Aunque positivo en general, el balance de las dos décadas de implantación del Mercado Común europeo no se ha traducido en la generación de incentivos suficientes «que permitan llevar a cabo reformas estructurales de calado». Así lo ha afirmado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante la conferencia «20 años de transformaciones económicas» que ha impartido por cuenta del Consejo General de Economistas de España (CGE).
La creación del euro supuso un paso «trascendental» desde un punto de vista económico y político, su puesta en circulación constituyó «una de las pruebas más tangibles» del proyecto europeo. Para el gobernador, el euro ha «facilitado la integración en Europa de nuestra economía, pero la pertenencia a la moneda única exige políticas nacionales comprometidas con la estabilidad y las reformas».
Sin embargo, ha explicado en su ponencia, es necesario seguir avanzando en el fortalecimiento del mercado único. Para ello es necesario superar «el bloqueo que existe en la actualidad» con respecto al sistema europeo de garantía de depósitos. Desde el banco afirman que «su creación tendría un impacto considerable en la confianza de los ciudadanos», afirman desde el banco.
«Con la llegada de la pandemia nos hemos encontrado en una nueva crisis económica en la que Europa esta vez sí ha dado una respuesta muy rápida y potente. En esta ocasión sí han servido de incentivo para impulsar las reformas pertinentes. Pero, una vez que desaparezcan estos fondos europeos, ¿nos volverá a pasar lo mismo?», se ha preguntado Hernández de Cos.
La economía española, con el euro
Las cifras son claras. Entre 1990 y el año 2002, según los datos del Banco de España, el comercio entre los 19 países del área del euro aumentó un 5%. Desde su creación ha aumentado un 200%. Esto ha sido particularmente importante para la economía española, que se ha caracterizado por experimentar un fuerte proceso de internalización.
«El peso de los activos y pasivos exteriores se ha prácticamente triplicado y se ha reforzado la actividad exportadora de nuestras empresas, así como una diversificación de las ventas», ha afirmado el gobernador.
Un aspecto que se ha querido subrayar durante la conferencia, es que el euro ha fortalecido el papel fundamental de Europa. Si uno mira los datos de 2021, ha explicado Hernández de Cos, lo que ve es que cerca de la mitad de los bonos verdes emitidos en el mundo lo han sido en euros.
La «cara b» del Euro
Según el gobernador, a día de hoy podemos afirmar que algunos de los problemas económicos surgidos durante las últimas dos décadas han surgido por no haber sabido ver «la responsabilidad y restricciones» que supone formar parte del euro.
«Más allá de las deficiencias de la arquitectura inicial, durante la primera década del euro no se prestó la suficiente atención al papel crucial que debe recaer sobre el ajuste internos de las economías para evitar desequilibrios financieros. Especialmente en un contexto de situación económica muy holgada, cuando además no se puede recurrir a la devaluación del euro», sentencia Hernández de Cos.
Esta situación se tradujo en que la economía española alimentó importantes desequilibrios, como la pérdida de competitividad, la baja productividad, la creación burbujas de crédito y el desequilibrios en el sector financiero.
El futuro requerirá reformas
Nuestra economía, aseguran desde el Banco de España, se sigue enfrentando a desafíos muy importantes y requiere de reformas estructurales que, de no realizarse, condicionarán el crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos. Alguno de estos retos, explican, son históricos, pero otros están ligados a nuevos desarrollos.
«Quizá el más importante es el reto de la baja productividad, síntoma de múltiples deficiencias que se relacionan entre sí. Todos los aspectos vienen condicionados por un marco regulatorio que afecta a la educación y formación de capital humano, que, a su vez, son fundamentales en esa baja productividad», ha afirmado el gobernador del banco.
Acerca de la eficacia de las reformas llevadas a cabo recientemente, desde la entidad afirman que «todavía es pronto para tratar de anticipar si realmente se han producido un cambio en las dinámicas de precariedad laboral en el país».