Viernes, 26 de Abril de 2024
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«Mala Ruina»: El cine quinqui no se rinde

«Mala Ruina»: El cine quinqui no se rinde

Hoy se presenta en el Palacio de la Prensa de Madrid Mala Ruina, un filme de 15 minutos de duración, que fusiona la música underground y la orquesta sinfónica con el cine quinqui. Protagonizada por el músico YungBeef y El CristoRamón Guerrero, y dirigidia por Carlos Salado , Mala Ruina es un spin off  la película Criando Ratas, estrenada online en 2017 y que sobrepasa los 2 millones y medio de visualizaciones en Youtube. Además, el fenómeno protagonizado por el largometraje fue el que dio origen al concepto neoquinqui. Hablamos con el productor ejecutivo que está detrás de toda la aventura, el alicantino Rubén Ferrández, de K.O. Cinema.

-¿Cómo se os ocurrió hacer un spin-off de Criando Ratas?

Criando Ratas es nuestro hijo, el proyecto que siempre tenemos en la cabeza. Nuestro objetivo es hacer la segunda parte, pero como no nos podemos permitir el lujo de hacer cine profesional por los costes que conlleva, apostamos por hacer lo que estaba en nuestras manos, un spin off, para volver a hacerle un regalo a la comunidad de seguidores de la película, que nos ha acompañado en este proceso y nos ha mimado mucho.

-¿La industria del cine no se muestra receptiva a resucitar el género quinqui?

-A la industria le llama la atención Criando Ratas, y la apuesta que se hizo desde la humildad y la honestidad más absoluta. Sin embargo, el problema es que, por un lado, nuestra manera de entender el cine como un vehículo disruptivo y transgresor para hacer sentir y reflexionar, hace que a la industria le cueste apostar por este tipo de proyectos. Sacaremos Criando Ratas 2 el día que haya un productor que respete de manera honesta el planteamiento de nuestro director. Somos conscientes de que esos productores existen, pero a la mayor parte de la producción española le cuesta apoyar algo tan puro como este proyecto.

-Ahora insisten con comedias ligeras, nada que ver con algo tan auténtico como Criando Ratas. Necesitaríais a alguien muy valiente.

-Son conscientes de que este proyecto tiene un segmento de mercado que lo va a consumir. Pero, normalmente, las producciones tienden a ser algo más edulcoradas, artificiales, con el objetivo de llegar a un público más masivo.

-Se ha vuelto mucho la mirada a los quinquis de los 80. Antes de descartar la producción de una película neoquinqui, que tampoco implicaría unos costes muy caros, yo me lo pensaría.

-Nosotros estamos convencidos que la película funcionaría. Tenemos un público detrás muy fiel al estar dirigido a un nicho tan concreto. Además, el mundo underground y de la calle ahora es tendencia, a través de la moda y la música trap. Por lo tanto, entendemos que existen condiciones suficientes para apostar por este film que se puede hacer con recursos mucho más limitados que una gran producción. La esencia del género quinqui no necesita artificio ni que la factura sea buena. Por eso, tenemos los ingredientes suficientes como para que Criando Ratas 2 pueda ser una realidad. La primera parte fue un proceso muy largo, estuvimos 6 años trabando en la película. Cuando por fin la terminamos, tuvimos un parto muy emocional, incluso exitoso, pero también doloroso, porque fue muy complicado. Necesitábamos desintoxicarnos de ese proceso, que fue muy duro para todos, y ahora ya podemos mover la segunda parte. Mala Ruina es la precuela que va a testear cómo está la industria y nuestra comunidad de seguidores. Será nuestra prueba de fuego, la excusa para que los productores valientes apuesten por nosotros. Ya estamos preparados.

-Mala Ruina dura 15 minutos y todo lo que incluye promete bastante.

-Nunca he puesto etiquetas a nuestro trabajo porque creo que, al ser diferente, es mejor que lo juzguen otros, pero diría que es una combinación del cine con la música, del cortometraje con el videoclip. Como lo que fue en su momento Thriller de Michael Jackson. Desde nuestra humildad, siempre hemos intentado hacer algo diferente. En este caso decidimos hacer un cortometraje donde la pieza clave fuera la música, en este caso de Young Beef, con la de la Orquesta Sinfónica de Carlos Salado, que es el leit motiv de Criando Ratas.

-Háblame de los protagonistas. ¿Quiénes son Young Beef y el Cristo?

-El Cristo, Ramón Guerrero, es una persona que ha vivido la delincuencia de primera mano. Se ha criado en barrios faltos de recursos. Por tanto, la autenticidad y el realismo del relato es muy potente. Ahora bien, el Cristo no es el reflejo de Ramón Guerrero, sino la consecuencia de todo lo que ha vivido. A Ramón le metieron preso en pleno rodaje de Criando Ratas, y la tuvimos que acabar durante sus permisos carcelarios. La mayor parte del reparto de las películas es gente que ha vivido la delincuencia de primera mano, no se la han contado. Pero, aún así, están interpretando un personaje.

Estas características se pueden aplicar 100% al género quinqui clásico. Entonces, ¿cómo definirías el género neoquinqui?

Neoquinqui es una etiqueta que puso la industria. Nosotros sólo éramos conscientes de que estábamos renovando un género de hace 40 años y aplicándole conceptos de la nueva era. Pero no somos quiénes para acuñar el término neoquinqui. Los compañeros de la industria y los periodistas fueron quienes al ver nuestra obra la acuñaron así y es lo que se ha quedado en el imaginario colectivo. Ahora la propia industria, incluso me atrevería a decir el ámbito universitario y otros foros, están estudiando este formato.

-A fin de cuentas, el espíritu que os empuje es el mismo que empujó a Eloy de la Iglesia, a José Antonio de la Loma y a los nombres vinculados al género.

-Pretendíamos hacer un tributo a un género que amábamos y que hacía al menos 30 años que nadie tenía el valor de enfrentarse. Quisimos respetar su espíritu e innovarlo a través del trabajo del director Carlos Salado. Es un tributo hecho con 5.000 euros y muchas narices, pero salvando las distancias de lo que el cine quinqui fue, porque no podíamos llegar a hacer lo que hizo de la Iglesia. El PicoNavajeros o Deprisa, Deprisa de Carlos Saura, marcaron un punto de inflexión en el cine español. Los directores eran más disruptivos y la sociedad más receptiva a lo que se quería transmitir.  Y me gustaría poner en valor el modelo de difusión: todo lo que hacemos tiene el objetivo de hacer sentir a la gente e invitar a la reflexión para intentar transformar el mundo. Hemos vuelto a apostar por difundirlo de manera gratuita online porque nuestro objetivo es que esta realidad le llegue a todo el mundo, que sepan lo que está ocurriendo a diez minutos de su casa, sin cortapisas económicas como la de pagar la entrada de un cine o suscribirse a una plataforma.

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