Esponda Juárez, para aquellos valientes que buscan lo único
En palabras de Carlos, el objetivo de Esponda Juárez es el de “hacer realidad los sueños de los clientes, fabricando objetos que sean útiles, bellos y duraderos”.
Este joven emprendedor mexicano no entiende su profesión si no es con amor y entera dedicación, un consejo que le dio su madre hace tiempo: “si lo que haces, lo haces con pasión, ya tienes la mitad del éxito asegurado”.
De momento, sus buenas habilidades manuales, combinadas con mucho corazón y mucho trabajo le han permitido dedicarse a lo que le gusta, un privilegio no al alcance de todos.
Si bien Carlos estudió inicialmente Comercio Internacional en México, el diseño y la artesanía siempre estuvieron presentes en su vida, pero no de una forma profesional. Fue un día paseando por la calle, cuando este inquieto soñador reparó en un escaparate de lámparas y pensó: “yo creo que esto lo puedo hacer yo también y a precios más asequibles”.
Fue un espontáneo paseo lo que precipitó que Carlos comenzara a hacer lámparas personalizadas, un sector en el que vio negocio. Y no se equivocaba, porque al poco tiempo la gente le empezó a pedir cada vez más trabajos, y optó por dedicarse al 100% a “ese pequeño sueño”.
“Encontré una pasión que es diseñar y fabricar lo que diseño”, confesó Carlos, que desde entonces no ha parado de crecer.
En Esponda Juárez básicamente se hacen lámparas por encargo, escuchando siempre la opinión del cliente, e intentando ser lo más fiel posible a la idea que éste proponga.
“Escucho lo que quieren, veo sus ideas, los conozco a ellos, veo el lugar donde va a ir y entonces hago un dosier con ideas, con dibujos. Posteriormente, según el gusto del cliente, se trabaja un poco más sobre el camino que más les ha gustado y se perfecciona, haciendo un diseño más propio de una lámpara, un dibujo más técnico incluso con los materiales que requiere”, nos comentó Carlos.
Esta minuciosa forma de trabajar es sin duda una de las razones del éxito de sus productos, además de su extraordinaria capacidad para plasmar en algo tangible algo tan etéreo como puede ser una idea.
Otro de los motivos de su buena estrella son el mercado nacional y la gente española, a los que considera claves en el funcionamiento de su negocio.
“En España se consumen bastante bien los artículos artesanos. Se aprecia lo individual, lo único”, afirmó este emprendedor, que no dudó en asegurar que en España se valora mucho las cosas hechas a mano y con calidad.
En cuanto a la artesanía, Carlos nos comentó que puede ser perfectamente rentable, aunque apuntó, que el nivel es todavía demasiado amateur.
“Lo que hace falta es gente que lleve ese nivel amateur a la profesionalización, darle un carácter de negocio. Incluso a pesar de la crisis, este es el momento adecuado y el país adecuado”, concluyó.
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