Ingenieros geomáticos reivindican su papel ante la crisis climática
Redacción E3
Xavier Vives, profesor emérito del IESE
Xavier Vives es profesor emérito en el IESE de los departamentos de Economía y Dirección Financiera, titular de la Cátedra Abertis de Regulación, Competencia y Políticas Públicas y director académico del Public-Private Sector Research Center. Es doctor en Economía por la Universidad de California, Berkeley. El próximo mes de mayo Vives volverá a impartir uno de sus programas estrellas, el PDD, en la Comunidad Valenciana cuya sede del IESE ha cumplido ya 50 años.
– ¿Cómo afectará la situación geopolítica actual que estamos viviendo a la economía española?
Desde la segunda presidencia de Donald Trump, el nivel de incertidumbre mundial se ha incrementado. Seguramente no será algo coyuntural, sino que será estructural, ya que ha llegado para quedarse, porque hay una gran volatilidad en las decisiones de Estados Unidos.
Por lo tanto, está claro que los aranceles se van a quedar y habrá que ver todavía si hay otras regiones que también responden con más aranceles. Es decir, todavía no se ha estabilizado del todo. Habrá que convivir con ello.
En cuanto a España, nuestro país está menos expuesto que Alemania o Italia porque no tiene tanto comercio internacional con Estados Unidos, excepto sectores como el vino, el aceite o maquinaria, entre otros.
El conflicto en Gaza está relacionado con la política internacional y puede tener una mayor afectación en materia de defensa.
La economía española tiene vientos de cola importantes. El turismo sigue yendo bien. Europa continúa subsidiándonos directamente a través de los fondos NGEU y eventualmente con la compra de deuda española por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Por otra parte, España también está menos expuesta a las perturbaciones que han venido como consecuencia de la guerra de Rusia contra Ucrania y que han afectado más a Alemania.
Otro aspecto positivo para España es que las exportaciones aguantan, a pesar de que países como Alemania y Francia no están mostrando mucho dinamismo y, en particular las exportaciones de servicios no turísticos, como pueden ser los de consultoría también están mejorando.
– ¿Qué opina sobre la necesidad de aumentar nuestra inversión en defensa?
Europa necesita dejar de depender de Estados Unidos en todo, pero particularmente en defensa, y esto solo se consigue muy a medio y a largo plazo con mucha inversión y coordinación. A todo ello se suma que España también tiene una industria de defensa relevante y debe participar en esta iniciativa.
Otra cosa es que desde el punto de vista de la población, la guerra en Ucrania se perciba que está muy lejos y no es verdad. Está muy cerca. Los misiles rusos están a pocos minutos de las ciudades españolas. En definitiva, se trata de un reto muy serio para Europa.
– Entrando ya en nuestras fronteras, hablamos de vivienda y la falta de oferta, a pesar de que ha repuntado la producción.
Como bien dices, es necesario aumentar la oferta y no tiene solución a corto plazo. Lo que se puede hacer es ayudar a que esta oferta llegue antes al mercado, sea pública o privada.
Para conseguirlo, es preciso desburocratizar de manera radical todo el proceso. Existe un gran cuello de botella, tal y como ha recogido el Informe Draghi. Contamos con un sistema regulatorio que obstruye la actividad y la capacidad de respuesta del sector. La excesiva burocracia carga la dinamización de la misma oferta.
Además, tenemos un parque público de vivienda social de alquiler muy pequeño comparado con otros países europeos. Es necesario hacerlo crecer y el sector público se tiene que preocupar por esta cuestión.
De hecho, la Administración tiene edificios, terrenos, pero no los ha puesto a disposición del promotor y hay que llevarlo a cabo.
Actualmente hay más voluntad, porque se trata de un gran problema grave. Pero es necesario agilizar procesos e incrementar la colaboración público-privada.
– ¿Está a favor o en contra de la intervención del mercado en el control del precio de los alquileres?
En mi opinión, puede parar a corto plazo la subida de los precios en algunos sectores del mercado pero a más largo plazo disminuye la oferta porque conlleva una disminución de los incentivos a invertir.
Además, la oferta regulada se va a cero, va disminuyendo. Puede aumentar la oferta de apartamentos turísticos que hay mucha demanda. Con lo cual, no es solución a medio y largo plazo en ningún país del mundo el control de alquileres.
– Las viviendas de uso turístico se han multiplicado. ¿Frenan el acceso a la vivienda?
