Los jóvenes se abren paso dentro del campo del cooperativismo en Castellón
Castellón registró 20 nuevas cooperativas en 2018 gestadas por 50 socios, según los datos de la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana (Concoval). Y de ellas, 18 son de trabajo asociado. Así, la provincia ya cuenta con 406 entidades cooperativas, de las que 214 son de trabajo asociado, fórmula recurrente en la que los trabajadores son a la vez que socios empleados. Y la mayoría de esos proyectos son liderados por jóvenes, dado que en gran medida la edad es inferior a los 40 años.
La opción de asociarse en cooperativas tiene que ver con la estabilidad de los empleos generados o al menos eso se desprende del informe. En él se observa que el 90,8% de los cooperativistas tienen jornadas a tiempo completo, algo a tener en cuenta si se compara con los empleos a tiempo parcial creados durante los años de la crisis económica. De ahí que fuera una de las opciones para sortear la crisis.
Un dato a tener en cuenta es el perfil de las personas que se unen en cooperativas, de tal forma que casi la mitad de los socios son mujeres, el 47 por ciento, confirmando ese impulso hacia la igualdad que se plantea desde las administraciones. Además, es cada vez mayor el número de jóvenes que optan por asociarse para salir de la situación de desempleo. Atendiendo a los datos de Concoval, el 36 por ciento no rebasan los cuarenta años, un porcentaje que va al alza. Asimismo, un 21,6 por ciento de los empleados de esas coopertivas son extranjeros.
Los datos sostienen que son cada vez más las personas que prefieren saltar al mundo empresarial acompañados y que se incrementan el número de los proyectos de cooperativas vinculados al sector de la economía social y solidaria, una tendencia que, aunque ha repuntado en los últimos años según el informe de Concoval, no hace sino que corroborar la tradición cooperativista de los castellonenses, en especial en el campo agroalimentario.
En Castellón hay 406 las iniciativas que tienen como principios gestores criterios sociales y solidarios, al priorizar las necesidades de las personas al lucro, de la misma forma que optan por formalizar contratos indefinidos, buscar la paridad entre varones y mujeres en las plantillas o aplicar políticas de sostenibilidad.
A la vista de los datos del informe se constata que el modelo tradicional de negocio cooperativo ha ido extendiéndose desde la agricultura, educación, vivienda o industria a nuevos tipos de emprendimiento en sectores como el de servicios en el que podemos encontrar cooperativas dedicadas a la prestación y gestión de servicios culturales, ocio y tiempo libre o desarrollo rural.
La fórmula del cooperativismo entre personas que quieren acceder al primer empleo o en el entorno rural está bien vista por las administraciones que apoyan programas emprendedores.
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