Hablamos con Majo Gimeno, CEO y fundadora de Mamás en Acción, una entidad que comenzó en Valencia en 2013 y que está consiguiendo acompañar a los niños en todo el territorio nacional. Su objetivo, que no haya ni un niño solo en la vida.
– #NiUnNiñoSolo, ese es vuestro lema. ¿Cómo desarrolláis vuestra labor?
Trabajamos para acompañar a todos los niños que, además de estar enfermos están solos en los hospitales. Se trata de niños que no tienen padres o no pueden vivir con ellos. Para llevarlo a cabo firmamos convenios de colaboración con los hospitales que nos lo piden y con los gobiernos regionales para poder llegar a los pies de las camitas de los niños y poder cumplir con nuestro servicio.
– ¿A qué perfiles de niños acompañáis?
Mamás en Acción acompaña a tres perfiles de niños. El primero lugar, a aquellos niños que han recibido maltrato doméstico. En este sentido, el Ministerio dice que tiene 30.000 denuncias al año por maltrato en el hogar infantil. Sin embargo, un estudio de Intermón Oxfam revela que cada 84 minutos un menor es maltratado en su casa y solo un 10% se denuncia.
Sobre esta cuestión, desde Mamás en Acción sólo podemos decir que es un perfil demasiado recurrente porque les acompañamos en el hospital.
El segundo perfil de niños que acompañamos son hijos de familias vulnerables. Es decir, padres que no pueden elegir, que además de no llegar a final de mes, tienen un hijo con una enfermedad terminal o crónica y si dejan de trabajar pierden sus ingresos y les quitan a sus hijos. En ese caso, Mamás en Acción también contribuye. No hay un ratio español de familias vulnerables con hijos enfermos. Piensa que después de la pandemia, una de cada tres familias todavía no ha salido adelante. Con lo cual, imagina cómo están las cosas en España.
El último perfil corresponde a los niños tutelados en España, donde más de 50.000 viven bajo el Sistema de Protección de la Infancia. Es decir, se trata de niños que, o no tienen padres o no pueden vivir con ellos, y que cuando se ponen enfermos no tienen garantizado el acompañamiento en el hospital. Para eso está Mamás en Acción.
– ¿Hasta dónde llega la labor que realizáis? ¿Cuál es vuestro ámbito de actuación?
Mamás en Acción nació en Valencia en 2013 y actualmente estamos ya en más de 50 hospitales repartidos entre Madrid, Barcelona, Murcia, Zaragoza, Las Palmas, Barcelona, Huelva, Sevilla, Castellón, Alicante…
Seguimos trabajando para llegar a todas las ciudades donde nos lo solicitan poder acudir ya que, por desgracia, en España hay más de 50.000 niños que viven bajo el Sistema de Protección de la Infancia. Estos niños están repartidos por todas las ciudades, a kilómetro cero de nuestras casas y es ahí donde queremos llegar.
Amplias comunidades de voluntarios
– ¿Cómo está constituida la red de colaboración para dar servicio a todos estos niños?
Nos esforzamos por tener amplias comunidades de voluntarios, -personas, hombres, mujeres, chicas, chicos, abuelitas, abuelitos…- que quieren venir a dar cariño a los pies de las camitas del hospital.
Todos ellos forman parte de una comunidad por cada ciudad. Cuando hay un niño ingresado enviamos al voluntario un aviso donde le informamos sobre su edad y la patología que padece para que sepan a qué se van a enfrentar y estas personas empiezan a ofrecer el tiempo que ellos quieran donar.
De esta manera, vamos cubriendo los calendarios de 24 horas para acompañar a los niños día y noche hasta que les dan el alta. Podemos estar semanas o incluso meses. ¿Cómo lo hacemos? En colaboración con el personal médico y sanitario. Cuando Mamás en Acción entra en un hospital, es él el que determina quién va a ser nuestro contacto. Normalmente suele ser el departamento de Trabajo Social y cuando ellos detectan alguno de nuestros perfiles, nos lanzan una alerta y derivamos a nuestros voluntarios.
Formación presencial
– ¿Formáis a vuestros voluntarios?
Sí, en primer lugar, estos voluntarios deben cumplir con toda la parte jurídico legal que se exige por ley y aportar los documentos legales, como por ejemplo el Certificado de Ausencia de Delitos Sexuales, un documento que se exige a cualquier persona que trabaje con niños, incluso a un profesor.
También les hacemos firmar un contrato de voluntario en el que ellos aceptan que van a cumplir las normas que les vamos a proporcionar y si las incumplen, la responsabilidad jurídica recaerá en ellos. Se trata de una forma de asegurarnos de que cuidan a los niños como es debido.
A partir de aquí vienen a nuestras instalaciones a recibir formación presencial que, en ningún caso puede ser online. En dicha formación les compartimos el manual de acompañamiento y no les decimos tanto como tienen que acompañar, sino que no tienen que hacer nunca para que todo vaya bien. Después pasan un test psicológico, en el que identificamos cuáles son los perfiles apropiados para este tipo de voluntariado y si pasan el test, serán bienvenidos a Mamás en Acción.
– ¿Este manual de acompañamiento lo habéis elaborado vosotros mismos con vuestra experiencia?
Sí, eso es. Cada uno de los aprendizajes que hemos tenido en estos diez años pasa a formar parte de este manual que se va actualizando mensualmente.
– ¿Hasta qué edad cuidáis a los niños?
