En pleno verano, entramos de lleno en la temporada alta de los festivales de música en la Comunitat Valenciana. Durante los meses de julio y agosto se llevan a cabo grandes eventos musicales como el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) o el Arenal Sound (Burriana) en la provincia de Castellón, así como el Medusa en Cullera (Valencia) o el Low Festival de Benidorm, en Alicante.
En los últimos años se ha ido introduciendo el pago electrónico en este tipo de eventos. Una de las tecnologías que se ha ido imponiendo es el ‘cashless payment’, pagar las consumiciones a partir de un microchip instalado en la pulsera que te entregan con la entrada y que se puede recargar mediante el móvil. Este prototipo nació con el objetivo de controlar el aforo de los recintos, pero con los avances tecnológicos implementados en el dispositivo provocó una evolución inevitable en sus funcionalidades, en un primer momento como sistema para el control de stock, de camareros o el de la facturación de las cajas de las barras.
Ahora, en plena transformación digital, estos chips se han convertido en algo más que una forma de pago o de control de aforo y stock. Su capacidad de almacenamiento recopila datos de alto valor muy interesantes para promotores, empresas patrocinadoras o de cara a crear estrategias de promoción de marcas o productos in situ.
El ejemplo lo tenemos en el “Libro Blanco de Hábitos de Consumo en Festivales”, un informe pionero en España que recaba estadísticas del uso de este sistema en festivales españoles y que fue elaborado por la empresa valenciana Idasfest, que lleva más de cinco años aportando sus prototipos a este tipo de eventos. A través de los datos recogidos en el casi medio centenar de eventos a los que la empresa llevó el cashless durante 2018, se concluye en que el uso del sistema cashless supone un incremento de las consumiciones del 17,30 % por parte de los asistentes. El chip de radiofrecuencia es capaz de crear un registro de horas, tipo de producto, edad o sexo del comprador e incluso, el tipo de música y la clase de consumo en un momento determinado, así como el del conjunto general del propio festival.
Estas cifras indican que el consumo medio de una persona en un festival con pulsera es de 23,44 euros. Con respecto a las recargas medias por persona ascienden a 25,66 euros, lo que supone, 2,22 euros más de diferencia de consumo. Según estos datos, el asistente a un festival sin cashless genera, un consumo de 19,38.
¿Qué datos de interés nos puede ofrecer el Big Data que genera?
Según los responsables de la empresa Idasfest, hasta el más mínimo detalle. A grandes rasgos el documento determina que el 55 % de los asistentes a este tipo de eventos tiene una edad media entre 18 y 24 años, pero los que más gastan son aquellos que tienen más de 35 años, aunque solo representa un 16 % del aforo medio.
El informe revela, por ejemplo, que la bebida que más se consume en los festivales es la cerveza, alcanzando un 55,45 % del total. En segundo lugar aparecen las copas (19,57 %), muy seguidas por los refrescos (18 %). Por último, cubalitros y chupitos que son los dos tipos de consumiciones menos demandados con un 4,79 % y 2,22 % respectivamente.
Por estilo de música, los rockeros son los que más dinero gastan en este tipo de eventos con un consumo medio que roza los 35 euros, seguidos por los festivales indie (19,80 €), latino(18,82 €), reagge (16,60 €) y por último la música electrónica donde los asistentes se gastan 15,23 euros.
En cuanto a la duración, según estos datos, el consumo cae drásticamente si el evento dura más de cuatro días cerca de 42 %, pasando de los 30,27 euros a los 17,58 de media, siendo entre los 2 y 4 días cuando se produce una mayor cantidad de gasto por parte del público.
Más allá de la anécdota, conocer estos hábitos de consumo de los asistentes de forma tan concreta y real constituye un filón para las marcas anunciantes, con los que pueden elaborar mucho mejor su estrategias de venta teniendo a su disposición tanto detalle. Este sistema crea informes del evento con gráficas por horas y días respecto a consumos y recargas. También, permite un control absoluto de todo lo relacionado con consumos: stock o dinero en caja.
Por otro lado, las pulseras están totalmente ligadas a la seguridad de los eventos, ya que permite a los organizadores conocer en tiempo real el aforo exacto del recinto y también contribuye a la localización e identificación de asistentes .
Tecnología valenciana en expansión
Los emprendedores Joaquín Costa y Javier Juanes, fundaron en marzo de 2014 la empresa Casfid de servicios tecnológicos, de la cual surgieron varias líneas de negocio como Idasfest o Enterticket. Actualmente, y con una trayectoria de cinco años, la empresa es la principal proveedora de este tipo de servicio en España, y durante 2019 tienen contrato con más de 80 festivales de música por el territorio nacional.
Casfid también opera en Europa, siendo Portugal el país por el que más apuestan. Además, aunque ya se están introduciendo con éxito en otros países del continente, la empresa tiene la vista puesta en Sudamérica y contemplan la expansión internacional a países como Colombia o Perú.