La empresa familiar recupera la confianza

La empresa familiar recupera la confianza

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Socio Responsable de Empresa Familiar KPMG en España

La empresa familiar española está de enhorabuena. Así lo reflejan los resultados obtenidos en la tercera edición del Barómetro de Empresa Familiar que publica KPMG semestralmente en colaboración con las Asociaciones Territoriales vinculadas al Instituto de la Empresa Familiar. Según este informe, el 56% de las empresas familiares españolas han visto aumentar su facturación en el último semestre de 2014, más del doble que hace un año (26%).

Las expectativas de los propietarios de empresas familiares han mantenido la tendencia positiva iniciada a principios del pasado año, con proyecciones alentadoras de ventas netas, creación de empleo y evolución de la presencia internacional, entre otros. La peor parte de la crisis ya ha pasado y el entorno se estabiliza. Si bien antes las empresas familiares miraban esperanzadas hacia el futuro, pero sentían que el presente era demasiado complicado, ahora la mayoría muestra una visión positiva de su situación a corto plazo. 

La recuperación empieza a reflejarse, además, en la creación de empleo, el mayor desafío de nuestra economía, puesto que casi la mitad de los directivos o propietarios de empresas familiares encuestados aumentaron su plantilla en la última mitad de 2014. Este dato ha encontrado su refrendo en la última Encuesta de Población Activa en la que  la Comunidad Valenciana fue la tercera autonomía con mayor tasa de variación trimestral de la ocupación entre octubre y diciembre, periodo durante el que creó 65.300 empleos.

Las empresas familiares representan más del 70% del PIB español, por tanto, su éxito supone, en gran medida, el éxito económico conjunto. No obstante, las empresas familiares, como todas las demás, viven un momento de profunda transformación económica, regulatoria y tecnológica, que presenta tanto retos como oportunidades.

El panorama internacional mantiene incógnitas ligadas a la diversidad de políticas y normativas de un mercado global que, aunque es cada vez más interdependiente, evoluciona a diferentes ritmos. Europa, que es el principal socio comercial de España y primer destino de las exportaciones de productos y servicios valencianos, intenta encontrar un modelo de crecimiento en el que convivan competitividad y estado de bienestar, mientras mercados de alto crecimiento, por ejemplo en África o en Asia, impulsan con fuerza sus economías.

Además, las tensiones geopolíticas en determinadas regiones, aunque pueden favorecer la llegada de turistas a nuestra región, suman inestabilidad a este mundo en el que, como en un castillo de naipes, el equilibrio global puede verse alterado por cualquier pequeño acontecimiento en algún rincón del planeta.

Por otro lado, el imparable desarrollo de las nuevas tecnologías que está cambiando constantemente los hábitos de consumo y socialización, obliga a las empresas a revisar constantemente sus modelos operativos y de negocio para mantenerse a la vanguardia.

En un mercado altamente competitivo, el valor añadido es clave para poder mantener el posicionamiento en el medio plazo y, sobre todo, en el largo plazo. No sorprende que el 76% de las empresas familiares prevea inversiones en sus planes estratégicos y ponga el foco en su actividad principal y, también, en la innovación. El entorno exige tal velocidad de reacción, que es posible no reconocer la que podría ser la mayor revolución tecnológica de todos los tiempos.

En el ámbito regulatorio, además de reducir y simplificar la fiscalidad, la mayoría de las empresas familiares también demanda una legislación laboral más sencilla, así como caminar hacia una menor burocracia. Demandas históricas que siguen protagonizando la agenda de las empresas familiares en este momento.

A pesar de los desafíos todavía pendientes de superar, los propietarios de negocios familiares se sienten confiados y fuertes, especialmente en lo relativo a sus puntos diferenciales: la atención al cliente, la fortaleza de marca y la fidelidad de sus empleados y clientes. Con la vista en el futuro y el objetivo de, no sólo mantener, sino superar los datos positivos de 2014, las empresas familiares españolas priorizan, en más de un 80%, las buenas estructuras de gobierno corporativo y procesos, el mantenimiento del control del negocio dentro de la familia y la comunicación entre generaciones.

No obstante, aun queriendo mantener el control de la empresa en manos de la familia, un 86% es consciente de la importancia de incorporar directivos externos en la dirección del negocio, con más de siete de cada diez empresas familiares españolas que cuentan ya con directivos externos entre sus líneas de alta dirección.

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