¿Existe alguna forma de ahorrar y obtener un rendimiento? Recordemos que el ahorro es una acción que tomamos con nuestros recursos financieros para mantener la calidad de vida. A pesar de ser un hábito que debemos practicar con constancia y que ha demostrado ser efectivo, para algunos objetivos de vida resulta insuficiente. Uno de los peligros que se corre con solo ahorrar es la disminución del valor, conocida también como devaluación. Es por ello que conoceremos qué es la inversión, como funciona, sus tipos y otros detalles interesantes.
¿Qué es inversión?
¿Qué es inversión? En el sentido económico y financiero, la inversión es la acción de colocar recursos (tiempo, capital, tierra o trabajo) para obtener ganancias (o renta) futuras. Es decir, con esta colocación se está haciendo un esfuerzo al renunciar a los beneficios presentes para lograr así beneficios futuros. Esto es lo que se conoce como coste de oportunidad, e implica cierto riesgo para el que lo ejecuta. Para las personas, ahorrar una parte de los ingresos para este tipo de actividad, permitirá mantener una estupenda salud financiera toda la vida.
Además de lo anterior, invertir es una de las actividades más importantes para tener crecimiento económico (o progreso). Es decir que, desde tiempos ancestrales, alguien ha asumido el compromiso de transformar lo que tiene para crear valor agregado (rendimiento) futuro. Para que este proceso ocurra, se requieren de ciertos elementos participantes. El primero, un inversor, con necesidad de obtener rendimientos futuros, renunciando a su satisfacción presente. Luego, los recursos a invertir y el destino (activo) sobre el que se va a invertir. Lo más importante: una recompensa futura.
¿Cuáles son sus tipos?
Aquí, repasamos la inversión desde los diferentes tipos existentes, los cuales están centrados fundamentalmente en el punto de vista. El primer tipo es aquella que se realiza a plazos. Pueden ser plazos cortos (menos de 1 año), medianos o largos (mayor a 3 o 5 años). La siguiente clasificación por la que se realiza una inversión es en función de los recursos o elementos. Es el tipo más variado, ya que se puede invertir en maquinaria, materias fundamentales, inmuebles, transporte, valores de empresas, entre otros.
Otro punto de vista importante sobre el que se centra una inversión es el ámbito en el que se realiza. No es lo mismo una inversión a nivel empresarial que a nivel personal e incluso a nivel financiero. También se puede clasificar esta acción sobre la base de la naturaleza del que invierte. Existen dos tipos principales: persona pública o privada. Asimismo, la inversión puede ser adaptada a esta persona, bien sea a la medida de sus posibilidades o siendo más generalista.
¿Cómo funciona una inversión?
La inversión tiene 4 pilares de análisis fundamentales, sin importar el tipo que se prefiera o realice. La atención sobre estos 4 pilares parece obvia, pero muchos inversionistas no atienden a todos, sino a uno solo (algo que no debe ser). El primero de los fundamentos de la inversión es la rentabilidad, que es lo que se espera a futuro por sacrificar el beneficio presente. Por tanto, el beneficio es la base de su medición (que puede ser en ingresos o en rentabilidad total).
El siguiente fundamento de toda inversión es el riesgo que se asume, y esto procede del factor incertidumbre. La economía es una ciencia variable e insegura, por lo que debemos medir qué tanto riesgo podemos asumir. Luego tenemos la liquidez, la rapidez con que una inversión puede convertirse en dinero, con pérdidas mínimas de valor (máxima rentabilidad). Por último, tenemos el tiempo que durará este proceso, mejor conocido como el plazo. Es el tiempo que se espera para obtener la rentabilidad o la mejor compensación de la inversión.
¿Cómo saber si una inversión es mejor que otra?
Una pregunta que embarga el pensamiento a la hora de comparar entre productos de inversión. Si bien es bastante difícil determinar qué tan atractiva es una inversión, se puede aproximar su resultado realizando un estudio de consideraciones previas. Estas deberán ser acordes con las expectativas del inversor. Lo primero es comparar la relación entre rentabilidad y riesgo. En igualdad de condiciones rentables, hay que escoger aquella que reduzca el riesgo capital. En caso contrario, a igualdad de riesgo, seleccionar la opción de invertir donde la rentabilidad sea mayor.
La evaluación del volumen de inversión, es otro análisis para determinar si una inversión es mejor que otra. El carácter de la inversión tiene que ver con el tiempo, las estratégicas son de mayor plazo, comparado con las tácticas. El coste de capital, ya que algunas inversiones tienen requisitos de entrada para realizarse. En ese caso, es necesario usar mecanismos de financiación, como un crédito. Otros aspectos importantes a evaluar pueden ser: qué tan rápido me puede aportar liquidez, la volatilidad del sector donde se invierte.
Diferencia entre ahorro e inversión
A pesar de que la inversión y el ahorro en algunos contextos presentan similitudes, son dos acciones muy diferentes. Y una de sus diferencias centrales es la proporción del riesgo. Al ahorrar, tenemos la certeza de disponer del recurso en cualquier momento, presente o futuro. Una cantidad de dinero ahorrada puede estar en nuestras casas, en algún banco, en una “cuenta de ahorros” o en un depósito a plazos. No obstante, la inversión representa sacrificar el beneficio inmediato por el futuro, incrementando el riesgo.
Es decir, en lugar de guardar el dinero, lo empleamos en la compra de algún bien o activo que produzca ganancias. Es decir, arriesgamos dinero sobre una incertidumbre futura en la que esperamos obtener compensación. Por tanto, otra de las diferencias es el tiempo, siendo a corto plazo para ahorrar y a largo plazo para invertir. También, la compensación esperada entre ambas acciones las diferencia claramente. Con el ahorro, la rentabilidad generalmente es poca; a diferencia de la inversión que, a pesar del riesgo, cuenta con altas rentabilidades.
¿Cuales son sus ventajas?
Las inversiones tienen excelentes ventajas para aquellos que las realizan constantemente (a pesar del factor riesgo). La primera de todas y más importante es que se mantiene el valor del dinero al superar la inflación presente. No es necesario ser acaudalado para poder invertir; por tanto, las inversiones se adaptan al perfil. En la actualidad existen 3 perfiles de inversionista: el conservador, con poco riesgo. El moderado, más rendimientos con riesgos equilibrados. Por último, los arriesgados, sin temor al riesgo de invertir con tal de obtener mayores beneficios.
El tiempo, además de ser un fundamento, también es una ventaja. ¿En qué forma? En la que no tendrás que invertir tanto tiempo para conseguir resultados, así podrás dedicarlo a otras actividades. La seguridad es otra de las ventajas que en la actualidad se cuenta a la hora de invertir nuestros recursos. Muchos de los productos cuentan con regulaciones para que los gestores no puedan cometer estafas. Por último, el seguimiento del valor es otra ventaja, y es maximizada por la tecnología, sin importar que tipo de inversor seas.