¿Cómo será el liderazgo en un futuro próximo?
– ¿Cuáles serán los factores que caracterizarán el concepto de liderazgo en un horizonte de 5-10 años?
Ginés Marco: Por definición, nadie sabe cómo va a ser el futuro, pero hay aspectos que son esenciales en el liderazgo y seguirán vinculados al concepto de liderazgo en el futuro. Por ejemplo, el talento y la creatividad estarán presentes en el liderazgo en los próximos años.
Además, yo apuntaría como cualidad fundamental la madurez, porque nos encontramos en un momento especialmente complejo en lo afectivo. Hemos cuidado diferentes vertientes en la educación, como decía José Enrique, que no han primado la forja de una personalidad sólida. Ha sido una educación en clave de instrucción, de transmisión de conocimientos; luego se ha primado el entretenimiento, pero no se ha forjado el carácter ni antes ni ahora.
Precisamente porque es un desafío construir una personalidad sólida -tanto en la empresa como fuera de ella-, el valor de la madurez resulta determinante. Madurez implica contar con una disposición del carácter para realizar lo que se considera bueno o deseable. Es necesario promocionar la madurez en todos los ámbitos; también en las organizaciones. La madurez hay que transmitirla especialmente entre los mandos intermedios. Los mandos intermedios no sólo transmiten órdenes de arriba, sino que reinterpretan esas órdenes para hacerlas llegar adecuadamente a quienes tienen que ejecutarlas; unas veces lo hacen correctamente y otras no.
En segundo lugar, en un contexto como el actual, de falta de confianza, es necesaria una personalidad sólida, madura, que no esté a merced de los acontecimientos. Hay que saber construir, hay que saber aportar, y eso no se improvisa; hay que tener madurez.
CULTURA ORGANIZATIVA
– ¿Esta reflexión es extrapolable a lo que podríamos llamar “madurez organizacional”?
Ginés Marco: De una organización hoy se espera que asuma un credo y que lo viva, y en ese credo está consagrada muchas veces la madurez a la que se ha llegado en determinado momento histórico. Y, lo más importante, ese credo puede servir de referencia a años vista, lo cual implica que no es un mero documento de trabajo; es hacer algo en lo que creemos, que interiorizamos, que sentimos como válido, y que queremos transmitir como legado a los que vengan después.
Una de las claves de nuestro tiempo es que los recién llegados a la organización sepan muy bien a qué atenerse. Sepan muy bien lo que la organización espera de ellos. No está claro muchas veces; lo damos por sabido, pero no es así. El “sírvase usted mismo” tiene muchos límites: genera imprecisión, incertidumbre, parálisis; o que alguien, por su cuenta y riesgo, busque interlocutores que le digan cómo debe funcionar.
Precisamente por eso la madurez organizativa debe ser fomentada. ¿Cómo? No sólo de viva voz, sino de forma documentada; lo que no se escribe, al final perece.
Isabel Merenciano: En el futuro próximo se mantendrán vigentes algunas de las cualidades que nosotros ya hemos señalado: inteligencia emocional, creatividad, generosidad, madurez… Y añadiría una más: fusionan esos valores del líder con los valores de las organizaciones.
Cada persona tiene unos valores, pero si estás en una organización es porque tus valores coinciden o son compatibles con los de la organización. Por ejemplo, si participo en una organización en la que lo primero son las personas, o me identifico y camino en ese sentido, o si no me lo creo y no lo practico, aparecerán problemas.
Y añado una cosa más: la responsabilidad social en el marco de las organizaciones. Los líderes del futuro caminarán en esa dirección: políticas de igualdad, de no discriminación, de colaboración con terceros… El abanico es muy amplio.
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