La presidenta del Consell Valencià de Col·legis de Farmacèutics y del Colegio de Farmacéuticos de Alicante lo ha dejado claro: «somos un establecimiento privado que presta un servicio público y nuestra prioridad es el paciente». Confirma también que «el medicamento no es un bien de consumo, es una inversión ya que mejora la calidad de vida de los pacientes, se ahorra en ingresos hospitalarios, en pruebas analíticas y diagnósticas…». Con lo cual, sobre la posibilidad de que se pongan en marcha las subastas, le piden al Gobierno que ahorre en otra cosa pero no en salud.
– ¿Se está trabajando desde la Comunitat Valenciana en el frente común contra la subasta de precios que plantea el Partido Socialista?
Ni el Gobierno, ni el Partido Socialista se han pronunciado todavía de una manera contundente sobre las subastas. Esta cuestión ha surgido de un total de 19 recomendaciones para la farmacia que ha elaborado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y que el Gobierno ha presentado en Bruselas, dentro de su plan de Estabilidad para el año 2019 al 2022 y estamos a la expectativa de ver qué es lo que está pasando y qué es lo que va a pasar.
– ¿En qué consiste una subasta de medicamentos?
Es como cualquier tipo de subasta a la baja. En el caso de Andalucía, el Gobierno de esta comunidad autónoma comenzó sacando a subasta unas moléculas para saber qué laboratorio ofertaba el precio más bajo de esos medicamentos. A dicha puja se presentan laboratorios pequeños, los grandes no comparecen. Al final de la puja se elige el más barato. Ese medicamento, igual que el resto pero a mitad de precio es el “que obligan” a recetar a sus médicos. Es decir, los médicos no se pueden salir del medicamento de la subasta. ¿Qué es lo que ocurre? Que se trata de laboratorios pequeños de la India, Nigeria, Pakistán… con una calidad muy baja que y que no cubren la demanda de dicho medicamento. Con lo cual, se da la paradoja en Andalucía que hay provincias que tienen por ejemplo un hipolipemiante (para tratar el colesterol) de un laboratorio, en otra provincia de otro laboratorio… todos ellos dentro del precio mínimo que paga el Gobierno andaluz.
– ¿La escasez de medicamentos está vinculado a las subastas?
Naturalmente. El 48% de los que están desabastecidos proceden de subastas. Es decir, se trata de la mitad y todo a consecuencia de la poca capacidad de producción de dichos laboratorios pequeños.
– ¿Cómo se fija el precio de los medicamentos en la ComunItat Valenciana?
Los precios se fijan desde el Ministerio, son iguales para toda España. Sí que es cierto que en la Comunitat Valenciana, un decreto del Gobierno valenciano de 2013 planteó, para ahorrar, un control de la prescripción de medicamentos. De esta manera, coartó la libertad de prescripción del médico. El Gobierno valenciano creó lo que se llamó el algoritmo de prescripción terapéutica, de tal forma que el médico debía recetar, dentro de una batería terapéutica, el más barato. Desde un principio se siguió a rajatabla pero no se puede impedir al médico prescriptor ni al paciente que disfruten de las novedades terapéuticas que van surgiendo porque va en detrimento de la salud del paciente ocasionando un aumento del gasto sanitario.
Me entristece que todo esto se base en criterios puramente económicos. El medicamento no es un bien de consumo, es una inversión ya que mejora la calidad de vida de los pacientes, se ahorra en ingresos hospitalarios, en pruebas analíticas y diagnósticas…
– ¿Qué es lo que busca el Gobierno con estas grandes subastas además de ahorro económico?
Vuelvo a reiterar que el medicamento no es un bien de consumo y estamos hablando de la salud de la población. Con lo cual, pensar que se va a tratar a los pacientes teniendo en cuenta unos medicamentos que son más baratos por una puja, con menor adherencia al tratamiento y menos efectivos, que se van a cambiar los envases en poco tiempo porque primero serán de un laboratorio y luego serán de otro… todas estas cuestiones están causando grandes trastornos en los pacientes y sobre todo en las personas mayores.
Yo me pregunto, ¿cómo es posible que se puedan fijar únicamente en el gasto en medicamentos en recetas cuando es el que está más controlado? El gasto en recetas no ha subido más del 1% en lo que va de año mientras que el gasto farmacéutico en los hospitales ha subido un 150% en cuestión de diez años.
Desde el año 2000 han habido 29 medidas de control del gasto en recetas y todo va dirigido a la farmacia porque es lo que está más controlado, es más transparente y se conoce el gasto existente.
Hay que tener en cuenta que el gasto de medicamentos con receta supone el 17% del gasto total sanitario, queda un 83% de gasto sanitario que no está controlado.
– ¿Qué perjuicios os generaría a las farmacias las subastas de medicamentos?
Todos los perjuicios y no solo económicos. Los farmacéuticos somos sanitarios fundamentalmente. Además, somos un establecimiento privado de servicio público y nuestra prioridad es el paciente. Con lo cual, estamos totalmente en contra de ver que este va a salir totalmente perjudicado con estas medidas, teniendo en cuenta que la farmacia ha ahorrado más del 49% del gasto sanitario en el sector durante los últimos años.