En parte sí, porque lo que se ha destinado a uso turístico, no puede emplearse como locales.
En aquellas ciudades españolas más turísticas crea enormes problemas para aquellos vecinos que tienen pisos turísticos en su edificio.
Es decir, el efecto social de los pisos turísticos es mucho mayor que el privado. Los pisos turísticos son muy atractivos porque se puede conseguir una rentabilidad mucho más alta, pero perjudica a los vecinos.
Una cosa es un edificio dedicado a apartamentos turísticos con una regulación y unos servicios concretos y otra cosa es que en un edificio dedicado a vivienda haya apartamentos turísticos que cambian la vida a los vecinos.
Todo este turismo acarrea un cambio de fisonomía en los barrios afectados. El comercio dedicado a las personas desaparece.
Es como si pasase un huracán, no queda nada. El comercio está orientado al turismo.
Quería matizar también que el mercado de la vivienda de alquiler funciona bien cuando estos efectos externos son corregidos. ¿Cómo se puede hacer? Con tasas correctoras con el fin de alinear el coste social con el privado. Estas pueden ser una tasa por uso, un peaje…
– España depende del turismo. ¿Qué riesgos tiene esta dependencia y cómo podemos diversificar?
Se trata del riesgo del monocultivo. Es decir, cuando tienes una industria dominante, si sufre algún altibajo, toda la economía se resiente.
España ha tenido suerte porque otros países también turísticos han tenido problemas políticos que han contribuido a aumentar la demanda en España.
Pero existen riesgos, como ha sido el caso de la covid-19 que hizo que los turistas desaparecieran.
Otra cuestión importante son los efectos que pueda generar el cambio climático. Dudo mucho que en aquellas zonas de España donde la temperatura está subiendo mucho, los turistas quieran ir de vacaciones.
También puede ocurrir que aquellos países en los que había conflictos estos se resuelvan y disminuya la demanda turística para España.
Pero lo más significativo es que se desvían muchos recursos a una industria que no es particularmente innovadora y que paga salarios bajos, entre otras cuestiones. Con lo cual, en términos de composición sectorial de la economía española, no es lo mejor.
– Por lo tanto, ¿cómo pasamos de un turismo masivo y barato a un modelo sostenible y con valor añadido?
Lo primero es establecer estas tasas correctoras de las que hablábamos antes para corregir las externalidades negativas a la población. De esta forma, el mercado se autocorregiría. Además, hay que potenciar los sectores más innovadores como son los digitales.
En este sentido, Europa se ha quedado en sectores más maduros y con una tecnología media. Un ejemplo de ello podría ser el coche con motor de combustión. Ahora se ha impuesto el coche eléctrico y Europa no está en este tren.
Por ello, tenemos que impulsar la innovación y el capital humano. Por su parte, el sector público puede ayudar a la coordinación de inversiones y a potenciar la aglomeración de actividades científicas y a la transferencia de tecnología. Con estas medidas haríamos bascular más el peso de la economía hacia otros sectores más innovadores.

Xavier Vives, profesor emérito del IESE
– Otro de los debates que ocupa nuestra actualidad es la reducción de la jornada laboral. ¿Es una solución a la productividad o no existe una vinculación? ¿Tenemos que cambiar nuestra forma de trabajar? ¿Cuál es su opinión?
La causalidad no va de reducir la jornada laboral a aumentar la productividad, sino al revés. Es decir, si se aumenta la productividad, se puede reducir la jornada laboral. Es verdad que, en algunos casos, sí que podría ser que presionar para disminuir las horas, la empresa se espabile más, pero son casos más particulares.
Si se reduce la jornada laboral por imposición, y no por una negociación entre la empresa y los trabajadores, puede provocar problemas y distorsiones, sobre todo en las empresas más pequeñas.
Las empresas más grandes tienen más flexibilidad para cambiar tareas y procesos entre los trabajadores. De todas formas, pienso que la experiencia en Francia, país donde se redujo la jornada a 35 horas, no ha sido del todo positiva.
En definitiva, si se lleva a cabo en un marco de negociación en donde se reduce la jornada pero se reorganizan las tareas de una manera pensada, podría funcionar. De todas formas, considero que hacerlo por ley no conlleva que vaya a mejorar la eficiencia de las empresas.
– La FP empieza a despegar en España. ¿Se está haciendo bien o solo es un cambio de imagen?
