Al encontrarse con las grandes telas de Anna-Eva Bergman (1909-1987), puede que la primera impresión que reciba el espectador sea haberse encontrado por sorpresa con la obra de Mark Rothko, pero al segundo vistazo empieza a emerger una personalidad muy distinta. Los horizontes de Bergman atraen con una cierta calma, lejos del fuego del estadounidense. Y después, invitan a iniciar un juego de perspectivas con ellas porque, como ha señalado el director del área de Arte de la Fundació Per Amor a l’Art (FPAA), Vicente Todolí, son obras «que casi respiran, de una materialidad imposible de reproducir».

Todolí ha definido el vocabulario de Anna-Eva Bergman como muy personal y, a la vez, una concentración de distintas referencias.  Vinculada al expresionismo abstracto de los años 60 -época a la que pertenecen las obras de la exposición de Bombas Gens– , además de la inevitable conexión con Rothko, la profundidad de los horizontes que protagonizan la muestra también la relaciona con románticos clásicos como Caspar David Friedrich o William Turner. La superposición de distintas láminas de metal, pan de oro, y vinilos dan como resultado unos relieves dorados y plateados que, efectivamente, parecen querer comunicarse con el espectador a través de sus reflejos.

Las pinturas reunidas bajo el título De norte a sur, ritmos, surgen de una visita que realizó la artista noruega a Carboneras (Almería) en 1962. Ese viaje le llevó a pintar sus primeros horizontes, un motivo que retomará más tarde tras un recorrido por las costas de su país natal. Mezclados entre sí, no hay pistas sobre la procedencia de cada uno de ellos: pueden ser horizontes mediterráneos o del gélido Mar del Norte, sin distinción.

En la presentación a la prensa ha participado el diplomático francés Daniel Malingre, presidente de la Fundación Hartung-Bergman, a la que pertenece la mayoría de las obras expuestas. Para él, la confusión entre los horizontes que propone Anna-Eva Bergman, «es un mensaje que nos devuelve la esperanza en Europa». La co-comisaria de la exposición, la también francesa Christine Lamothe, experta en la artista, lo atribuye a que «juega con malicia a la ambigüedad. Bergman reinventa la experiencia, acude a una memoria natural y arcaica, procedente del inconsciente colectivo, en búsqueda de su propia verdad». En una línea similar se ha manifestado la directora de Bombas Gens y también co-comisaria, Nuria Enguita, al subrayar la voluntad de «romper estereotipos de la visión de España». 

La directora de la FPAA, Susana Lloret, ha confirmado que se trata de la primera exposición individual dedicada a la artista en España. Anna-Eva Bergman fue la esposa del también pintor Hans Hartung y ha sido un caso paradigmático de talento femenino ensombrecido por el masculino. Por ello, “la Colección Per Amor a l’Art tiene un especial interés en contribuir a la puesta en valor y difusión de artistas aún no presentes en las historias del arte. Anna-Eva Bergman, junto a otras artistas que también forman parte de la colección como Irma Blank o Barbara Kasten, son ejemplos de nombres femeninos mayoritariamente desconocidos por el gran público en España. Y desde nuestra fundación vamos a hacer lo posible por darles la visibilidad que merecen”, ha anunciado Lloret.

Piedras, acantilados, fiordos, astros, montañas, tierra, agua, fuego, aire, norte y sur se transforman en escenarios únicos gracias a la poesía esquemática de la mirada de Bergman en las galerías de Bombas Gens. Las 85 piezas, provenientes de la Fundación Hartung Bergman (Antibes, Francia), el Henie Onstad Kunstsenter (Oslo), el Museo de Arte Moderno de París y cinco propias de la Colección Per Amor a l’Art, se podrán visitar desde esta tarde a las 20h, tras una presentación de las comisarias a las 18:30h, seguida de una conferencia a cargo del crítico de arte Romain Mathieu. Tomando las palabras de Enguita, vale la pena «mirar sus cuadros muchas veces para descubrir su complejidad».

Les esperan en el emplazamiento del barrio de Marxalenes hasta el 5 de mayo de 2019.