Toda esta situación nos indigna porque el paciente debería ser el foco a la hora de tomar medidas. Le pedimos al Gobierno que ahorre en otra cosa, pero que no en salud.
De todas formas, en lo de las subastas nosotros, en cierto modo, llevamos soportando “subastas encubiertas” desde hace veinte años porque todos los años hay una ley de orden precio de referencia.
– ¿En qué consiste la ley de orden de referencia?
Todos los años hay una serie de grupos terapéuticos que o bien porque haya caducado la patente o por cualquier otra causa bajan de precio. ¿Qué están haciendo? Se ajustan con los precios menores. ¿Qué ocurre con los laboratorios de marcas? Que para poder seguir siendo financiado su medicamento por el sistema nacional bajan también el precio de manera voluntaria. A mi entender, esta situación también es una subasta.
– Si los laboratorios siguen perdiendo márgenes, ¿Qué capacidad tienen para seguir investigando?
Ninguna. La industria farmacéutica, como cualquier negocio, dedica parte de sus ingresos a la investigación. Si no los tiene o descienden no podrá seguir haciéndolo. Nos estancaremos en medicamentos obsoletos.
– ¿Los medicamentos que entran en subastas son igual de eficaces que los de los grandes laboratorios?
Hay laboratorios de genéricos de una gran calidad. Un medicamento genérico de un laboratorio de reconocido prestigio no tiene nada que envidiar a un medicamento de marca. Lo que si que me preocupa es que estos medicamentos de laboratorios desconocidos que se presentan a las subastas son de ínfima calidad.
– ¿Se tienen datos o se han hecho estudios sobre este tipo de laboratorios?
Lo primero que hay que aclarar es que los medicamentos genéricos son aquellos que tienen la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos. Es decir, un genérico y una marca tienen la misma cantidad de principios activos. Con lo cual, lo que hay que buscar es la bioequivalencia que es la relación que hay entre dos preparados que lleven el mismo fármaco, en la misma forma farmacéutica y en la misma dosificación y presentan una biodisponibilidad similar. ¿Y que es la biodisponibilidad? Se trata del porcentaje de la dosis del fármaco administrado que llega al torrente sanguíneo inalterado. Es en este punto, y no en la cantidad del principio activo, donde la ley permite un margen de diferencia de un 20%.
Además, los medicamentos genéricos se deben someter a los mismos requerimientos que los de referencia y que todos en general y siempre y cuando sea de un laboratorio que cumpla las normas de correcta fabricación de los medicamentos, ya sea genéricos o de marca, es exactamente igual que un medicamento de marca.
– ¿Está establecido por algún tipo de organismo o por ley la cantidad de principio activo que debe llevar un medicamento?
Un medicamento genérico debe ser equivalente a uno de marca. Sí que es cierto que la legislación da un pequeño margen de menos cantidad de principio activo, pero muy pequeño.
– ¿Qué instrumentos o qué medidas habéis propuesto para establecer un sistema de precios?
Hemos lanzado un argumentario que incluye muchas de las cuestiones que ya hemos comentado poniendo en el eje la salud de la población. Con lo cual, estamos a la expectativa. Si continuamos con las subastas debe producirse un cambio normativo y legislativo para poderlo hacer, se tiene que formar gobierno y se tienen que poner de acuerdo los distintos grupos parlamentarios, con lo que pasarán entre dos o tres años para que llegar a poner en marcha las subastas.
Por último, ¿seguimos sufriendo escasez de medicamentos?
En los últimos cinco años tenemos cerca de 600 medicamentos con los que existe falta de suministro. Desde 2013 en adelante ha ido subiendo de forma exponencial la falta de medicamentos. Existen algunos que, afortunadamente, tienen sustituto. Por ejemplo de genéricos, como hay de muchos laboratorios diferentes no hay problema. El año pasado hubo problemas con el principio activo Valsartán que lo retiraron de todos los laboratorios y que se utiliza para tratar la hipertensión arterial. Esta situación provocó un enorme desabastecimiento pero había alternativas de hipertensivos con los que se pudo solucionar el problema.
Hay desabastecimiento de medicamentos que no tienen sustitución como el que está indicado para la angina de pecho que obliga al paciente a peregrinar de farmacia en farmacia a ver si lo encuentra. También lo hay de enzimas pancreáticos que son muy importantes para determinados enfermos porque no hay sustituto. Por otra parte, existen desabastecimientos intermitentes de otros medicamentos como algunos relacionados con el sistema nervioso central, tranquilizantes…
En el ámbito hospitalario existe un desabastecimiento de muchos medicamentos oncológicos pero no conozco las causas.
Los desabastecimientos en la farmacia se deben a las subastas y al bajo precio del medicamento en España. A la industria farmacéutica le sale más rentable vender sus productos fuera de España.
A principios de marzo se reunió la interterritorial y el Ministerio y establecieron un plan estratégico para el control de desabastecimientos. El cronograma establecido fue que en el primer trimestre de 2019 ya se iban a tomar medidas y este plan vio la luz el 28 de marzo con lo cual en esta primera etapa no se hizo nada. Otra de las medidas que se tomó fue incluir en la base de datos de los médicos qué medicamentos están desabastecidos para que no padezca el paciente esta falta, y que yo sepa, no se ha hecho todavía. Otra medida era pedir medicamentos al extranjero…