En vísperas de la primera sesión plenaria (15 de julio) del nuevo Parlamento europeo, uno de los retos a los que tiene que hacer frente la Unión Europea es contar con la financiación necesaria para hacer frente a las inversiones que necesita para impulsar su progreso económico y social. Para ello es necesario completar la unión bancaria y avanzar en la Unión del Mercado de Capitales (UMC) y de implementarla de forma eficaz para que permita desarrollar el mercado interior y estimular la transición hacia una economía descarbonizada y en la prestación de servicios financieros innovadora, tal y como han puesto de manifiesto las asociaciones del sector financiero español como AEB, Inverco, UNACC y Unespa.
Unión bancaria para poder competir internacionalmente
En esta misma línea se ha pronunciado Alejandra Kindelán, presidenta la Asociación Española de Banca (AEB). En concreto, ha manifestado que «nos hace falta completar la unión bancaria para facilitar y reducir la fragmentación que tenemos en el mercado bancario europeo y las medidas que vayamos adaptando en esa dirección serán buenas también para poder competir en el ámbito internacional».
En este sentido, Kindelán ha recordado también que antes de la crisis global de 2008, el primer banco de la eurozona y el primer banco estadounidense valían lo mismo en bolsa. Hoy en día, el primer banco de Estados Unidos es la suma de los diez primeros bancos de la eurozona. «Con lo cual, la disparidad es tan grande que tenemos que valorar qué medidas podemos tomar«.
Kindelán ha incidido en que esta cuestión tiene que ver con el fondo de garantías de depósitos único, «pero también -ha añadido- con normativa que todavía no se ha armonizado». La presidenta de la AEB ha puesto como ejemplo la normativa de protección al consumidor, «que sigue siendo diferente por cada uno de los países miembros».
También se ha mencionado «la normativa de antiblanqueo de capitales, muy importante para las entidades financieras, pero sigue siendo también nacional, aunque actualmente ya se está trabajando para armonizarla y eso también es una buena noticia», ha reconocido.
Bancos de dimensión europea
Con lo cual, Kindelán ha instado a trabajar para romper la fragmentación y «asegurar que tenemos un mercado bancario europeo con bancos de dimensión europea».
Para conseguir este objetivo, Kindelán ha reclamado un mandato político para que, por un lado, «haya alguien que tenga una visión completa y holística de toda la regulación que afecta a nuestro sector, y, por otro lado, un segundo mandato para que cada uno de estos reguladores esté alineado con ese objetivo político importante que tiene Europa para poder crecer y competir en el ámbito internacional» ha manifestado.
Mayor simplificación de la regulación del sector financiero
¿Cómo debería adaptarse la regulación? Desde la AEB han reclamado a reguladores y legisladores europeos a simplificar la regulación y supervisión que tras años de intensa reforma se ha vuelto compleja y excesiva, y a evitar sobrecargar al sector financiero con nuevas restricciones que podrían afectar la capacidad de apoyar la economía real.
«En primer lugar, -ha especificado Kindelán-, debemos analizar si hace falta seguir incrementando o superponiendo requerimientos de capital sobre el sector y hay que analizar coste/beneficio de cada requerimiento adicional que se le pueda hacer al sector».
Igualmente, Alejandra Kindelán ha reclamado «aligerar y simplificar la regulación». En este sentido, ha matizado que «de 2020 a 2025 son 440 piezas regulatorias que han desarrollado las autoridades de supervisión y de regulación europeas. Con lo cual hay margen para simplificar y reducir», ha incidido.
Otro aspecto en el que ha hecho hincapié la presidenta de la AEB está relacionado con los procesos normativos en Europa y su duración que se prologan hasta cuatro años de media. Con lo que ha declarado que «son muchos años para vivir en la incertidumbre sobre qué impactos regulatorios va a tener el sector financiero».
«Con lo cual, -ha subrayado- hay adaptar, aligerar y acelerar procesos y, cómo estamos viendo, en este ciclo político en el que la banca tiene un rol fundamental para poder lograr todos estos objetivos que tiene«.
En definitiva, el mercado de capitales europeo y la Unión Bancaria son fundamentales para la estabilidad y crecimiento económico de la Unión Europea. Las iniciativas de integración y regulación buscan fortalecer la resiliencia del sistema financiero europeo frente a futuras crisis.