El presidente ejecutivo de la nueva Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, negaba en la rueda de prensa de presentación de la entidad resultante de la fusión con Bankia que la integración bancaria en España fuera a perjudicar a los clientes. Este último punto está por ver pero, desde luego, la concentración que se ha producido en este sector en la última década, a raíz de la crisis financiera desatada en 2008, es indudable.
Allá por el año 2009, en los inicios del derrumbe económico que ya había comenzado y que se prolongaría muchos años más, la lista completa de entidades que componían el sector financiero era difícil de memorizar. El modelo de cajas, como el de los aeropuertos provinciales, triunfó en los ‘felices años’ de finales del pasado siglo y comienzos del XXI.
Sin embargo, su caída fue tan abrupta como su expansión por el territorio nacional. Posteriormente, el ritmo de integraciones, absorciones, fusiones y demás fórmulas fue frenando su ritmo frenético, pero a día de hoy todavía no ha cesado. Muestra de ello, las últimas ‘uniones’ entre Caixabank y Bankia y, la más reciente, de Unicaja y Liberbank.
Fusiones, compras y otras fórmulas
En concreto, en el año 2009 existían al menos dos decenas de entidades financieras de múltiples titularidades. Pero el proceso de integración no ha cesado. Banco Santander, pese a los rumores de flirteo con otras entidades, principalmente Sabadell (que a su vez también se ha relacionado con BBVA), ha sido uno de los menos activos en este sentido, dado que ‘solo’ se hizo con Banesto.
Sabadell, de hecho, fue uno de los primeros y más sonados casos de absorción. El banco catalán, cuya sede social se encuentra ahora radicada en Alicante, se hizo con la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la CAM. Por su parte, dentro de BBVA quedaron Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu, por una parte, y Catalunya Banc por otra. Esta última, a su vez, ya era el resultado de la conjunción de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa.
Bankia, Caixabank, Unicaja y Liberbank
Pero, sin duda, Bankia fue la creación más directamente relacionada con el derrumbe del modelo de cajas. Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Caja Insular Canarias, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja acabaron laminadas en Bankia. Mientras tanto, Caixabank se hizo con La Caixa, resultante a su vez de la fusión de esta con Caixa Girona; Cajasol-Guadalajara, tras la fusión de estas dos cajas, y Banca Cívica, resultante de la suma de Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias. Además, Caixabank compró el histórico Banco de Valencia.
Estas microfusiones se han tornado ahora a macro, con la reciente unión de Bankia y Caixabank. Asimismo, los accionistas de Unicaja y Liberbank acaban de aprobar la enésima y, con toda probabilidad, no última integración de entidades financieras.