El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca significa volver a una economía mundial con más proteccionismo y más aranceles. Cabe recordar que, para su segundo mandato, Trump ha prometido aranceles de entre el 10 y el 20% a todos los productos importados, y del 60% para aquellos provenientes de China, con le objetivo de forzar a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos.
El temor a una guerra comercial preocupa a muchos países que desean mantener buenas relaciones con EE.UU. durante la segunda presidencia de Trump, ya que en su mandato anterior, algunos actores, como la Unión Europea, mantuvieron una relación compleja con el presidente electo en el ámbito comercial.
Si bien es cierto que la candidata demócrata, Kamala Harris, también comparte el sentimiento proteccionista del republicano, Trump apuesta por aranceles más agresivos. Esta amenaza se suma a la guerra comercial que la UE ya tiene abierta con China en relación a las importaciones de coches eléctricos del país asiático.
El enorme impacto de los aranceles
Tras la victoria de Trump, desde del Banco Central Europeo (BCE) ya han advertido del impacto que puede suponer para la economía global los planes arancelarios del presidente electo. «Si una jurisdicción tan importante como Estados Unidos impone aranceles del 60% a cualquier otra jurisdicción importante –hablemos de China–, puedo asegurarles que los efectos directos e indirectos y las desviaciones del comercio serán enormes», declaró el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, a la agencia estadounidense Bloomberg.
Según De Guindos, la economía global podría afrontar un grave shock en cuanto a crecimiento e inflación si Trump aplica sus anunciadas tarifas de un 10% a todas las importaciones a EE.UU. y de un 60% en el caso de las procedentes de China.
Desde la Unión Europea insisten en su apuesta por el multilateralismo frente al proteccionismo. Así lo expresó, ya antes de las elecciones estadounidenses, el comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, quien remarcó que la comunidad europea mantendría su cooperación con Estados Unidos ganase quien ganase los comicios.
En la misma línea, el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, remarcó su «gran confianza» en la capacidad de la UE para «guiar a su gente». «La razón de esta confianza es que he visto durante muchos años cómo Europa ha encontrado una forma de reforzarse y progresar a pesar de las adversidades aunque muchos lo veían improbable. La historia reciente puede predecir el rendimiento futuro», explicó el irlandés.
Canadá y Taiwán también se preparan
La UE no es el único actor que se prepara frente al proteccionismo anunciado por Donald Trump. La Cámara de Comercio de Canadá resaltó este miércoles la importancia de «resistir» la imposición de aranceles y barreras comerciales «que sólo aumentarán los precios y dañarán a los consumidores de ambos países». «Con tanto en juego, esperamos que el Gobierno canadiense despliegue todos sus recursos para fortalecer esta relación esencial en los críticos meses y semanas que quedan por delante», añadió la organización empresarial.
Cabe resaltar que, en 2023, el comercio entre Canadá y EE.UU. alcanzó los 1,3 billones de dólares canadienses (casi 1 billón de dólares estadounidenses), lo que supone un comercio bilateral diario por valor de 3.500 millones de dólares canadienses entre bienes y servicios.
Por otro lado, Taiwán ha informado de que ayudará a sus empresas a trasladar sus líneas de producción de China, ante los potenciales efectos adversos de los aranceles que el futuro presidente de EE.UU. podría imponer al gigante asiático.
El ministro taiwanés de Asuntos Económicos, J. W. Kuo, prevé que los aranceles del 10% anunciados por Trump no tengan «un gran impacto en Taiwán», aunque los aranceles del 60% sobre las importaciones chinas podría tener un efecto más significativo para las empresas taiwanesas en China.
China y la UE siguen negociando los aranceles
La llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unido se produce en un momento de tensión comercial entre China y la Unión Europa. En estos momentos, ambas partes se encuentras inmersas en «negociaciones intensas» en Pekín para encontrar una solución sobre los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos, según aseguró este jueves el Ministerio chino de Comercio.
Los nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos entraron en vigor el pasado 30 de octubre, los cuales son rechazados por el gigante asiático al considerar que infringen «gravemente» las normas de la Organización Mundial del Comercio y carecen «de base objetiva y legal».
El Ejecutivo comunitario aplicará un arancel del 35,3% al fabricante chino SAIC (MG y Maxus, entre otras marcas), del 18,8% a Geely y del 17% a BYD, durante un máximo de cinco años.
La medida también afectará a las empresas occidentales que producen en China, como la estadounidense Tesla, a la que se va a aplicar un arancel del 7,8%, mientras que a otras que han cooperado con la Comisión en la investigación que ha llevado a cabo antes de aprobar los aranceles se les impone una tasa del 20,7%.
En respuesta a estos aranceles, China ha anunciado en los últimos meses investigaciones sobre las importaciones de brandy, lácteos o carne de cerdo desde la UE. Esta última podría ser especialmente perjudicial para España, ya que es el principal suministrador de los productos señalados a China.