El procedimiento ordinario es el procedimiento general de resolución de conflictos ante los juzgados de España. Este procedimiento se aplica a todos los casos que no sean especiales, y tiene unas características y fases propias. En este artículo vamos a hablar del procedimiento ordinario, cuáles son sus características, fases, para qué sirve y en qué se diferencia de un procedimiento especial.
¿Qué es un procedimiento ordinario?
El procedimiento ordinario, también llamado juicio por sumario o juicio ordinario, es el proceso penal que se utiliza para enjuiciar los delitos de mayor gravedad. Más específicamente, aquellos que pueden acarrear una pena carcelaria superior a 9 años.
Este procedimiento se encuentra estipulado en el texto que recoge las normas de procedimiento penal. A saber, la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882, en su artículo 757.
Características del procedimiento ordinario
Para que los delitos sean juzgados en un juicio ordinario, no pueden ser competencia de un tribunal del jurado o un tribunal de menores por haber sido cometidos por un menor (mayor de 14 años y menor de 18).
Los procedimientos ordinarios o sumarios siempre son realizados en las salas penales de los juzgados de las Audiencias provinciales, compuestas por 3 jueces o magistrados. Estos tribunales son responsables de las infracciones que constituyen delitos castigados por el Código Penal con más de cinco años de prisión. Esto, salvo que el caso sea competencia de un tribunal nacional.
Adicionalmente, la pena establecida de nueve o más años de prisión no se determina a solicitud de la parte acusadora. Si no, porque el Código Penal establece que se puede imponer este tipo de pena de nueve años o más de prisión por el delito cometido.
Fases del procedimiento ordinario
Fase de instrucción o sumarial: esta fase sirve para investigar los hechos, identificar al autor y adoptar las medidas cautelares que correspondan. Esta información sirve para preparar el juicio oral y proporcionar elementos necesarios para la acusación y la defensa. Esta fase termina con el auto de conclusión del sumario, en el que se imputa o incrimina a una persona concreta.
Fase intermedia: en esta etapa del proceso el juzgado de instrucción despacha las actuaciones a la Audiencia Provincial (o Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional). Además, se da copia de las actuaciones a todas las partes para que se pronuncien sobre el sumario. En otras palabras, manifiesten si están de acuerdo con la conclusión o si solicitan la práctica de alguna diligencia, la apertura del juicio oral o, por el contrario, el sobreseimiento de la causa.
El juicio oral: el juicio oral, es el acto en el que se presentan las pruebas, se determina la actuación, se presentan los informes y se otorga el derecho a la última palabra del acusado. Una vez acordada la apertura del juicio oral, las partes deberán presentar sus escritos y conclusiones provisionales (sobre la calificación del delito), en un plazo máximo de 5 días. Posteriormente, el presidente del tribunal declara el juicio terminado y listo para sentencia.
¿Qué diferencia un procedimiento especial de uno ordinario?
Lo primero que debemos saber, es que los procedimientos especiales están reservados para los casos de la comisión de delitos por menores de edad o en los cuales el procedimiento se realiza contra diputados y senadores. Dicho de otra manera, en los procedimientos especiales, se toma en cuenta el tipo de persona que comete el delito.
Por otro lado, los procedimientos ordinarios están reservados para los delitos más graves sin tomar en cuenta quien los comete. Es decir, se basan en el nivel de gravedad de la infracción.
¿Para qué sirve un procedimiento ordinario?
El procedimiento ordinario sirve para resolver la gran mayoría de los conflictos ante los juzgados de España. Este procedimiento se aplica a todos los casos que no sean considerados como procedimientos especiales.