La separación y el divorcio son dos procesos diferentes, que conllevan a un mismo propósito, la terminación de la relación matrimonial. No obstante, aunque en algunos casos se usan de manera indistinta, existe una marcada diferencia entre ambos. Y cada uno de ellos, tiene características particulares e importantes. Si quieres saber más sobre la diferencia entre separación y divorcio ¡Sigue leyendo!
¿Qué es un divorcio?
Un divorcio es la ruptura legal mediante la cual los cónyuges ponen fin a su relación matrimonial y a sus obligaciones y responsabilidades legales. En España este proceso se rige por la Ley 15/2005, del 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio. Que establece las condiciones y los procedimientos para tal fin.
¿Qué es una separación?
La separación matrimonial es un proceso legal mediante el cual una pareja casada puede poner fin a su relación de forma temporal o permanente sin disolver el matrimonio. La separación también se encuentra regulada por la Ley 15/2005. Y se utiliza cuando los cónyuges no pueden vivir juntos, pero no quieren o no pueden divorciarse por razones personales, religiosas o financieras.
Diferencias entre separación y divorcio
Si por cualquier razón te enfrentas a la terminación de tu relación matrimonial, es importante que conozcas en qué se diferencian la separación y el divorcio. De esta manera podrán tú y tu pareja, tomar la decisión más acertada de acuerdo a la situación y sus preferencias.
En primer lugar, la principal diferencia entre separación y divorcio es que en la separación el vínculo matrimonial sigue existiendo. Mientras que el divorcio, disuelve el matrimonio de forma definitiva.
Otra diferencia entre separación y divorcio es que el divorcio requiere que la pareja esté casada durante al menos tres meses antes de solicitarlo. A diferencia de la separación que no tiene este requisito.
También se diferencian porque la separación no permite que los cónyuges puedan volver a casarse. Esto se debe a que el vínculo matrimonial sigue existiendo. Por el contrario, el divorcio si lo permite.
Asimismo, se diferencian porque el divorcio se puede solicitar sin necesidad de alegar ninguna causa legal. Mientras que, la separación requiere que existan causas legalmente aceptables, como la infidelidad, la violencia doméstica, etc.
Por último, otra diferencia entre separación y divorcio es que, los acuerdos alcanzados entre los cónyuges en el divorcio tienen carácter definitivo. Mientras que, en la separación se pueden revisar para su modificación en cualquier momento.
Formas de tramitar divorcio y separación
En España las principales formas de tramitar el divorcio o la separación son:
El Divorcio de Mutuo acuerdo: cuando ambos cónyuges acuerdan la disolución del matrimonio y las condiciones de ésta (custodia de los hijos, reparto de bienes, etc.). Se trata de la forma más sencilla, económica y rápida.
El Divorcio Contencioso: es el proceso judicial necesario para resolver las diferencias entre los cónyuges cuando no se ha logrado mutuo acuerdo. Este proceso puede ser largo, costoso y complejo.
La Separación Consensuada: la pareja acuerda la separación y sus condiciones. La acción se puede realizar mediante un proceso judicial o a través de un notario.
La Separación Contenciosa: Si no hay acuerdo entre los cónyuges, se puede iniciar un proceso judicial para resolver las diferencias.
¿Qué efectos tiene la separación si no destruye el vínculo matrimonial?
La separación puede producir diversos efectos jurídicos y económicos para los cónyuges. Algunos de esos efectos son:
En caso de que los cónyuges tengan un régimen económico matrimonial de separación de bienes, cada uno conservará sus bienes y no se generarán deudas comunes a partir de la separación. Sí, por el contrario, estaban en régimen de gananciales, este quedará disuelto.
De haber hijos menores de edad, se deberá establecer un régimen de custodia y visitas. Y se establecerá una pensión alimenticia a favor de los menores, que deberá pagar el padre que no posea la custodia.
Adicionalmente, si no se establece acuerdo entre la pareja, el uso de la vivienda familiar corresponderá al que tenga la custodia de los hijos menores de edad.