Clarke, Modet & Co, grupo de propiedad intelectual e industrial, ha publicado un decálogo que glosa las ventajas de patentar las innovaciones. Este especialista en patentes y marcas afirma como principal resultado que la posibilidad de explotar en exclusiva la patente permite la diferenciación evidente de los productos.
Una ventaja añadida es la capacidad para conseguir ‘royalties’ a cuenta de la patente. Una gran empresas como Microsoft consigue por este concepto cerca de 800 millones de euros solo por licencias de patentes que utilizan los móviles de Samsung y HTC con Android.
Las patentes también tienen efectos sobre la estrategia empresarial, dado que sirven como elemento para las negociaciones –especialmente dentro de las estrategias de internacionalización- y para conseguir financiación, ya que un proyecto sustentado en una patente es más fácil que logre socios y fondos ajenos, especialmente en sectores tecnológicos.
A nivel macroeconómico, las patentes son un indicador claro del nivel de desarrollo de un país y dan una imagen positiva de la gestión de las empresas.
El administrador de Newpatent, Miguel Salas Hernández, explica que en España “cada vez hay más sensibilidad hacia la propiedad industrial”. Respecto de las informaciones sobre los grandes pleitos entre los gigantes de la tecnología como los litigios entre Apple y Samsung en el terreno de la telefonía móvil, Miguel Salas afirma que “indudablemente las noticias son muy alarmantes”, aunque en muchas ocasiones esas cuestiones no llegan al tejido de las pequeñas y medianas empresas.
Con todo, el administrador de Newpatent asegura que en el terreno de la propiedad intelectual, “la litigiosidad está aumentando”. “Y va a más”, añade. Salas afirma que incluso grandes empresas de distribución, como los grandes almacenes, desconfían de las empresas cuyas marcas no están patentadas, ya que la ley permite actuar no solo contra quien usa la marca sino también contra quien la vende. Un pleito por propiedad intelectual, añade el experto, puede producir “perjuicios horrorosos” a las empresas, especialmente a las de menor tamaño.
Pese a los consejos de estos expertos, existe debate sobre si la mejor manera de proteger las innovaciones es patentar o simplemente confiar en el secreto industrial. Patentar significa ingresar en un registro público los detalles del proyecto, por lo que todos los aspectos de la innovación salen a la luz pública y podrían aparecer copias legales, es decir, variaciones basadas en esa tecnología lo suficientemente diferenciadas para no incurrir en una infracción de las leyes de propiedad intelectual.
Con el secreto industrial debe reforzarse medidas de protección como sistemas de seguridad y contratos de confidencialidad de los empleados para poder ejercer, llegado el caso, acciones legales como titulares del secreto industrial. Además, se corre el riesgo de que un tercero pueda patentar la tecnología y perder el derecho a su utilización.
Los datos oficiales demuestran que el número de patentes nacionales está en retroceso en España. Según la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), hasta el mes de septiembre, el número de solicitudes de patentes nacionales fue de 2.313, un 5,44% menos que en el mismo periodo de 2012, cuando se solicitaron 2.446 patentes.
El último informe elaborado por la Fundación para la Innovación Tecnológica Cotec recoge igualmente un descenso del número de patentes en 2011, tanto las patentes europeas como las patentes internacionales, pese a que ambas se habían triplicado previamente en una década. El número de patentes europeas fue de 1.436 –frente a las 3.982 de Italia o las 9.633 de Francia- y la cifra de patentes internacionales cerró en 1.749 –contra las 2.658 italianas y 7.246 francesas-.