Rototom Sunsplash, 10 años en España de un festival que rompe moldes
El festival Rototom Sunsplash abrirá sus puertas a su edición 26 el próximo día 16 para celebrar 10 años en España como defensores de un modelo de festival que rompe moldes y se erige como un abanderado de los derechos humanos, la ecología, el respeto, la paz y la convivencia con la multiculturalidad arriba y abajo del escenario.
Para celebrar esos 10 años, el Rototom ha organizado un concierto especial de la banda española Green Valley, que tendrá lugar el 22 de agosto cuando cierre la edición, y que, bajo el nombre Green Valley & Friends, contará con la participación de diez colaboraciones y diez músicos en escena.
Si el año pasado el Rototom dedicaba su edición al fenómeno migratorio, este año su lema Stand up for Earth será el hilo conductor para las actividades y las charlas y debates que tendrán lugar en el recinto de conciertos de Benicàssim para dar otro «paso firme» en su compromiso con el medio ambiente y tras haberse declarado evento plastic free (libre de plástico), ya que no habrá plástico ni en el recinto de conciertos ni en la zona de acampada.
En lo musical, desfilarán del 16 al 22 de agosto por Benicàssim el ganador del Grammy e hijo de Bob, Ziggy Marley; el heredero de la cultura reggae del siglo XXI, Chronixx; el creativo DJ de dancehall Busy Signal; la primera familia del reggae moderno, Morgan Heritage; la versátil vocalista rasta Queen Ifrica; el cantante de voz profunda Bushman, y la pionera y vanguardista primera dama del reggae, Marcia Griffiths, entre muchos otros artistas.
Pero si algo define al Rototom y lo hace diferente y único frente al resto de propuestas de festivales en España es su carácter de multiculturalidad, de ser una «gran familia» que convive durante una semana en Benicàssim compartiendo los valores de la paz, el amor y el respeto mutuo y al planeta.
Ese sello de identidad marca una cita en la que las familias son bienvenidas y tratadas con especial cuidado -con áreas específicas y programación especial para el público infantil y adolescente- y que además ofrece precios especiales para parados y entrada gratuita a niños y jubilados.
Ese público -venido de 80 países- convierten al Rototom en el evento musical español más internacional, con visitantes llegados de países remotos, del mismo modo que sus artistas, que provienen muchos de Jamaica, cuna del reggae e hilo conductor de la banda sonora del festival, pero también de países europeos, EEUU o diversos lugares de África.
Una multiculturalidad que llega también hasta el paladar, porque -más allá de las cocinas comunitarias de las zonas de acampada en la que familias de diferentes procedencias comparten sus platos típicos- el recinto de conciertos ofrece una experiencia gastronómica en la que es posible degustar platos de lugares tan lejanos como Etiopía, Japón o Perú, en los cerca de 40 restaurantes entre los que tampoco faltan las propuestas locales con arroces y otros bocados típicos valencianos.
Además, este año se contará con un área especial, Pura Vida, dedicado a bebidas alternativas como los cócteles con refrescos orgánicos, los jugos africanos de jengibre y bissap o los de caña de azúcar recién exprimida.
El lema de la presente edición, Stand up for Earth, llega también al espacio gastronómico, con propuestas que defienden la cocina sostenible y con productos ecológicos y, por ejemplo, la elaboración de bebidas alternativas y saludables como la limonada con aceitunas o las cervezas artesanas de Yakka Beer, Castelló Beer Factory y Canna Beer, a las que se une Coffee Casa con una selección de cafés y tés del mundo.
Al veto total al plástico que activará en sus siete jornadas, el Rototom Sunsplash suma otras medidas novedosas, como un sistema para reducir el desperdicio alimentario, por el que cada establecimiento de la zona gastronómica del recinto podrá donar al cierre de la edición su excedente de productos no perecederos al Banco de Alimentos de Castellón, que lo distribuirá gratuitamente entre las ONGs que atienden a las personas con menos recursos de la provincia.
El mercadillo -que da un color especial al recinto y que contribuye a ser concebido como una pequeña ciudad intercultural- acercará a los asistentes multitud de productos creativos, originales y de autor que invitan a perderse entre sus callejuelas para adquirir alguna pieza de bisutería artesanal, cosméticos y artículos textiles elaborados con tejidos ecológicos y estilos diversos -del urbano al rastafari-. Un gran mercado que en esta edición incorpora entre sus novedades puestos de fruta deshidratada y la presencia de artesanos profesionales de Senegal.
Un «crisol» cultural y musical que lleva 10 años instalado en Benicàssim -después de que el festival se fuera de Italia por el «acoso» avalado por la Ley Fini-Giovanardi y la política de cierre de fronteras que promovía la Liga Norte de Matteo Salvini– y que pretende «cumplir otros diez más junto al Mediterráneo», según ha informado Efe.
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