“El absentismo perjudica a las empresas, a la Seguridad Social y a los trabajadores”
Unión de Mutuas es un referente social de Castellón que traspasa los límites autonómicos para consolidarse como una de las 20 mutuas que cubren todo el Estado. El objetivo de esta institución no es otro que “curar bien y pronto” como recalca el presidente José María Gozalbo (Vila-real, 1937), algo que requiere tener un servicio asistencial rápido, efectivo y eficiente. Una efectividad que constatan el Sello de Excelencia Europea EFQM 500+ , que otorgan los expertos auditores de Aenor y el Club de Excelencia en Gestión (CEG). Gozalbo, que ostenta la presidencia desde 2007, siente la institución que preside como algo propio, no en vano el padre de este industrial de Vila-real fue uno de los fundadores de la antigua Mutua Industrial Castellonense, que se fusionó en 1990 con otras entidades para alumbrar a la Unión de Mutuas actual. Una organización que ocupa el puesto 12 de las 20 existentes.
Documentos relacionados
El arraigo social de Unión de Mutuas procede de “nuestra actividad industrial, de la que somos herederos”, apunta Gozalbo, quien resalta como valores de esta organización “el saber hacer y el trato cercano y familiar”. En esos cimentos se sustenta esta institución que da cobertura a más de 303.000 personas y 37.400 empresas. La prevención y la atención médica a los mutualistas son principios que rigen la acción de esta mutua que mantiene una estrecha relación de colaboración con la Seguridad Social, de acuerdo a lo fijado por la ley que la regula.
La Unión de Mutuas actual es consecuencia del deseo de varias entidades de crecer y de apostar por la calidad de los servicios ofertados. Gozalbo echa mano de su conocimiento de la institución para apuntar que “Unión de Mutuas tal y como la conocemos hoy nació en 1990, y como su nombre indica fue la suma, la unión de 13 mutuas patronales, representativas de la actividad productiva valenciana de aquel momento. Están sectores como la industria textil, la madera, el mueble, la metalurgia, la cerámica, el sector químico, el de la alimentación o la curtición y el de las pieles”.
– ¿Han sabido adaptarse las mutuas a las demandas de la sociedad?
– Sí. En este caso, Unión de Mutuas es un ejemplo de esa evolución habida en el sector. Forma parte del proceso de fusiones que tuvo lugar en el sector del mutualismo en los años 90. Un proceso impulsado por el Ministerio de Trabajo. Desde la Administración central se fijaron las bases para reducir la atomización de este sector. Ello, propició que las entidades pequeñas tuvieran que agruparse entre sí para dar lugar a mutuas de mayor tamaño y envergadura. Se abrió a lo largo de la última década del siglo XX, un proceso de concentración que supuso que de las 200 mutuas existentes hayamos pasado a las 20 actuales.
– ¿Qué vinculación hay entre las mutuas y la Administración?
– Según nuestro régimen legal pertenecemos al sector público estatal de carácter administrativo y tenemos la obligación de aplicar, en materia de contratación, la ley del sector público. Además, las mutuas estamos sometidas a la vigilancia y tutela del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, rendimos cuentas ante el Tribunal de Cuentas y la Intervención General de la Seguridad Social.
Los cambios en esa relación los ha ido marcando la Administración, que es quien ha ido transformando la naturaleza propia de las mutuas. A partir de los años 60 nos convertimos en entidades colaboradoras de la gestión de la Seguridad Social en cuanto a los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Posteriormente, hemos ido asumiendo coberturas y prestaciones que van más allá del accidente de trabajo, como es la prestación económica de la incapacidad temporal de contingencias comunes o las prestaciones por riesgo de embarazo, la del cuidado de niños con cáncer o enfermedad grave y el cese de actividad de los autónomos.
– Al referirse a la historia de la mutua, apuntaba que las 13 mutuas sobre las que se gestó Unión de Mutuas representaban al tejido industrial de la Comunitat Valenciana, una región que, como el resto del país, se vio afectada por la crisis económica, ¿también la mutua?
