Bill Gates afirmó que “la cultura empresarial no es algo que puedas describir”. Es un término que se puede calificar como etéreo, complejo o, para algunos, intrascendente. Sin embargo, muchas veces puede marcar la diferencia entre que una compañía genere equipos que produzcan grandes resultados o no.
Las empresas llevan años con una tendencia de cambio. Cada vez son más las que se dan cuenta de que las tendencias del mercado están evolucionando y que el cambio se está produciendo de forma muy rápida y volátil. Hay una clara inclinación de darle más valor a la cultura empresarial porque se está comprobando que se convierte en un gran aliado para competir en el mercado.
Frederic Laloux en su libro ‘Reinventando las organizaciones’ habla de las compañías verdes. Se trata de aquellas en las que la cultura está por encima de la estrategia, es variable y se adapta al entorno. Incluso, llega a demostrar en el libro que en aquellas que son más jerárquicas la falta de unidad debilita en gran medida a la empresa.
¿Cómo de importante es la cultura empresarial?
José Burgos, CEO de Fresh People, reflexiona con Economía 3 sobre la importancia de la cultura empresarial para el éxito de una empresa.
Burgos destaca que “es muy importante que las empresas tengan una cultura bien alineada con la estrategia y con lo que quieren conseguir. Estamos en un momento en el que las empresas buscan ser más flexibles y más cercanas, por eso deben llevar a cabo acciones que persigan ese fin”.
Últimamente, se está dando una clara tendencia en la que las personas se han vuelto un factor principal en las compañías: se les está dando un puesto primordial. “Ante la falta de talentos, los pocos que hay disponibles para las compañías empiezan a plantearse qué quieren para su trabajo y dónde quieren o no estar, cosa que hace unos años no pasaba”, aclara Burgos.
Y es que la gente ya no quiere ir a trabajar para cobrar un sueldo, quiere sentirse parte de una empresa como alguien importante para ella. Quieren saber que se cuenta con ellos y que lo que hacen es importante. Por eso, las compañías deben dar respuesta al mercado para ser competitivos. “Desde Fresh People vemos cada vez más gente que en los procesos de selección pregunta cuáles son los objetivos de la compañía, si hay varias nacionalidades, qué porcentaje de hombres o de mujeres hay, etc”.
También es cierto que donde primero surgió fue en los trabajos más cualificados y en los que más demanda y menos oferta había. Pero, la pandemia ha acelerado esta tendencia y ha hecho que ahora sean otros sectores los que se suman. “Muchas veces pensamos que solo sucede en entornos de alta especialización y más digitales, pero lo que vemos es que está sucediendo en otras muchas capas del entramado empresarial. Aunque es algo que aquí todavía nos queda un poco lejano, en países como Estados Unidos ya se está dando en puestos como restauración. La gente quiere trabajar, pero no a cualquier precio”, clara Burgos.
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— Fresh People (@FreshPple) October 7, 2021
¿Cuál ha sido el punto de inflexión para este cambio?
La pandemia ha acelerado el proceso de digitalización que ya venía sucediendo. Por eso, la demanda de perfiles digitales ha ido en aumento. De ahí que estas personas para las que había una alta demanda y poca oferta pudieran ver cuál era la que más le convenía. “Ahora las empresas ya no solo compiten por sus clientes externos, sino también por los internos (trabajadores)”, explica Burgos.
Por otro lado, a todos nos ha dado una oportunidad de reflexión. Hemos tenido tiempo para pensar y revisar qué cosas estábamos haciendo de manera automática. Varias personas que se han planteado si las bases donde sustentaban su vida iban alineadas con lo que querían realmente. De hecho, Burgos adelanta que “personas que trabajan en el puesto con el que siempre habían soñado se plantean cambiarlo. Y, sin duda, es una tendencia que va permeando en toda la sociedad y en todos los sectores”.
¿Y cómo podemos expresar la cultura empresarial en las fases del negocio?
Desde Fresh People aclaran que, “debemos entender que el modelo transaccional en el que el trabajador cumple su horario y la empresa se limita a pagar es caduco”. Una de las tendencias que vemos en el mercado es que la duración de las personas en una empresa no es como antes, ya casi nadie aguanta en la misma empresa toda la vida. Por eso, “el empresario debe pensar que el objetivo es que el tiempo que dure en la compañía pueda aportar el máximo posible y contribuya todo lo que pueda”.
A partir de ahí, es cuando las compañías tendrán que empezar a ver que el proceso selectivo ahora es un punto bidireccional donde la empresa conoce a las personas y estas se interesan cada vez más por la compañía para ver si encaja en su perfil. “Por eso es muy importante que evolucione y adapte su cultura empresarial al contexto en el que vive”, afirma el CEO de Fresh People.
Dentro de todo este entorno de cambio, cada vez hay más compañías que ven que mejores equipos y más satisfechos generan mejores resultados. Pero, sin duda, las que lo tiene más sencillo son las pequeñas y medianas empresas gracias a su tamaño. “No tiene nada que ver cambiar la cultura de 50 empleados que de 50.000”, recalca Burgos. En la actualidad, se suman más empresarios que ven la oportunidad de cambio. Y que este les puede aportar numerosos beneficios. No solo monetarios, sino de cualquier otra índole.