Embarcarse en un proceso de internacionalización requiere que el directivo sea capaz de dar respuesta a cuestiones administrativas a nivel transnacional, tener gran capacidad de decisión y confianza en los resultados a largo plazo, ya que el proceso de abrirse camino en los mercados internacionales puede ser desalentador si no se tiene una visión de futuro y, contar con una estrategia coherente con el trabajo de la empresa.

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Las empresas que deciden cruzar la frontera en búsqueda de nuevas oportunidades de negocios cuentan con directivos que confían en la misión y visión de la empresa, tienen gran capacidad de liderazgo, están dispuestos a trabajar en un entorno intercultural, capacidad de responder rápido a ciertas necesidades concretas y adaptarse a los nuevos entornos y sobretodo muchas ganas de expandir nuevos conocimiento.

“Son personas curiosas y ávidas de adquirir nuevas experiencias. Pero además es imprescindible contar con una persona con habilidades comunicativas, ya que los trabajadores al final son los embajadores de nuestra empresa”, explican Cécile Sauvage y María Roca, consultoras de Fundación Equipo Humano.

Según un estudio publicado en 2012 por la Comisión Europea, las empresas europeas perdían entre un 30% y un 40% de oportunidades de negocio porque no contaban con gente que hablara idiomas. Según esto, podemos decir que el principal obstáculo es idiomático, seguido del impacto cultural que puede suponer el trabajar en determinados países de los que se desconoce la cultura empresarial y la forma de establecer relaciones con otras empresas o inversores.

Entorno empresarial 

“Es de vital importancia -recomiendan las consultoras Sauvage y Roca-, conocer el entorno empresarial de nuestro nuevo país de destino, el comportamiento que se espera de un extranjero que quiere abrir mercado allí y la actitud a adoptar en caso de encontrar trabas administrativas. En este sentido contactar con expatriados españoles en el país de destino puede ser un primer paso para ir aprendiendo estos aspectos”.

Superada la barrera idiomática y cultural el paso siguiente sería tejer una red de contactos. Dependiendo del nivel de implantación de la empresa en otro país, puede ser de utilidad contactar con las Cámaras de Comercio o con asociaciones empresariales sectoriales, que ofrezcan información sobre la situación de determinados sectores e incluso aprovecharlas como una plataforma para contactar con potenciales compradores.

De todos modos, Sauvage y Roca aconsejan no embarcarse en el proceso de internacionalización sin tener conocimiento del país al que se quiere exportar y tener fijados los objetivos a conseguir, por ello realizar misiones de prospección o misiones comerciales pueden ser una herramienta clave en el posterior proceso de internacionalización.

Ambas consultoras confirman el aumento del interés por la internacionalización durante la crisis, ya que muchas empresas han visto esta oportunidad como su única manera de sobrevivir. “Es sorprendente -señalan- ver que sectores de producción enteros están resistiendo a las dificultades económicas gracias a la exportación, de hecho en febrero 2012 el Centro de Información Textil y de la Confección, A.I.E., publicó una evaluación de las perspectivas de futuro del sector textil en la que se subrayaba que las exportaciones habían sido el factor clave para la continuidad del sector y que eran de vital importancia para la recuperación económica de las empresas del mismo».

«En Equipo Humano hemos elaborado recientemente un proyecto para la creación de nuevos contenidos formativos relacionados con la internacionalización de las empresas, ‘Expor-T’, ya que creemos que ofrecer una formación de calidad puede contribuir favorablemente a aumentar la competitividad de las empresas a través de la internacionalización».

En muchos de los procesos de selección que lleva a cabo Equipo Humano les demandan que evaluemos las competencias idiomáticas de los candidatos. También, empresas extranjeras les contactan porque buscan a profesionales españoles para incorporarlos a sus plantillas conscientes de la cantidad de jóvenes españoles formados en situación de desempleo.

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