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¿Cómo asegurar los riesgos de las operaciones en el exterior?

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Joaquín Monforte, director de la oficina de Valencia de Marsh

Tanto si decidimos exportar como internacionalizarnos desde Marsh nos aconsejan tener en cuenta los riesgos financieros y de crédito, políticos y regulatorios, entre otros y analizar el socio local y la financiación del proyecto

La internacionalización empresarial es, en muchos casos, una opción acertada para las compañías que quieren expandirse y crecer, –advierte Joaquín Monforte, director de la oficina de Valencia de Marshya que aprovechar las oportunidades de los países emergentes puede llegar a ser muy productivo, pero plantea importantes retos”.

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Sin embargo, “antes de lanzarse a la aventura” –aconseja el experto en Riesgos de Marsh“es necesario contar con el apoyo de profesionales para encauzar la internacionalización hacia el lugar de destino”

Por ello, desglosa una serie de pasos que, a su juicio, deberían dar las empresas para garantizar un correcto aterrizaje: analizar hasta qué grado el territorio de destino está desarrollado o es emergente; estudiar la legislación del país al que se va a exportar; conocer si el nicho de mercado está maduro o acaba de iniciarse; asesorarse sobre el nivel de competencia que hay en función de lo que se vaya a exportar o producir, ya que determina las barreras de entrada; conocer el tipo de cambio de moneda, si puede ser o no favorable para la empresa; y saber cómo afecta la volatilidad de la inflación a la volatilidad de los precios de los productos.

“Según las respuestas que obtengamos, una vez dados estos pasos, –continúa Monfortela empresa debe considerar la estructura de su establecimiento exterior, es decir, si quiere constituir una gran organización desde el principio o comenzar por un acercamiento comercial. Ya que todas estas decisiones determinarán cuál será el modo de contratación de empleados –en el país de destino o repatriados– o el coste de las infraestructuras, etc.”.

Igualmente, los costes de establecimiento variarán en función de dichos pasos, pero “podemos adelantar que a veces, bajos costes iniciales desembocan en altos costes imprevistos”, advierte.

Gestión del riesgo

Uno de los primeros procesos que hay que realizar es la Gestión de Riesgos que identificará, analizará y evaluará los riesgos a los que se expone la empresa en el país de destino. A continuación, Monforte define tres opciones para tratarlo: “eliminarlo, mitigarlo o transferirlo, en este último caso a una aseguradora a cambio de una prima”.

Aunque, lo fundamental, explica el representante de Marsh en Valencia, es informarse sobre las legislaciones de cada país. “Normalmente, después del análisis se acaba estructurando un esquema bajo una póliza máster en el país de origen que actúe como soporte general y, a su vez, cubra la diferencia de aquello que las pólizas locales contratadas en cada territorio de destino no puedan cubrir”.

De todas formas, informa Monforte, el consultor y bróker de riesgos se encargará de buscar la cobertura de mercado para cada empresa teniendo en cuenta sus necesidades y de encontrar las coberturas que requiera para cubrir los riesgos a los que pueda verse expuesta. “Al contratar un programa de seguros, se transfiere el riesgo a la compañía aseguradora y la empresa paga una prima por si el día de mañana tiene un siniestro”, indica.

Riesgos externos

Entre los posibles riesgos a los que tienen que enfrentarse las empresas en el exterior dependiendo del sector, del modo de comercio y del país de destino se encuentran: financieros y de crédito, político-sociales, regulatorios y contractuales, así como los relativos a la búsqueda de socios locales y financiación de proyectos.

Sin embargo, matiza Monforte, “la escala de riesgos a asumir por una empresa en un proceso de internacionalización será diferente en función de la implicación en el país de destino”. De hecho, los riesgos serán más altos si la empresa asume la distribución que si utiliza redes que ya operan allí, siempre y cuando estas sean profesionales y de confianza. Y lo mismo ocurre en la elección de socios locales, ya que “el riesgo principal está en poner en manos de terceros nuestra reputación, capitales, productos, gestión de cobros y un largo etc., que hace altamente arriesgado no acertar”, subraya. Por su parte, la decisión de emprender en solitario tampoco está exenta de riesgos, que van desde “el desconocimiento regulatorio, sociocultural y político, hasta de carácter socioeconómico, entre otros”.

Ante estas situaciones, ¿qué es lo que hace Marsh? “Desarrollar un programa de seguros que incluya una póliza máster y pólizas locales complementarias, teniendo en cuenta el tipo de empresa y país de destino, pues las posibilidades son muy grandes. No es lo mismo exportar en un país del Espacio Económico Europeo (EEE), que hacerlo en América Latina o Asia, donde las regulaciones son diferentes. Aunque hay seguros más fáciles de exportar que otros, como son el de Transportes, el de Responsabilidad Civil y el de Daños Materiales, depende del negocio se tendrán que contratar seguros como: el de Crédito, de Riesgo Político, Regulatorio, etc.”.   

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