– Las mutuas son el termómetro más importante para comprobar el estado de la economía porque dependen de sus afiliados. Así, el año pasado creció la afiliación en Unión de Mutuas un 7 %. Somos la mutua que más notó la crisis económica porque, como he comentado antes, había mucha industria de la cerámica. La crisis empezó a percibirse en 2007 y durante los años de la misma la cifra de afiliados en la mutualidad bajó más del 20 %, especialmente en Castellón, que es la retaguardia de Unión de Mutuas.
A pesar de los años difíciles fuimos estrictos con el control del gasto, implementamos una política de ajuste de costes, al mismo tiempo que continuamos, por encima de todo, dando el mejor servicio a los trabajadores accidentados. Todo ello, gracias a una gestión económica eficiente y eficaz que nos han reconocido los auditores. Durante todos los años de la crisis obtuvimos resultados positivos que fueron directamente a la “hucha” de la Seguridad de Social.
– ¿Qué volumen de negocio tiene Unión de Mutuas?
– En 2016, último ejercicio auditado, obtuvimos un resultado positivo de 15,5 millones. Le ingresamos al Sistema de la Seguridad Social 9,4 millones. De ellos, 6,7 para el Fondo de Contingencias Profesionales, otros 2,5 para la Reserva de Cese de Actividad y 190 euros al Fondo de Reserva. Los buenos resultados refuerzan nuestras reservas, que son de 76,5 millones.
– Las mutuas, por su ámbito de actuación, son un buen termómetro para medir los efectos de una crisis económica como la que arrancó en 2007, ¿cómo afectó a la provincia y a la Comunitat Valenciana?
– Castellón fue una de las provincias que más notó la crisis ya que la industria azulejera estaba dedicada a la construcción. En esta provincia ha tenido una gran incidencia porque el sector de la construcción arrastró al resto de sectores. Al sector azulejero también y no afectó más gracias a que el azulejo es un producto exportable, pero aun así, ha sido una situación muy difícil. La crisis ha sido muy dura y larga, casi diez años, tiempo en que se han visto afectados todos los sectores económicos de la Comunitat Valenciana. Pero hemos procurado siempre ser conscientes de lo que se tiene que hacer.
– ¿Se vislumbra la salida de esa crisis como anuncian desde el Gobierno?
– Las mutuas son el termómetro más importante para comprobar el estado de la economía porque dependen de sus afiliados. Así, el año pasado creció la afiliación en Unión de Mutuas un 7 %. Ahora la situación es distinta. La provincia de Castellón y la economía española, en general, ha cerrado un 2017 con un balance en positivo. Los datos que se tienen apuntan a que se ha producido una notable mejoría. El crecimiento económico es una realidad, de acuerdo a las cifras y datos que ofrecen los distintos indicadores de actividad. Incluso, los expertos aseguran que la Comunitat Valenciana ha recuperado la competitividad que teníamos antes de la irrupción de la crisis.
Así, según datos del Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef), la Comunitat Valenciana es la autonomía que más empleo ha generado en el último trimestre del año pasado, con 21.800 ocupados más y la segunda autonomía donde más se ha reducido el paro (17.200 desocupados menos). Lo más importante es que el fuerte impulso de la creación de ocupación se esté registrando en la industria. La industria es el sector donde más ha crecido la ocupación concentrando más de la mitad de toda la creación de trabajo en nuestra Comunitat.
– ¿El comportamiento de los trabajadores en tiempo de crisis es distinto al de las épocas de bonanza económica?
– Los datos relacionan la situación económica con la incapacidad temporal de las bajas, es decir, a más actividad hay más bajas. Esto sería lógico si afectara solo a las contingencias laborales, vinculadas a la actividad económica, pero no tanto a las enfermedades comunes que son las más numerosas entre las bajas que afectan a los trabajadores. El caso es que coincidiendo con la mejora económica, el absentismo está subiendo y es un verdadero problema, es una gran bolsa de fraude que perjudica a las empresas, a la Seguridad Social y a los trabajadores. Con la economía y el empleo creciendo, se han esfumado los bajos índices de absentismo que tuvimos durante la crisis, cuando había cierto miedo a perder el empleo. Todo esto causa un perjuicio por fraude al sistema de la Seguridad Social pero también causa daño a quienes sí quieren trabajar y no logran acceder al mercado laboral. En España se da un nivel excesivamente alto de absentismo, con un promedio de 11 días perdidos por trabajador y año.