No sé lo suficiente para contestar. Lo que sí sé es que todavía estamos lejos de lo que debería ser e incluso de países como Alemania, que siempre se pone como modelo de lo que debería ser la FP.
Existe un problema general de formación en España y es que ha habido una deriva hacia los estudios superiores que si lo comparamos con otros países europeos, tenemos muchos estudiantes con formación universitaria. Pero, ¿esto nos hace más productivos o más eficientes? Seguramente no. Con lo cual habría que replantearse toda la educación en España, ya que no existe una política homogénea entre las diferentes legislaturas
Hay que decir que aquellos países en los que la educación ha funcionado mejor es porque ha habido una consistencia y unos objetivos.
– Muchas empresas no quieren pasar de los 50 empleados porque penaliza fiscalmente, una medida que lastra el crecimiento empresarial. ¿Qué reformaría usted para evitar este techo?
En mi opinión habría que suavizarlo, estableciendo tramos, ya que esta medida puede conllevar a una fragmentación de la estructura productiva de la empresa lo que repercute en su capacidad de escalar para ser más eficiente.
Para ayudar a crecer a nuestro tejido productivo es importante que no haya estos obstáculos para evitar el efecto frontera.
– Pasando a la innovación. ¿Qué sectores deberían liderarla en España para competir de verdad en Europa? Ya hemos hablado de la digitalización que debe ser transversal al resto de los sectores.
Lo importante es crear un ecosistema, donde las start-ups puedan crecer sin obstáculos regulatorios.
La financiación también es importante ya que uno de los problemas a los que se enfrentan es que cuando tienen que escalar tienen dificultades para obtenerla. Esto es un problema, no solo de España sino de todo el ámbito europeo. Una situación que lleva a muchas de ellas a emigrar a Estados Unidos.
Otro factor importante es el número y la formación de ingenieros para hacer frente a la economía digital.
No sé si España igual necesita reinventarse o buscar otros sectores… China está comiendo terreno a Europa y sobre todo a Alemania en cuanto al coche eléctrico.
Si continuamos con este mismo ejemplo, se dice que la demanda no arranca, pero no lo hará si no hay una red de carga que funcione bien.
Es verdad que China ha invertido mucho desde hace mucho tiempo en este ámbito y lidera el ámbito de las baterías. Va a ser difícil mantener esta industria en nuestra región, ya que sin aranceles, los coches chinos eléctricos, son mejores y más baratos e incluso con aranceles. Es verdad que hay empresas chinas que se están intentando establecer en Europa, pero con una factoría de ensamblaje.
– Otro de los problemas que tiene España es que la demanda de electricidad está creciendo. Otro hándicap para el desarrollo de nuestra industria.
Otro de los vientos de cola es que hemos tenido la energía más barata, porque la proporción de renovables era más alta y son más baratas en su proceso productivo. Sin embargo, lo que no se ha hecho es invertir en la red de distribución. Se están produciendo muchos cuellos de botella ya que las renovables requieren un impulso porque están más descentralizadas que las grandes productoras a través de carbón, gas, etcétera. Por tanto, es necesaria una red muy robusta para absorber esta necesidad energética, como vimos el día del apagón.
No tenía mucho sentido impulsar las renovables sin reforzar y poner al día la red de distribución.
– ¿Y cómo puede frenar la industria?
La inversión en distribución provocará que la factura de la luz sea más elevada para para financiar esta inversión.
– Por otra parte, ¿qué papel debe jugar el Estado en la I+D? ¿financiador de base o motor directo de proyectos estratégicos?
Debe ser financiador de base, sobre todo de la investigación básica y encargarse de promocionar actividades científicas, transferir tecnología e impulsar la I+D, aunque en España falta inversión privada.
Yo soy más partidario de que se invierta en conocimiento y en capital humano que son esencialmente transversales.
En concreto, yo soy más partidario de fomentar instrumentos o factores de base que mantienen la neutralidad tecnológica que apostar por una tecnología en concreto. Es más prudente y sale mejor.
– Para concluir, ¿cómo vamos a cerrar el año?
Pienso que se cumplirán las previsiones del Gobierno a no ser que ocurra algo que sea muy disruptivo.
Para 2026 está previsto que se produzca una pequeña desaceleración pero que está sujeta a la situación de incertidumbre que vivimos actualmente.
Gemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.
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