Diversas situaciones de la vida nos pueden llevar a la necesidad de solicitar un préstamo de dinero. Ante esto, se vuelve fundamental aprender sobre los diversos métodos a través de los cuales se puede hacer. Si bien la forma más común de todas, está relacionada con la intervención de una entidad financiera, existen otras opciones. Por ejemplo, la posibilidad de recurrir a un contrato de préstamo entre particulares, que es precisamente de lo que te hablaremos en el artículo de hoy.
¿Qué es un préstamo entre particulares?
Para definir lo que es un préstamo entre particulares podemos empezar por decir que, se trata de un tipo de préstamo en el cual no se requiere la intervención de ningún tipo de entidad financiera. Si no que se realiza de manera directa entre dos personas. Por lo tanto, se identifican dos tipos de personas al momento de realizar este tipo de acción: El prestamista y el prestatario. Ambos, personas físicas o naturales dispuestas a efectuar un acuerdo económico conveniente para los dos.
En consecuencia, se estipula como un préstamo de dinero que debe ser reembolsado en un plazo de tiempo determinado. Este tipo de operación, puede ser efectuada tanto sin intereses, como con intereses de por medio, según lo que acuerden las partes. Algo fundamental, sin importar que este préstamo se efectúe entre familiares, amigos o conocidos, es que todo quede registrado por escrito en un contrato de préstamo entre particulares. Ya que, de no hacerlo, Hacienda podría tomar este movimiento de dinero como una donación encubierta.
¿Cómo se hace un contrato de préstamo entre particulares?
Debido a que este tipo de prestaciones monetarias pueden resultar más convenientes para algunas personas, se vuelve valioso, aprender cómo hacer los contratos que les rigen. Se trata de un contrato simple entre dos o más personas, donde se especifica la naturaleza y el objeto de la transacción. También, es muy importante conocer cuáles son los datos que deben aparecer en este tipo de contrato para que el mismo tenga validez legal y sea aceptado por Hacienda sin inconvenientes.
Los datos que se deben incluir en el contrato de préstamo entre particulares son:
- La fecha y el lugar en que se redacta el contrato como encabezado.
- Datos personales del prestamista y el prestatario.
- Estipular la cantidad de dinero que se va a prestar.
- Especificar si el préstamo será otorgado con intereses o sin intereses, y de ser así, la tasa que se aplicará.
- Colocar la modalidad y las condiciones en la que se realizará la devolución del dinero prestado (Semanal, mensual, trimestral, semestral o anual).
- Y en general todas aquellas condiciones que rigen la operación objeto del contrato.
¿Cómo funciona el contrato de préstamo entre particulares?
El tema de los contratos de préstamo entre particulares sigue siendo confuso para algunas personas. Por ello, nos detendremos un momento a hablar sobre el funcionamiento de este tipo de operación crediticia. En vista de que es una transacción entre particulares, no se requiere de la intervención de una entidad bancaria. Además, no es algo que solamente se pueda hacer entre dos personas conocidas. Si no que también existen varios prestamistas privados que ofrecen sus servicios a través de diversos medios.
El funcionamiento en sí de este tipo de préstamos es en realidad muy simple. Se puede dar a cambio de una prenda en garantía o no, según lo determine el prestamista. También según acuerdo entre las partes (generalmente lo decide el prestamista) se establece si se incluyen intereses o no y la tasa de estos. Sin embargo, recuerda en todo momento, que sin importar quién sea el prestamista, es de vital importancia que todas las condiciones queden registradas en un contrato.
¿Por qué es necesario hacerlo?
Como ya hemos dicho, la redacción de un contrato al momento de realizar un préstamo entre particulares es de suma importancia. Puesto que, es solamente a través de este recurso, que este movimiento de dinero obtiene la validez legal que necesita. Pues cuando se hace un préstamo sin contrato tienes que declarar en el pago del IRPF los intereses del mismo. Incluso cuando no se haya estipulado el pago de intereses entre las partes involucradas. Lo que supone más pérdidas que ganancias.
Además, cuando no se redacta el respectivo contrato, Hacienda puede tomar esto como donación encubierta. Por lo que tendrías que registrar los intereses en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Por último, pero no menos importante, redactar el contrato te permitirá actuar adecuadamente en caso de fallecimiento de cualquiera de los involucrados. Pues Hacienda se encargará de traspasar la responsabilidad legal a otra persona, alguno de sus herederos o descendencia. En definitiva, gracias a este contrato, ambas partes se pueden cubrir bien las espaldas.
¿Y si no se hizo contrato, qué pasa?
Generalmente, cuando el prestamista y el prestatario son personas con una relación sólida como la de familiares o buenos amigos, no están interesados en hacer un contrato. Pues se tienen una gran confianza entre sí, no obstante, se debe tener mucho cuidado con esto. Ya que, el no redactar, firmar y presentar el respectivo contrato legalizado, puede acarrear diferentes y costosas consecuencias. Entre ellas, el hecho de que, al no contar con esta validez legal, no podrás realizar ninguna denuncia o reclamo oficial en caso de incumplimiento.
Dicho de otra manera, en el caso de un préstamo entre particulares sin un contrato, si el prestatario no paga a tiempo, no hay forma legal de reclamar. Además, en caso de fallecimiento, deberás de hablar tú mismo con un heredero que probablemente no se sienta a gusto de tomar el puesto de su padre o madre. Todo esto sin mencionar que debes de pagar varios impuestos si no se redacta el contrato, cosa que no le gusta a nadie
¿El contrato es igual si el préstamo es con intereses o sin intereses?
La decisión de colocarle o no un porcentaje de intereses al préstamo es algo que deben acordar las partes involucradas en la transacción. Y es algo que obligatoriamente debe ser incluido en el contrato. Por supuesto, los contratos de préstamos entre particulares con intereses son los más comunes de todos. En ellos se debe estipular el porcentaje de la tasa de interés fijada. Pues, es este tipo de interés lo que le permitirá al prestamista obtener ganancias sobre la inversión que está haciendo.
Ahora bien, cuando el préstamo se realiza sin el pago de intereses de por medio. Se debe de estipular dentro del contrato que el porcentaje de interés a cobrar es del 0%. De esa manera, ante los ojos de Hacienda, seguirá siendo un préstamo legal y no una donación. Pues en este último caso tendrías que pagar impuestos. De allí que sea tan fundamental registrar claramente las condiciones del préstamo en el contrato, si se aplicarán intereses o no, para evitar malos entendidos o pagos extras.