Las bajas por Incapacidad Temporal (IT) están aumentado en el ámbito nacional, la incapacidad temporal está ocasionando 1.266 días de baja por cada 100 trabajadores. El coste salarial derivado de los procesos de IT que asumen las empresas y, en su caso los trabajadores, supone de media más de 1.500 euros por proceso que si lo repercutimos sobre el conjunto de la población alcanza 470 euros por trabajador y año.
– ¿Hay fraude en las bajas?
– Es complicado saber las causas. Evidentemente no todas las bajas son fraudulentas. La mayoría de los trabajadores no provocan fraude. Tan injusto es que se reconozca una prestación a una persona que no lo requiere como que no se reconozca a una persona que sí lo necesita.
Los datos, efectivamente, hablan de una subida del absentismo y el sistema no puede permitirse a los que se aprovechan del sistema, a los absentistas profesionales, por lo tanto, es lógico que las empresas quieran controlar las bajas por incapacidad temporal para que respondan realmente a situaciones incapacitantes.
Es muy preocupante porque nos jugamos la sostenibilidad del sistema. Es un problema muy grave porque tiene grandes repercusiones en las cuentas de la Seguridad Social y lógicamente afecta a las mutuas, y a la competitividad empresarial porque además supone un aumento de los costes laborales empresariales.
En este campo, por ley, las mutuas somos las encargadas de abonar la prestación económica, realizamos controles y seguimiento de los procesos de baja, y somos ágiles con la realización de las pruebas médicas, las intervenciones quirúrgicas o los tratamientos. Como no hay listas de espera, los diagnósticos se realizan con rapidez, se reducen los tiempos de recuperación y, por tanto, el empleado puede volver al trabajo y a su vida normal en un periodo de tiempo menor.
Se trata de una labor muy importante, ya que el exceso del resultado positivo de esta gestión, de la cobertura de la prestación económica por IT por contingencia común, (accidente no laboral y enfermedad común) va directamente a la SS, al Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
– ¿Se puede atajar el fraude?
– Combatir el fraude es fundamental pero no depende de las mutuas, es un tema del Gobierno y de los agentes sociales.
– ¿Disponen de medios para gestionar el absentismo?
– Tenemos la Unidad de Absentismo, una herramienta imprescindible para mejorar la salud laboral y la productividad. Trabajamos con las empresas en medir, en analizar las causas y en actuar. Elaboramos planes personalizados para cada empresa implantando estrategias que mejoren el clima laboral y la conciliación, que incrementen la salud y el bienestar de los trabajadores y, de forma indirecta, la reducción de los costes asociados a este fenómeno.
Intentamos inculcar a los empresarios que invertir en salud y en medidas de seguridad para los trabajadores contribuye a la reducción de las bajas y también de los gastos que tiene que soportar el Estado. Y, además, todos ganamos en eficiencia.
– ¿Cuáles son las funciones principales de la mutua?
– Como entidad colaboradora de la Seguridad Social, la principal actividad de la mutua es cuidar la salud y el bienestar laboral de los trabajadores. Prestamos servicios de asistencia sanitaria y cobertura social a las empresas asociadas, los trabajadores protegidos y los autónomos adheridos. En cuanto a la prestación sanitaria, la mutua se encarga de la prevención, cura y rehabilitación de los trabajadores accidentados. Para ello cuenta con una estructura sanitaria compuesta por 31 centros, un hospital propio en Castellón especializado en traumatología y la participación en el Hospital Intermutual de Levante (HIL) en València.
Unión de Mutuas da respuesta a cualquier patología relacionada con el accidente y la enfermedad profesional, con los medios tecnológicos más avanzados, modernos diagnósticos, tecnología 3D y últimas técnicas de rehabilitación virtual. Para ello disponemos de tratamientos clínicos de vanguardia y unidades médicas especializadas que, además de curar bien, previenen y agilizan los procesos de curación de las enfermedades de mayor prevalencia en el mundo laboral como son los problemas de columna, las lesiones en tendones y huesos, o los problemas del sueño y cardiorrespiratorios. Nuestro objetivo es curar bien y pronto, con un servicio asistencial rápido y efectivo.
