El icónico Hotel Ritz de Madrid -bajo la enseña Mandarin Oriental Ritz– abrirá el próximo verano. El hotel ha anunciado que el servicio de restauración correrá a cargo de Quique Dacosta. El chef cuenta con cinco estrellas Michelin, tres en su restaurante de Dènia y dos en El Poblet de València.

Quique Dacosta se encargará de diseñar, desarrollar y dirigir todas las propuestas gastronómicas de los cinco restaurantes y bares del hotel. En Mandarin Oriental Ritz, el restaurante de autor, con vistas al famoso jardín del hotel, está llamado a ser un referente gastronómico nacional e internacional. Bajo la espectacular cúpula de cristal original, que estuvo oculta durante 80 años y ha sido ahora cuidadosamente restaurada, se encuentra el Palm Court que albergará un restaurante de cocina clásica y en la parte alta se servirá el afternoon tea. Los huéspedes también podrán disfrutar del Ritz Garden o del encanto del Ritz Bar. Por último, el Champagne Bar ofrecerá una selección exclusiva de champagnes maridados con un menú de tapas.

«Estoy muy emocionado de trabajar en la propuesta culinaria de Mandarin Oriental Ritz y ofrecer una experiencia gastronómica única en todos los restaurantes, bares y servicio de banquetes», ha declarado el chef.

Por su parte, Gérard Sintès, director general del hotel, ha destacado que Dacosta puede ofrecer «mucho más que una experiencia culinaria, con su sentido de la creatividad y carácter único, encaja perfectamente con nuestra misión de deleitar y satisfacer a nuestros huéspedes”.

El hotel abrió sus puertas por primera vez en 1910 y ha sido totalmente restaurado bajo un proyecto realizado por Rafael de la Hoz. El nuevo diseño de las zonas comunes se ha centrado en la restauración minuciosa de los rasgos arquitectónicos interiores del hotel, incorporando una serie de valiosas piezas artísticas de la colección de la propiedad, incluyendo candelabros de cristal, pinturas clásicas y esculturas.

El célebre hotel contará con 100 habitaciones y 53 suites, entre ellas la Suite Real y la Suite Presidencial, con vistas al Museo del Prado. Las torretas del piso superior han sido habilitadas como suites con balcones privados.