La filósofa y ensayista valenciana Adela Cortina Orts, creadora de la palabra «aporofobia» (odio al pobre), ha sido la ganadora del II Premio Palabra, que otorga la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la Fundación César Egido Serrano.

El premio se ha entregado en el Palacio de Fuensalida, sede del gobierno castellano-manchego, con la presencia del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; el presidente de la fundación, César Egido, y el presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez.

El jurado ha destacado que Adela Cortina, además de crear la palabra aporofobia, concede la máxima importancia a las palabras como recurso fundamental de entendimiento y defiende la necesidad de que el avance de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial vaya ligado a principios éticos y de protección de los derechos humanos, sociales, políticos y económicos.

En su discurso, la catedrática ha asegurado que hoy, más que nunca, la palabra necesita una defensa, y ha reconocido que muchas personas han hecho suyo el verso de Blas de Otero «me queda la palabra», sin embargo, se ha preguntado «si eso es verdad» porque la palabra, «a fuerza de manipulación, se ha prostituido» y ya ni siquiera ésta nos queda.

La catedrática apela a los poderes públicos en la defensa de la veracidad y la verdad en tiempos de posverdad y demagogia

La ganadora del Premio Palabra, que tiene una dotación económica de 10.000 euros, ha destacado también la importancia del diálogo y ha dicho que para que éste exista, tienen que darse cuatro pretensiones: inteligibilidad, veracidad, verdad y justicia, en estos tiempos, ha dicho, de posverdad, de la que son maestros los demagogos, y de fake news o bulos, que son aquellas noticias falsas propagadas por algún fin.

La inteligibilidad es un derecho de la ciudadanía y un deber de los poderes públicos, ha explicado Cortina, quien ha continuado que más dificultad presentan la veracidad, la verdad y la justicia.

Ha advertido de que «sin duda, la retórica manipuladora es muy antigua», pero hoy está tomando un protagonismo inusitado en el mundo de la comunicación política, apelando a palabras biensonantes como democracia, progreso, patria o soberanía , «que despiertan sentimientos positivos pero a las que se ha vaciado de contenido«, y por eso los mensajes que se construyen con ellas no responden a las pretensiones de veracidad, verdad y justicia, sino que son «mensajes mendaces e injustos».

Con todo ello, se ha preguntado la filósofa antes de mostrar su agradecimiento por el galardón, si se están destruyendo los puentes de auténtica comunicación y si «nos queda realmente la palabra».

César Egido ha resaltado las aportaciones de la catedrática emérita premiada al acuñar una palabra importante como es aporofobia, incluida por la Real Academia de la Lengua y elegida palabra del año en 2017 por la Fundación del Español Urgente.

El presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez, ha indicado que en la actualidad se está produciendo la mayor circulación de palabras, para bien y para mal, porque al tiempo que permite la difusión de información, también ésta está siendo utilizada por los que quieren reducir al mínimo el poder de la palabra y así desinformar o difundir el odio.