– ¿Y qué prestaciones económicas ofrece la mutua?
– En cuanto a las prestaciones económicas, la mutua gestiona la cobertura derivada de la incapacidad temporal por contingencia profesional y por contingencia común, la prestación por riesgo durante el embarazo y la lactancia natural, la prestación por incapacidad, muerte y supervivencia, la prestación por el cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave y el subsidio por cese de actividad de trabajadores autónomos.
Toda la gestión se realiza siguiendo el modelo de excelencia empresarial EFQM, basado en la mejora continua, y de acuerdo con todos los sistemas de gestión con los que la entidad esté certificada, como son la gestión de la Calidad, la Responsabilidad Social, la I+D+i la seguridad del paciente, la gestión medioambiental, la prevención de delitos y la seguridad de la información.
– ¿La prevención de accidentes y la mejora de las condiciones del puesto de trabajo, conlleva investigación?
– En efecto, Unión de Mutuas también realiza una importante labor en la prevención de los accidentes de trabajo, enfermedades laborales e investigación de accidentes con el objetivo de favorecer de forma efectiva la integración de la prevención en las empresas.
Estas actividades están dirigidas al control y, en su caso, reducción de los accidentes de trabajo y de las enfermedades profesionales de la Seguridad Social mediante el asesoramiento a las empresas asociadas y a los trabajadores autónomos, adaptación de sus puestos de trabajo así como actividades de investigación, desarrollo e innovación dirigidas a la reducción de las contingencias profesionales de la Seguridad Social. Nosotros colaboramos con los empresarios y les ofrecemos posibles opciones a los problemas que nos plantean.
– ¿Cuáles son las enfermedades profesionales más frecuentes?
– Las enfermedades profesionales más comunes son las músculo-esqueléticas y los trastornos psíquicos, con el estrés laboral en primer puesto. El dolor de espalda es el problema de salud más padecido a nivel general entre los ocupados españoles, sobre todo en la franja de los 35 a los 49 años (54 %). En la esfera psíquica, el estrés laboral es el gran enemigo de nuestra salud. El ritmo de trabajo es uno de los detonantes principales del estrés laboral: trabajar a gran velocidad y con plazos ajustados siempre o casi siempre. Entre los factores que condicionan este ritmo de trabajo, el más frecuente se debe a las demandas directas de personas como clientes, pasajeros o pacientes. Este ritmo de trabajo, sumado a los malos hábitos y a la falta de formación sobre la salud en el trabajo, puede degenerar en enfermedades profesionales que nos incapaciten no solo para ejercer nuestras labores profesionales sino también las tareas del día a día.
En este campo, la mutua tiene mucho que aportar, porque tiene la certificación de Empresa Saludable, de acuerdo con los criterios que marca la Organización Mundial de la Salud. Para la mutua ser empresa saludable supone gestionar la salud de los trabajadores desde un enfoque integral, promoviendo y protegiendo de forma continuada la salud y la seguridad y el bienestar físico y psíquico de los trabajadores.
Para ello, llevamos tres años trabajado con el Plan de Salud Cardiovascular, el Plan de Prevención de Trastornos Músculo-esqueléticos y el plan Emociona, con el objetivo de aportar conocimiento y pautas de conductas saludables tanto a los trabajadores de la mutua como a los trabajadores de la empresas asociadas.
– Las mutuas comparten con las administraciones públicas un interés por cuidar la salud de los trabajadores, ¿hay colaboración entre ambas instituciones?
-Nuestra colaboración con la Administración con la Seguridad Social está regulada por ley. Somos asociaciones de empresarios, sin fines lucrativos, que gestionamos una serie de prestaciones de la Seguridad Social. Pero, conviene puntualizar que esta colaboración no da lugar a la concesión de beneficios económicos a favor de los empresarios asociados. El exceso del resultado económico positivo como consecuencia de una gestión eficaz se devuelve siempre a la Seguridad Social. Conforme pasan los años, cada vez se acrecienta más la colaboración con la Administración. Cada vez tenemos un carácter más técnico y un papel más destacado en el sistema de protección social.