La Due Diligence es un término legal, tomado del inglés, que significa literalmente “debida diligencia”. Define, el proceso de investigación y recopilación de datos o información relevante que una persona u organización con interés de comprar o establecer una sociedad realiza sobre otra organización. En términos generales, se puede decir que este concepto hace referencia a una auditoría previa antes de formalizar una firma, contrato o proceso de inversión.
Por lo general, el proceso de revisión a través de una debida diligencia se hace frecuentemente en entornos como las negociaciones de compraventa conocidas como B2B o entre negocios o cuando se quieren fusionar sociedades.
¿Qué es una Due Diligence?
Due Diligence o “diligencia debida” es un proceso de investigación y verificación que se lleva a cabo con el fin de obtener información y datos relevantes sobre una empresa, un negocio o una transacción. La Due Diligence se utiliza a menudo en el contexto de adquisiciones de empresas, fusiones y adquisiciones de acciones, pero también puede ser aplicada en otros ámbitos, como la contratación de empleados o la toma de decisiones de inversión.
La Due Diligence incluye la revisión de documentos y registros financieros, la verificación de hechos y la realización de entrevistas con personas involucradas en la empresa o el negocio en cuestión. El objetivo de la Due Diligence es obtener una comprensión completa y precisa de la situación financiera, operativa y legal de la empresa o el negocio, para poder tomar decisiones informadas.
La Due Diligence puede ser llevada a cabo por la empresa que está considerando realizar la adquisición o la inversión, o bien puede ser realizada por una firma externa especializada en este tipo de investigaciones.
Este proceso está acompañado siempre de un acuerdo mutuo de confidencialidad, en el cual, si bajo cualquier circunstancia no se puede establecer la transacción o la sociedad, las entidades participantes tienen como reciprocidad una obligación de no hacer uso de la información para sacar ventaja o provecho.
¿Para qué sirve la Due Diligence?
Hacer un proceso de Due Diligence resulta bastante beneficioso para toda organización que tiene el interés de constituir una sociedad. La primera de sus utilidades es la apreciación de vicios o pasivos que no están reflejados, así como de situaciones que pueden constituir un riesgo futuro para la estabilidad de la sociedad. También para evaluar los planes de acción que se han implementado para prevenirlas.
Cuando se lleva a cabo este proceso, la organización que actúa como acreedora de la inversión (empresa vendedora de acciones) tiene como responsabilidad obligatoria el aporte de toda la información que se requiera para evaluar su estado, sin encubrir o tergiversar la misma.
Como segunda utilidad, esta herramienta permite conocer los acuerdos y las estrategias adecuadas con las que se pueden lograr mayores rendimientos o beneficios para ambas partes, de lograrse el establecimiento de la sociedad.
Ahora bien, en caso de encontrarse con inconvenientes, nuevos detalles u otros elementos ocultos, el proceso de la Due Diligence permitirá actualizar las negociaciones. Adaptando estas, a la realidad encontrada (siempre que esta no sea nociva o pueda perjudicar los intereses de la sociedad que pueda formarse).
¿Quién realiza la Due Diligence?
Generalmente, un proceso de investigación por medio de Due Diligence no lo realiza directamente la organización o sus interesados. Para ello contratan una entidad o consultora externa con experiencia, encargada de evaluar cada detalle o cada área de la empresa que vende.
Esta consultora de carácter externo estará conformada por abogados, auditores contables o consultores de proceso con un perfil integral. Además, para la asignación de estos profesionales es conveniente conocer el tamaño y tipo de empresa a evaluar.
Con esta revisión, la consultora tendrá como propósito determinar la situación actual. Si cumple o no con las obligaciones contraídas y que no se encuentren fallos legales de importancia en el cumplimiento de su actividad empresarial.
Tipos de diligencia debida
Entre los tipos más comunes de Due Diligence podemos tener los siguientes:
- Diligencia de tipo fiscal.
- Mercantil.
- Diligencia administrativa.
- Comercial.
- Medioambiental.
- Diligencia del sector inmobiliario.
- Laboral.
¿Cómo se hace una Due Diligence Legal? ¿Qué se tiene en cuenta?
Una Due Diligence Legal es un proceso de investigación y verificación que se lleva a cabo con el fin de obtener información y datos relevantes sobre la situación legal de una empresa, un negocio o una transacción. Para llevar a cabo una Due Diligence Legal, se deben tener en cuenta los siguientes pasos:
Identificar los objetivos de la Due Diligence: Es importante definir claramente los objetivos de la Due Diligence Legal y establecer un plan para alcanzar esos objetivos.
Recopilar y revisar documentos: Se deben recopilar y revisar todos los documentos relevantes, como contratos, acuerdos, estatutos y documentos legales.
Verificar la situación legal de la empresa: Se deben verificar la situación legal de la empresa, incluyendo su estructura jurídica, propiedad de acciones y deudas.
Revisar el cumplimiento de leyes y regulaciones: Se deben revisar el cumplimiento de leyes y regulaciones por parte de la empresa. Incluyendo el cumplimiento de obligaciones fiscales y laborales.
Identificar riesgos legales: Se deben identificar cualquier riesgo legal potencial y evaluar su impacto.
Preparar un informe: Una vez completado el proceso de Due Diligence Legal, se debe preparar un informe detallado que incluya toda la información recopilada y las conclusiones a las que se haya llegado.
Es importante destacar que la Due Diligence Legal debe ser llevada a cabo por profesionales cualificados, como abogados o asesores legales, que tengan conocimientos y experiencia en el área de derecho relevante.
¿Cuándo y cómo finaliza el proceso de Due Diligence Legal?
El plazo necesario para finalizar el proceso de Due Diligence Legal dependerá de la complejidad y el tamaño de la empresa. El negocio o la transacción en cuestión.
Básicamente, el proceso se puede dar por finalizado cuando se ha completado la investigación, recolección de datos, análisis y formulación de resultados. Reflejado todo en un informe detallado para presentación a los interesados. En este punto, se puede decir que ha finalizado la Due Diligence.