población y de la suspensión de la aplicación del índice de revalorización y del factor de sostenibilidad«, ha señalado.
Asimismo otras medidas aumentarán el nivel de gasto de manera permanente, como la introducción de una renta mínima.
Sin embargo, para Hernández de Cos es aconsejable preservar los recursos destinados a capítulos como la educación y la investigación.