F-Pace echa mano de sus ‘primos’ de Land Rover en la tecnología para circular por campo. Como aquellos, pese a su apariencia señorial, está preparado para afrontar casi cualquier desafío. Su destacada altura libre al suelo y su diseño, que le permite un buen ángulo de ataque y salida, así como la tecnología citada, lo convierten en un verdadero todoterreno. Solo las llantas de gran tamaño y poco perfil de neumático puede que en esta versión le limiten un poco. Entre esos sistemas destaca el All Surface Progress Control, que funciona como un control de crucero para caminos. Entre 3,6 y 30 km/h se fija una velocidad y el coche puede subir y bajar pendientes y afrontar obstáculos y el conductor solo ha de controlar el volante.

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