El sector cerámico ha sabido resurgir de la pandemia incrementando sus ventas, pero este indicador no lo es todo a la hora de analizar su viabilidad. Los representantes de Ceracasa, Colorker, Grupo Pamesa, Argenta Cerámica, ITC-AICE y Azteca advierten que para que las empresas sean viables hay que tener en cuenta otras amenazas como la subida de las materias primas, el pago por las emisiones de CO2, los fletes, la falta de una alternativa al gas natural…
Vicente Nomdedeu, CEO de Azteca; Manuel Ángel Murillo, consejero delegado de Colorker; José Manuel Llaneza, director general comercial de Grupo Pamesa; Alejandro Navarro, gerente de Argenta Cerámica; Carlos Cabrera, CEO de Ceracasa; y Gustavo Mallol, director de ITC-AICE. Por parte de KPMG España, Bernardo Vargas, socio-director en la Comunitat Valenciana, y Begoña Cristeto, socia responsable de Industria debatieron sobre la situación actual del sector y sobre las amenazas que pueden afectar a su cuenta de resultados, dejando a un lado las ventas.
“El sector cerámico es clave para la industria valenciana tanto por su contribución al PIB autonómico como por su efecto tractor para las compañías que están a su alrededor”, explicó Vargas en la apertura del debate.
Vargas definió al sector cerámico como “competitivo y exportador” y “un gran inversor en I+D”. En cuanto a 2020, lo calificó como “excepcional”. A pesar de estar marcado por la pandemia, el sector concluyó el año con un crecimiento de ventas del 2,3 %, “aunque no ha sido igual para todas las compañías”, subrayó.
En su opinión, “estas cifras muestran la resiliencia del sector ante una crisis mundial”.
El sector cerámico ante la pandemia
El CEO de Ceracasa, Carlos Cabrera declaró que la falta de movilidad que hemos vivido les ha afectado mucho. “Nosotros no tocamos la gran obra y vamos a pequeño volumen. Por ello, cuando se abrió el mercado notamos un repunte en este tipo de consumos y en la reforma. Lo que nos ha llevado a registrar un crecimiento en el segundo semestre de 2020”.
Mientras, Alejandro Navarro (Argenta Cerámica) defendió que “el sector siempre se ha caracterizado por ser dinámico, ágil y muy competitivo”. Por ello, que “durante el confinamiento dimos ejemplo, defendiendo que nos dejaran seguir trabajando y tratar de recuperar la producción lo antes posible. Todo ello nos permitió que cuando la situación empezó a normalizarse. Estábamos en mejor posición que otros para coger esa ola de crecimiento a partir de junio y julio, y se vio que, con la apertura y la recuperación de la normalidad, hemos estado mejor posicionados que nuestros competidores de Italia, China, India o Sudamérica. Donde por distintas razones tardaron más en reaccionar”.
Desde Grupo Pamesa, José Manuel Llaneza afirmó que ellos también estaban convencidos de que había que parar lo mínimo y reactivar la producción lo antes posible y “esto ha sido la clave de nuestro crecimiento en los últimos meses, el mayor registrado en los últimos 20 años”. Sin embargo, –matizó– “el aumento de los costes logísticos está afectando a nuestra competitividad. China e India están haciendo frente a precios aún más elevados. Gracias a esta ventaja competitiva en Latinoamérica y EE.UU. se está disparando la demanda”.
Vicente Nomdedeu (Azteca) informó, como presidente de Ascer, que el Ministerio de Industria actuó para que el sector no parase. Para conseguirlo, desde Ascer se argumentó que la liquidez de las empresas tenía que provenir de algún sitio para que estas no se ahogaran. O que la marca España no debía perder posicionamiento.
Nomdedeu definió el 2020 como “mejor que bueno en ventas” y argumentó que “el mercado nacional, a pesar de que reaccionó muy bien influido por la reforma, siguió estando por debajo del 4 % en relación con 2019. Mientras que el mercado exterior fue un 4,4 % (exportación) por encima”.