Viernes, 26 de Abril de 2024
Pulsa ENTER para buscar

Pilar Tebar: «La crítica contribuye a abrir los museos a nuevas disciplinas»

Pilar Tebar: «La crítica contribuye a abrir los museos a nuevas disciplinas»

No todos los dichos populares deben darse por buenos así como así. Uno muy irritante es el de “sobre gustos no hay nada escrito”. Falso de toda falsedad. Detrás del devenir artístico, que persigue sin fin la representación del mundo que nos rodea, existe la imprescindible actividad de la crítica, cuyos objetivos y modos de hacer evolucionan desde hace siglos del mismo modo que el propio arte, y no siempre se reconoce como se merece.

Como una pequeña burbuja de aire fresco en estos días oscuros, les ofrecemos la conversación que pudimos mantener con Pilar Tébar, desde 2018 presidenta de l’Associació Valenciana de Crítics d’Art (AVCA). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid, la alicantina es profesora-tutora en el Grado de Historia del Arte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en su sede de Elche, y en su amplia trayectoria ha trabajado para distintas instituciones, tanto autonómicas como nacionales, como gestora cultural, conservadora, investigadora, sumando treinta años de experiencia profesional.

– ¿Qué es, a día de hoy, la crítica de arte?
– Una de las principales cuestiones de la crítica de arte es intentar traducir el trabajo del artista y hacerlo entendible. Ahora mismo, es un sector muy plural que acoge a personas vinculadas a las artes visuales, gestores, comisarios de exposiciones… Debido a la precariedad que vivimos, es muy difícil que una persona se dedique exclusivamente a ser crítico de arte. Muchas personas venimos del ámbito de la Historia del Arte, de la Filosofía… La situación es muy plural. Escribimos en prensa, trabajamos con artistas, estudiamos su obra y tratamos de hacer buenas catalogaciones de las que sacar conclusiones interesantes sobre todo el trabajo realizado, a veces, durante toda una vida, como me ha pasado recientemente con Fuencisla Francés para su exposición retrospectiva “Punto de fuga” que se exhibe en el Centre del Carme. En definitiva, es un sector tan plural que no podemos decir que esté totalmente definido.

– Entre los objetivos que te marcaste, al ser elegida presidenta de la AVCA, subrayaste la importancia de la política comunicativa. ¿Te referías a tender nuevos puentes entre el arte y la sociedad, que a menudo son tan espúreos?
– Por una parte con la sociedad y por otra con las instituciones. Podríamos decir que es un doble puente. Uno de nuestros principales cometidos es intentar que las instituciones se comprometan, que haya transparencia en las convocatorias públicas y que todos podamos participar. Hace unos años había un grupo de críticos, profesores y catedráticos de arte que se llevaban el 80 % del pastel y ahora queremos diversificar.

– Cuando te refieres a instituciones, para no llevarnos a error, no te refieres a los museos públicos, sino a los órganos de administración.
– Sí, ayuntamientos, diputación, conselleria…

– ¿Qué instrumentos podrían poner al alcance de la AVCA para fomentar su actividad?
– Aparte de ampliar nuestra comunicación, básicamente pedimos que podamos formar parte de las mesas sectoriales, cosa que no se está haciendo ahora mismo. Exceptuando, quizá, a la Generalitat, con el foco del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), que actúa como un faro, el resto de instituciones empezaron a planificar pero no se llegó a casi nada en la pasada legislatura. Las legislaturas pasan muy rápido.

– ¿Qué planes había que no se llegaron a materializar?
– A las mesas sectoriales acudimos las asociaciones de artistas, de críticos, de galeristas, todos juntos, solicitando convocatorias públicas, transparencia, que abran el abanico, es decir, que no gestionen solo los ayuntamientos la programación cultural de una ciudad. Por ejemplo, en Alicante se puso en marcha el Consejo Cultural de la ciudad y se dejó morir por inanición por no llamarnos. No nos dejan participar en la política cultural de las ciudades; esa es nuestra guerra.

– Mi guerra particular es parecida a la vuestra. Pienso que se tarda mucho en comprender que el arte es una actividad económica. Se percibe más como una actividad puramente ociosa.
– Por supuesto que es una actividad económica. Los amantes del arte somos muchos más de los que nos dedicamos a esto, sino que hay una gran parte de la población a la que le encanta el arte. Hay quien se mueve para ver una exposición de una ciudad a otra y de un país a otro. Estuve en Arco y en el resto de ferias alternativas que se celebran y había muchos visitantes de otras localidades. Para que exista un turismo cultural hay que ofrecer la posibilidad de que acudan visitantes de fuera para ver una exposición.

– El PIB que genera la cultura está saliendo a la luz en los días de la crisis del coronavirus, reivindicando su aportación a la economía de la Comunitat, del país, de la UE…
– Muchas veces, incluso hay que adquirir las entradas con antelación para ciertas exposiciones. Hace años, llegabas a La Alhambra y entrabas; ahora ya no, debes ir con entradas y con un horario programado. Lo mismo que con un buen concierto o una buena ópera. Hay que concienciarse de que dar calidad significa atraer gente.
Lo crítico no quita lo respetuoso

– Tras este pequeño un repaso general de la situación, demos un salto a la labor de la crítica de arte. ¿Quiénes son tus maestros?
– Terminé la carrera en el 88 y tuve la suerte de tener entre mis maestros al profesor de arte contemporáneo Juan Antonio Ramírez Domínguez, que falleció hace unos años. Por entonces, él ya nos daba las clases con dos proyectores al mismo tiempo. En sus exámenes, nos hacía una pregunta y podías hacerla en tu casa o en la biblioteca. Él nos enseñó que la crítica de arte es un formato literario. Además, en la Comunitat tenemos referentes como Juan Ángel Blasco o Román de la Calle, que han escrito mucho y bien. Para escribir una reseña de veinte líneas hay que prepararse mucho y ese es un trabajo que no se ve. He escrito en diferentes medios, últimamente sobre el despertar de la mujer en el arte. Y para escribir esas veinte líneas, me puedo pasar una tarde entera, porque hay que dar datos reales. Esa parte de investigación me gusta muchísimo. Hay que leer de todo, salen muchos artículos en prensa, reseñas de exposiciones… Ahora, internet permite estar al día y saber qué se está haciendo en el Moma, por ejemplo, incluso poder descargarte el catálogo.

– ¿Cuáles son tus criterios al enfrentarte a una exposición?
– Intento ser siempre lo más honesta posible. Es decir, no tengo una varita mágica para decir si un artista es bueno o no. Hace unos años sí que se hundían muchas carreras. Ahora creo que hay que ser muy respetuoso con el trabajo de un artista.


Puedes leer la entrevista completa en la REVISTA ECONOMIA 3

Este número te lo puedes descargar de manera gratuita con la promoción #desdecasa

ESAT-ranking1-300
Turismo-sostenible
Turismo-sostenible
Ruta de las barracas Alcati

Dejar una respuesta