Del Impiva al Ivace, la promoción del diseño como apostolado
El capítulo de hoy en apoyo a la candidatura València Capital Mundial del Diseño recuerda el papel desempeñado por la administración autonómica -del Impiva al Ivace– en difundir la importancia del diseño en la industria. Más que un trabajo, un verdadero apostolado para que las empresas vieran en el diseño y la gestión del mismo una palanca de diferenciación.
¿Es necesario el diseño en la industria? Presidencia de la Generalitat ha encargado al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas un estudio sobre el impacto del diseño en la economía. El pasado mes de septiembre el presidente de la Generalitat adelantó algún dato con motivo del Encuentro Nacional de Asociaciones de Diseño: las actividades industriales vinculadas al diseño ya suponen un 13% del PIB autonómico. Pero hasta llegar aquí, se ha recorrido un largo y nada fácil camino. Vamos a dar un repaso.
Del precio a la calidad y el diseño como factor de competitividad
Hacia la mitad de la década de los 80 del siglo pasado, el entonces Impiva se puso como objetivo la modernización de la industria valenciana. Si durante años el producto español había sido «el chino«, llegaba de verdad la competencia fijada en los precios. Para ello se desarrolló una política de promoción de intangibles: calidad y diseño, para mantener la competitividad de la industria valenciana.
Mientras en Milán, Londres y no tan lejos, Barcelona, florecía el diseño, en la Comunidad Valenciana apenas había un germen, potente, pero reducido. Lo primero que hizo la administración fue buscar un interlocutor formal con el que poder plantear las políticas de promoción de diseño.
Así se crea la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana, precisamente en 1985 y, a partir de ahí, se establece una relación para conocer las necesidades, determinar promociones … en resumen, desarrollar medidas para el desarrollo de una cultura del diseño industrial.
Ayudas a las empresas, prestación de servicios y promoción fueron las líneas básicas del entonces Impiva para introducir el diseño en la industria valenciana
Fruto de esta colaboración se iniciaron una acciones de dinamización, algunas con mucho éxito, como fueron los Premios València Innovación. Punt Mobles, Adex, Andreu World, Industrias Saludes, Trusva, Pamesa, Cerámica Decorativa, Fermax, Logopost, Rolser, Muebles Bon Estil, Chueca Hermanos o Fritta son algunas de las empresas -algunas desgraciadamente desaparecidas- que consiguieron ese codiciado galardón entre 1985 y 1994, último año de su convocatoria.
La batería de acciones incluyó la creación de unas becas, en unos años en los que Erasmus era una promesa de futuro, con el objetivo de formar expertos. Impiva llegó a acuerdos con las más importantes escuelas de diseño, como la Politécnica, el Instituto Europeo de Design y la escuela Domus de Milán; Saint Martins y Royal College en Londres o la UCE de Birmingham. Entre 1984 y 1998 se concedieron 37 becas, la mitad de ellas en el IE de Milán.
El programa volvió a ponerse en marcha en 2005 centrado en la especialización en áreas prioritarias para la industria. Las becas incluían un curso en la UPV, que estructuró Manuel Lecuona, y prácticas en los institutos tecnológicos que, raíz de este programa dieron entrada a especialistas en diseño.
Muchos de los beneficiarios de las becas se convirtieron en valorados profesionales o profesores en las escuelas que empezaron a crearse.
Paralelamente se crearon las ayudas directas a las empresas para la contratación de diseñadores que pudieran intervenir durante el proceso de desarrollo de productos. Estas ayudas siguen vigentes a través de la línea InnovaProD del Ivace, destinada a apoyar acciones que puedan mejorar la definición y puesta en producción de nuevos productos.
En el ámbito de los servicios, se establecieron ayudas destinadas a mejorar el nivel de formación de los profesionales y a potenciar el desarrollo de una red de servicios de apoyo externos para mejorar los procesos de diseño en la empresa.
Del Catálogo de Diseñadores al Centro de Documentación, recursos al servicio de las empresas para la gestión del diseño
Por ejemplo, se procedió a editar el Catálogo de Diseñadores de la Comunitat Valenciana, una herramienta muy útil para profesionales y empresas. Para los primeros, porque aparecían con su contacto, especialización y trabajos. Las empresas, por su parte, disponían de información, porque desconocían con quién abordar proyectos de diseño.
