Los mercados emergentes presentan preocupantes indicios, según los analistas económicos. El Banco de España o la compañía de seguros Crédito y Caución alertan de posibles turbulencias económicas, especialmente en Turquía y Argentina, que podrían afectar la estabilidad y el crecimiento.

El Banco de España sitúa el cambio de tendencia la pasada primavera con el aumento de los tipos de interés en Estados Unidos, lo que ha supuesto fuertes entradas de capital y una fuerte apreciación del dólar. Un contexto, señala el supervisor, especialmente adverso para economías emergentes que todavía tienen un elevado déficit por cuenta corriente y endeudamiento en moneda extranjera.

El deterioro de los mercados financieros emergentes se agudizó durante los meses de verano, con la adopción de medidas proteccionistas y el repunte de las tensiones geopolíticas. A ello se añadieron los problemas específicos en Argentina y Turquía. Esta situación se tradujo en una fuerte salida de capitales y la paralización de emisiones de renta fija.

Sin embargo, los países más integrados en la economía global, como Hong Kong, Corea o China, han podido sobrellevar positivamente los cambios. Las monedas que más se han depreciado respecto al dólar han sido el peso argentino (-29%), la lira turca (-27), el rand sudafricano (-13) y el rublo (-11)

Por el contrario, el peso mexicano se ha apreciado casi un 7 % tras la celebración de las elecciones presidenciales y el principio de acuerdo para un nuevo tratado comercial con Estados Unidos.

Turquía y Argentina, en el punto de mira

Sin embargo, el informe del Banco de España, considera que la volatilidad de las economías emergentes está siendo contenida por la buena respuesta de las autoridades ante las turbulencias. Fuera de esta visión positiva quedan Turquía y Argentina, como las dos economías más afectadas.

En el caso de Turquía se apunta una inflación del 18%, un fuerte endeudamiento del sector privado no financiero en moneda extranjera y una carga de deuda a corto plazo muy elevada.

El Banco de España alerta del riesgo de un aumento de la morosidad, peligro que se acrecienta por las dudas sobre la independencia del banco central y la escalada de la tensión política con Estados Unidos que ha desembocado en una guerra comercial.

En el caso de Argentina, la demora de los resultados en el ajuste económico ha provocado un endurecimiento de las condiciones financieras de los mercados internacionales. La situación se agravó por la sequía que redujo la producción y exportación agrícolas, la fuerte salida de capitales y la depreciación del peso.

La exposición de la economía española a estas dos economías a través del canal comercial es moderada, siendo más relevante por lo que respecta a los canales de inversión exterior y bancario.

Durante las primeras semanas de septiembre, los mercados emergentes han tendido, en su conjunto, a estabilizarse. En el caso de Turquía, el banco central elevó los tipos de interés hasta el 24 %, mientras que en Argentina la autoridad monetaria aumentó el tipo de interés oficial hasta el 60 % y el Gobierno anunció un importante ajuste fiscal, al tiempo que solicitó un adelanto de los desembolsos de los fondos previstos en el acuerdo con el FMI.

Turbulencias en la Europa del Este

Por su parte, el Barómetro de Prácticas de Pago difundido por Crédito y Caución advierte de una pérdida de liquidez empresarial en la Europa del Este, lo que aumentará el riesgo de crédito comercial. Por otro lado, considera que hay indicios de deterioro en el crecimiento a largo plazo de estas economías.

La previsión de la compañía aseguradora es de un aumento del periodo medio de cobro, especialmente en Turquía y Rumanía.

En cuanto a las amenazas al crecimiento económico mundial, el Barómetro incide en el riesgo que supone el proteccionismo estadounidense, el aterrizaje forzoso de la economía china y el crecimiento de la inestabilidad geopolítica. La mayor preocupación se centra precisamente en Turquía.