Carlos Picó, director general de Grupo Sorolla

El Grupo Sorolla es una cooperativa con dos dimensiones claras y complementarias: es un proyecto educativo de calidad promovido por una cooperativa de profesores y un proyecto empresarial sólido que cuenta con cuatro centros repartidos en Valencia, Torrent, Carlet y Elx que suman 3.000 alumnos, más de dos centenares de profesores cooperativistas, cerca de un centenar de empleados y una facturación de 15 millones de euros.

[mepr-rule id=»598″ ifallowed=»show»]

Nacido de la inquietud de un grupo de profesores de la extinta Academia Martí en el valenciano barrio del Carmen, surge el embrión del grupo. “Entonces –recuerda Carlos Picó, su director general- un barrio sin niños, envejecido y casi despoblado. Por ello, nos fuimos a donde había niños: al barrio de Malilla”.

Allí los primeros diez socios de la cooperativa iniciaron una aventura empresarial y educativa a finales de la década de los 80, con sus primeros 150 alumnos. Hoy  en día se sitúan entre los mejores centros no ya de la Comunidad Valenciana, sino en el ámbito internacional.

Reconocidos por Microsoft entre las escuelas más innovadoras del mundo, la filosofía de los centros es “formar personas con las bases más sólidas posibles para el mundo en el que van a vivir dentro de 10 o 15 años”, señala Picó, “porque no sabemos cómo va a ser ese futuro, tenemos que dotarles de las competencias para que se puedan desenvolver, aprender y ejercer profesiones que ni siquiera ahora podemos imaginar”.

Cuatro centros en la C. Valenciana

En sus orígenes, la principal inquietud era que cada niño tuviera una plaza escolar para poner en marcha su visión de lo que debería ser la educación.

De aquél primer centro concertado, con el tiempo, se ha llegado a la creación de todo un conglomerado educativo. Los siguientes tres colegios se añadieron mediante compra de centros ya existentes, ya bajo la fórmula de colegio privado, ya que “era imposible una fórmula de crecimiento en los colegios concertados”, agrega Carlos Picó.

A día de hoy, el grupo está formado por: Colegio Plurilingue Martí Sorolla, en el barrio de Malilla de Valencia; el Julio Verne Bilingual School, en Torrent y  La Devesa Bilingual School en Carlet y Elx.

 Proyecto educativo y empresarial

Ya en los orígenes, el Grupo Sorolla se preocupa por desarrollarse como empresa, por tener una estabilidad y un crecimiento, puesto que el desarrollo de un modelo educativo “convive mal que la cantidad de intereses que intervienen en la regulación de la enseñanza y que, en muchas ocasiones, tienen poco que ver con ella, hasta el punto de llegar a ser desalentador”, en palabras de Carlos Picó.

El foco en el Grupo Sorolla es el alumno y el objetivo es que adquieran conocimientos, competencias, habilidades y valores que les permitan desarrollarse de la manera más completa posible.

 Hay tres aspectos que se cuidan especialmente en su modelo educativo: enseñar con tecnología, los idiomas y el deporte. “Aplicamos la máxima mens sana in corpore sano. Con el deporte no solo estamos hablando del desarrollo físico de unas personas, estamos hablando también de valores, con todo aquello que tiene que ver con la superación, la colaboración, el trabajo en equipo, la competición o aprender a gestionar el fracaso”, afirma el director general del grupo.

 La tecnología está en todo lo que nos rodea y hoy en día son los libros y los cuadernos. “Para nosotros es un apoyo al mismo nivel que el lápiz, pero más potentes y te posibilitan hacer más cosas. Pero son herramientas en manos del docente para obtener un mayor rendimiento y esto nos lleva a un cambio incluso en la forma de dar las clases”.

Formación permanente

Lidiar con todos estos cambios implica también un proceso establecido de formación permanente del profesorado. No es solo aprender a manejar los dispositivos, sino que supone cambiar la forma de dar las clases y ahí es donde el Grupo Sorolla hace los mayores esfuerzos durante los últimos años.

Además, gracias a la alianza con Microsoft “hemos tenido mucha relación con profesorado de todo el mundo y nos ha permitido conocer otras formas de impartir las clases, otros métodos que podemos aplicarlos aquí”, añade Picó.

La enseñanza en idiomas viene obligada por la conversión del inglés en idioma vehicular. Permitirá a los alumnos comunicarse prácticamente con todo el mundo y será útil tanto para su educación universitaria como para su posterior vida laboral.

“Necesitamos un muy alto nivel de competencia en inglés. Y, por supuesto, se incorpora el valenciano a las clases, pero más del 50 % de las clases se dan en inglés y se utiliza en otros entornos como el patio, el comedor o las clases de deportes”, subraya el director general del Grupo Sorolla.

El proyecto educativo busca un equilibrio entre la enseñanza humanística y las ciencias, porque, como dice Carlos Picó, “de la conjunción de ambas formaciones es dónde surgen los mayores éxitos. A veces, en nuestra forma de ser, somos demasiado segmentados y no es así: si tienes que programar un robot –algo puramente técnico– o tienes un pensamiento estructurado lógicamente o no lo puedes hacer. Y la lógica estructura del pensamiento se aprende en filosofía. Las personas somos multidimensionales”.

Valores para mejorar la vida y el entorno

Los valores son el sustrato de todo lo demás. Por ello, se trabajan en un momento en el que la mente está abierta, dispuesta a recibir opciones, “opciones –dice Picó– que ponemos encima de la mesa para que el alumno haga su elección propia”. Valores que se van interiorizando a lo largo de su trayectoria en los centros.

Son valores adecuados para que la persona pueda desarrollarse en la sociedad y pueda contribuir a mejorarla, además de saber enfrentarse a la adversidad. En definitiva, valores que hagan que la vida y el entorno mejoren.

Todo eso para manejarse en un mundo que hoy por hoy no podemos ni imaginar. “Les damos herramientas y conocimientos pero, sobre todo les enseñamos a que sigan aprendiendo, a que siempre tengan apetito por la formación, que las personas nos hacemos más completas a través de la experiencia, les explicamos la importancia de la inteligencia emocional, la empatía… que sepan desenvolverse, porque posiblemente la empresa en la que van a trabajar no existe o que la profesión que van a desempeñar ni siquiera la podemos imaginar”, apostilla Picó.

Personas que sepan trabajar en equipo, que sepan aportar, que sean capaces de un pensamiento divergente, esas son las competencias que se procuran enseñar. Valores como la capacidad de comunicación y la apertura de mente, se pueden trabajar para lograr el objetivo de formar una persona que sepa adaptarse y que aporte.

Consolidación

El lema del plan estratégico es consolidar. Tras el momento de expansión en la década de los 2000, ahora es la época de consolidar lo logrado y de compartir las mejores experiencias de cada centro. Y esto es posible al estar muy centrados en la Comunidad Valenciana, sin renunciar a una posible apertura en centros concertados, pero siempre dentro de este ámbito autonómico o muy cercano.  

[/mepr-rule]
[mepr-rule id=»598″ ifallowed=»hide»]

[/mepr-rule]