La información en apoyo de la ética
– Una de las premisas en las que se basa la economía de bien común es la información, pues se supone que un consumidor bien informado sabe elegir. Pero muchos consumidores no tienen en cuenta, por ejemplo, las condiciones de trabajo existentes en muchos de los países de los que compran mercancías. ¿Nos hemos vuelto inmunes al sufrimiento o es simple hipocresía?
– Nos falta la información. La infomación de quién ha hecho el producto, en qué condiciones laborales, con qué efectos ecológicos, cómo se comporta la empresa con coempresas, si paga impuestos justos, si financia partidos politicos… toda la información relevante no figura en los productos y servicios que compramos.
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Con información completa, la economía de mercado se haría más eficiente. Sin embargo, aún no sería eficaz, dado que los productos éticos seguirían siendo más caros que los menos éticos. Por lo tanto, el segundo paso tiene que residir en la vinculación del resultado del balance del bien común de unas empresas con ventajas legales hasta que las empresas éticas puedan ofrecer sus productos a precios más económicos que las empresas menos éticas.
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