Al mismo tiempo, la labor de apostolado se traducía en la realización de multitud de actividades de divulgación, conferencias, exposiciones, charlas …
En una época en la que internet todavía era una fantasía, Impiva montó un Centro de Documentación de Diseño. Una auténtica biblioteca técnica centrada en diseño que recopilaba lo que se publicaba por el mundo.
Revistas difíciles de encontrar y caras, publicaciones extranjeras que no llegaban a España, salvo por suscripción o cuadernos de tendencias para que las empresas conocieran por dónde iba a evolucionar el mercado. Incluso tenía un registro de profesionales con información gráfica de los trabajos realizados.
El CDD se convirtió en un servicio tanto para diseñadores como para empresas. Hoy día, tras una rocambolesca peregrinación, tiene su sede en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de València.
Una acción muy relevante fueron los Encuentros de Diseño que se celebraron en Alicante, también en el 85, en los que participaron los gurús del diseño en aquella época. Una acción focalizada en los medios de comunicación para que, de alguna manera, se convirtieran en agentes de difusión de las acciones que se estaban desarrollando y que tuvo una notable repercusión.
En 1994, los encuentros tuvieron una réplica con las Jornadas sobre la Gestión del Diseño y la Innovación de Producto, que se celebraron en Elda.
Impiva Disseny o como rentabilizar recursos de distintos ámbitos para aumentar el alcance de las acciones
Esta batería de acciones se mantuvo hasta 2005, año en el que se montó Impiva Disseny que involucra a asociaciones profesionales y empresariales, institutos tecnológicos y centros docentes que se integran en el proyecto. El objetivo era rentabilizar al máximo las ayudas autonómicas, aumentando el alcance de las acciones de promoción de diseño, aprovechando las capacidades de los organismos participantes.
Los resultados de ese plan de promoción fueron 46 entidades trabajando proyectos para promocionar acciones de diseño en su entorno y consolidar la oferta de servicios a la empresa, que se plasmaron en 257 proyectos de promoción del diseño en diferentes ámbitos sectoriales.
El proyecto se inició con la formación de personal especializado en gestión de diseño para que trabajara en entidades ayudándolas a estructurar sus servicios a las empresas.
Toda esa labor quedó reflejada en el portal Impiva Disseny, la web que funcionó cómo centro de difusión de ayudas, actividades, publicaciones y servicios para las empresas en materia de diseño. Un portal enfocado a ayudar a la empresa, como una guía práctica que contó con la colaboración de Nacho Lavernia en su concepción.
La utilidad era máxima, ya que resolvía cuestiones tan básicas que iban desde cómo elegir un diseñador a cómo hacer un contrato o medidas de protección de propiedad intelectual. Una guía eminentemente práctica que ponía a disposición de las empresas toda la infraestructura de apoyo existente en materia de diseño.
Suma y Sigue, la exposición que demostró el valor del diseño valenciano a través de 250 productos
Como colofón de este desarrollo, en 2009 se montó en el Muvim la exposición Suma y Sigue del Disseny en la Comunitat Valenciana, una acción para fomentar el diseño valenciano factor de competitividad de la empresa e imagen de modernidad de la sociedad valenciana. La exposición fue comisariada por Paco Bascuñán, quien fallecería cuatro días después de inaugurarse, y Nacho Lavernia y con la colaboración de Pepe Gimeno y Daniel Nebot.
La exposición recogía 250 piezas creadas por 130 empresas y diseñadores valencianos. Fue un gran éxito. En sólo dos meses recibió casi 15.000 visitantes, medio millar de personas se apuntaron a los talleres y más de mil realizaron visitas guiadas.
Con la crisis llegó una época aciaga y con la recuperación se volvieron a poner en marcha programas dentro de las ayudas a la innovación a la empresas, especialmente en desarrollo de producto. Las ayudas contemplan la contratación de servicios externos para la definición del producto como diseño e ingenierías; ayudas de registro, adquisición de maquinaria, materiales … Un programa completísimo y que, sin embargo, no llega a agotar sus fondos.
¿Tuvo resultados toda esta batería de acciones? Sin duda. Con sólo un vistazo a la producción manufacturera de 1985 y la de hoy se puede observar una evolución decisiva. En la actualidad, la industria valenciana dispone de un entramado de empresas, escuelas y profesionales que nos permiten optar con todo merecimiento a la Capitalidad Mundial del Diseño.
(Profundamente agradecida a la amabilidad y disposición de Amparo Sena, más de tres décadas desempeñando una labor encomiable)
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