Acompañamos a los niños desde cero hasta los 18 años, que es cuando se acaba el Sistema de Protección de la Infancia. De hecho, al paciente más pequeño que hemos atendido pesaba 700 g y era prematuro, y el más mayor tenía 17 a punto de cumplir 18.
A veces jugar, a veces cantar…
– ¿Qué hacéis con ellos en el hospital? Además de acompañarlos a los pies de la cama.
Hacemos lo mismo que el papá o la mamá de la habitación de al lado está haciendo con su hijo. A veces es cantar, a veces es reír, a veces charlar, otras darles de comer, cambiar un pañal, dormirlos en bracitos, pasear por los pasillos… Incluso estar en silencio porque hay mucho dolor o se trata de un adolescente que está sufriendo y, en otras ocasiones, esperamos a la puerta de un quirófano para que nos llamen y nos digan que todo ha ido bien.
– ¿Qué papel juegan las empresas colaboradoras?
Mamás en Acción está gestionada como una empresa. Un 82% de nuestros fondos son privados.
Es decir, vendemos productos y servicios para poder trabajar como una empresa y así poder decidir dónde queremos estar el año que viene o dentro de tres años o cómo puedo conseguir para que no haya ni un niño solo en España y qué medios necesito para alcanzar este objetivo.
En función de todo ello, elaboramos nuestros presupuestos y creamos paquetes de servicios para empresas y salimos a vender.
Contamos también con subvenciones públicas, pero igual que una empresa accede a un ICO.
De hecho, nunca, por una ley interna de buen gobierno, nuestras subvenciones públicas superarán el 20% del presupuesto anual. De esta forma garantizamos que somos libres, que podemos seguir trabajando por los niños y que si falta o no llega una subvención no vamos a cerrar. Tampoco vamos a convertirnos en lo que no queremos por tener que justificar a nadie.
– Has comentado que ofertáis paquetes de servicios a empresas. ¿En qué consisten?
Vendemos paquetes de RSC para empresas que felicitan los cumpleaños a sus empleados con Mamás en Acción o empresas que sorprenden a sus trabajadores con una acción conjunta con nosotros. Además también impartimos charlas y conferencias en eventos de empresas sobre motivación de personal. Los ingresos obtenido por estos servicios se ingresan directamente en Mamás en Acción para mantenerla.
– ¿Qué pasa con ese niño cuando sale del hospital y necesita una familia?
Cuando se da el alta a los niños, en la mayoría de los casos vuelven a un hogar infantil o una residencia. Muchos voluntarios nos preguntan qué pasa con el niño cuando le dan alta y les explicamos que van a un centro. Entonces nos expresan su deseo de llevárselos a su casa y se convierten en familias de acogida.
Esto es una maravilla, porque la verdadera prevención para que Mamás en Acción no sea necesaria, es que los niños tengan una familia. Por ello, trabajamos mucho para poder darle difusión y dar a conocer el recurso de acogimiento familiar, que la gente no lo conoce y lo confunde con la adopción.
De hecho, gracias a nuestros voluntarios, muchos niños están saliendo en familias de acogida.
Con lo cual, reclamamos ante las instituciones que hace falta dar visibilidad al recurso y acelerar los trámites. No podemos estar esperando entre dieciocho meses y dos años a que se evalúe a una persona que quiere acoger a un niño, ya que la familia puede esperar mientras que el niño pierde muchas posibilidades conforme va creciendo.
En acompañamientos largos por parte de nuestro voluntario, donde el niño ha sufrido maltrato infantil o cualquier enfermedad grave que después tiene secuelas o que va a necesitar una atención muy especializada, desde Mamás en Acción alegamos que este niño ha creado vínculo con esta persona, con esta familia y el juez suele favorecer a la familia.
– ¿La ropa también la gestionáis vosotros?
Desde 2020 ya no tenemos el desván.
Lo que sí que hacemos, cuando ingresan a nuestros niños es proporcionarles, por ejemplo, calcetines cuando tienen frío, pijamas de repuesto a los bebés, o la ropa para salir del hospital cuando les van a dar el alta.
Con lo cual, seguimos proveyendo a nuestros niños de la ropa necesaria para que vayan a aseados y dignos, pero ya no tenemos ese excedente que antes repartíamos en el desván.
Mayor visibilidad al acogimiento familiar
– ¿Cómo resolveríamos el problema de los niños no acompañados en el hospital?
Si el primero y el tercer perfil que he comentado tuvieran una familia en la que crecer y sentirse seguros. Hay que proteger a la infancia, no hay que dejar que nuestros niños sufran. Igualmente, hay que dar visibilidad al acogimiento familiar para que las familias sepan que estos niños existen, que más de 4.000 niños en Valencia están buscando una familia en la que crecer, pero nadie lo sabe. Estos niños viven en nuestros barrios y en nuestras ciudades.
Con lo cual, nuestro objetivo es único, ni un niño solo en la vida.
Mamás en Acción se puso en marcha para conseguir que no haya ni un niño solo en el hospital. Además, cuando las personas conocen el recurso de acogimiento familiar son generosas y deciden llevárselos a su casa. Ya no nos conformamos con acompañarles en el hospital, queremos acompañarles en la vida, así que nuestro objetivo a tres años es ni un niño solo en el hospital y seguir trabajando para dar visibilidad al recurso de acogimiento familiar .
Además, trabajar para que las administraciones aceleren los procesos. No sirve de nada que yo le derive 500 familias a la Administración y dos años después están en el mismo punto de partida.