Desde hace años, una de las cocinas que más me apasiona es aquella que se elabora con la naturalidad que generan las ascuas incandescentes. Es la forma más natural de cocinar o elaborar los productos e ingredientes, y no olvidemos que es aquella que utilizaron nuestros prehistóricos familiares.

No es fácil encontrar en el centro de las ciudades restaurantes que puedan elaborar con las brasas propias del carbón vegetal, por lo que la mayoría de los asadores se encuentran lejos del centro. Uno de ellos, el que visito con mayor asiduidad, es el Asador Monte Mayor, en la urbanización Monte Mayor, en el término municipal de Manises.

Javier Soriano ha ido desarrollando poco a poco una labor digna y de hostelero muy profesional, y ha sabido situar el Asador Monte Mayor entre los más reputados de la ciudad y la Comunitat. Y ese “poco a poco” lo ha ido desarrollando con paciencia y apostando por la calidad del producto que ofrece en sus propuestas diarias.

Las carnes que ofrece Javier provienen de los pastos más exclusivos del norte de la península; son los prados asturianos y/o gallegos donde pacen los animales que Javier ofrece a sus clientes. En este sentido, la carne se la sirve Vacum, una de las empresas carnívoras más prestigiosas, con venta en más de 35 países, dominando claramente el mercado asiático.

Entre las entradas destaca el jamón ibérico que el propio Javier se encarga de cortar a mano y en el momento de servir. Y para acompañar, una buena caña de lomo ibérico y un mejor queso manchego bien curado y envuelto en romero. También nos ofrece uno de los mejores quesos de la Comunitat -Los Corrales-, que proviene de la localidad de Almedijar (Castellón), en plena Sierra de Espadán.

Sus espárragos son de gran calibre y entran en esa denominación tan sugerente como es “cojonudos”. Y para terminar estas primeras escaramuzas, ¿que mejor que hacerlo con el toque elegante y sugestivo de unas anchoas 00, bien perfumadas por un aromático aceite de oliva virgen extra?

Como he comentado, las brasas son parte fundamental del saber de la casa y muchos de los productos pasan por ellas antes de llegar a la mesa. Por ejemplo, la chistorra donostiarra o las mollejas de ternera se elaboran a la brasa y por eso llegan a la mesa con ese ligero toque ahumado que le proporcionan las ascuas del carbón vegetal.

Otras de las entradas muy recomendables son los “caramelos” de rubia gallega con tuétano a la brasa, la morcilla de Burgos o el foie gras de pato glaseado con manzana verde. En temporada, sus clóchinas son soberbias, y el calamar -a la brasa o a la romana-, rezuma frescura y calidad.

Javier y su equipo de cocina también ofrecen la posibilidad de comer unos buenos arroces. La variedad es amplia, destacando su paella valenciana (la tradicional), el arroz del ‘Senyoret’ y el arroz negro.

Consciente de que no todo el mundo es carnívoro, Javier guarda un cariñoso rincón para los amantes del pescado, destacando al gran rey que en estos momentos es el rodaballo, que nos lo presenta a la plancha. El bacalao es la segunda opción que nos ofrece, como muselina de ajo o a la koskera. Y aquellos que lo deseen, pueden disfrutar de la melosidad de las cocochas rebozadas o en salsa verde.

Las carnes son la especialidad, sobre todo la Rubia Gallega, una variedad que transmite un poderoso sabor gracias al infiltrado de grasas que encuentras en el marmoleado de su corte y en sus lomos. También tenemos su chuleta de vaca selección Vacum. Y para aquellos que deseen la sobriedad de un solomillo, también lo pueden encontrar de la casa Vacum, sinónimo de calidad.

Uno de los bocados más exquisitos que existe es el conejo a la brasa, otra de las especialidades de Monte Mayor, para acompañarlo nos ofrece un diabólico all i oli.

Otra de las especialidades que Javier presenta todos los años son los calçots. La producción es propia y así se garantiza un suministro de calidad a lo largo de toda la temporada. Ofrece un menú que denomina Calçots y donde encontramos unas alubias blancas con butifarra, chuletas de cordero con alcachofas a la brasa y la teja de calçots acompañados de la tradicional salsa romescu.

La bodega que nos ofrece Javier es también notable, destacando la oferta de Magnum que encontramos en la carta, siendo uno de los pocos establecimientos que ofrece este tamaño ideal cuando el número de comensales supera los tres.

Un asador de producto y variedad, donde hay un excelente servicio y gran facilidad para aparcar.