Ingenieros de caminos piden "dejar de demonizar" las obras hidráulicas un año después de la DANA

Este miércoles se cumple un año de la mayor catástrofe del siglo en España: la DANA que asoló gran parte de la provincia de València el pasado 29 de octubre de 2024. Doce meses después, distintos ámbitos profesionales reflexionan sobre qué ha cambiado y qué aspectos siguen pendientes de mejora. Desde la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil lo tienen claro: es necesario «dejar de demonizar» las obras hidráulicas y establecer un sistema de alertas tempranas ante fenómenos de este tipo.

Así lo ha expresado el presidente de la Asociación, José Trigueros, durante la jornada ‘Un año después de la DANA: ¿estamos preparados?’, organizada junto con el Instituto de la Ingeniería de España.

En el encuentro, celebrado en Madrid, ingenieros de caminos han analizado cómo respondieron las infraestructuras a las inundaciones, cómo ha sido el proceso de reconstrucción y, sobre todo, si hoy estamos mejor preparados para afrontar fenómenos meteorológicos extremos como la DANA de Valencia, en la que fallecieron 229 personas.

Más gobernanza del agua y educación ciudadana

La presidenta del Instituto de la Ingeniería de España y de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, Mª Cruz Díaz, ha sido la encargada de inaugurar la jornada, y lo ha hecho solicitando un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de la tragedia. Tras este gesto, Díaz ha destacado que ya se conoce «qué pasó» y que ahora es necesario centrarse en «qué tenemos que hacer».

Según ha explicado, la visión de los ingenieros es «puramente técnica» y debe orientarse a actuar ante la posibilidad de que un fenómeno similar vuelva a producirse. «Parece ser que se puede volver a repetir, y si ocurre, que al menos no haya muertos», ha subrayado, a la vez que ha lamentado que «lo que no es recuperable son las vidas que se pierden».

Posteriormente, el presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil, José Trigueros, ha asegurado que, a lo largo de este año, los ingenieros han aprendido mucho, aunque «todavía quedan muchas cosas por aprender».

Entre las principales lecciones que ha dejado la DANA, Trigueros ha destacado la necesidad de replantear las estrategias de planificación, el mantenimiento de las infraestructuras, la gobernanza del agua y la educación ciudadana.

En cuanto a las medidas pendientes de aplicar, ha remarcado la importancia de «dejar de demonizar las obras hidráulicas» y de establecer un sistema de alertas tempranas. «Deben realizarse simulacros en los colegios. En Japón, todos los niños saben qué hacer cuando hay un terremoto», ha apuntado.

La recuperación de la red ferroviaria

En relación con la recuperación de la movilidad en la zona afectada, una de las principales preocupaciones durante los primeros días tras la tragedia, el subdirector de Operaciones Este de ADIF, Fernando Ugena, ha recordado el momento en el que enviaron medios para reconocer el estado de las líneas: «Ahí nos dimos cuenta de la magnitud del desastre».

Ugena ha explicado que los operarios que salieron a las líneas C-1 y C-2 en dirección a Alfafar avanzaron hasta donde pudieron y llegaron a rescatar a personas que se encontraban subidas en los postes de catenaria.

Según ha relatado, lo primero que se hizo en ADIF fue paralizar el tráfico ferroviario, convocar el gabinete de crisis y delimitar la zona afectada, que abarcaba aproximadamente 127 kilómetros de plataforma ferroviaria dañada. A partir de ese momento, y dada la situación de emergencia, se procedió a realizar contrataciones de urgencia, amparadas por la Ley de Contratos del Sector Público, que permite la contratación verbal en casos de catástrofe.

La línea de alta velocidad (AVE) se restableció en 15 días, mientras que las líneas de cercanías C-1, C-2 y C-3 volvieron a estar operativas antes de Navidad.

El subdirector ha destacado que hubo una media de 400 personas trabajando cada día y ha reconocido el esfuerzo de las empresas constructoras, que «han actuado de manera impecable, poniendo todos sus recursos al servicio de la recuperación». «Es en estos momentos cuando uno se siente orgulloso de ser un empleado público», ha concluido.

Un «auténtico colapso» en las carreteras

Por su parte, la directora general de Infraestructuras Viarias de la Generalitat Valenciana, María José Martínez, ha relatado la gravedad de la situación durante los primeros días, cuando las carreteras estaban en un estado tan crítico que no podían transitar ni los transportes de emergencia ni las empresas encargadas de reponer instalaciones o agua. «Había un auténtico colapso», ha señalado.

Las inundaciones provocaron la desconexión entre la zona norte y sur de la provincia, así como el acceso al puerto. En la red de titularidad de la Generalitat Valenciana quedaron afectados 63,9 km de carreteras, de los cuales 47,3 km quedaron cortados.

Según ha indicado, la respuesta de todas las administraciones públicas fue la misma: «ponernos a trabajar ya». De hecho, el pasado 13 de agosto todas las carreteras de la Generalitat ya operaban con su capacidad y sección normal.

Sobre si estamos mejor preparados ahora, la directora general ha afirmado que «no partimos de un lienzo en blanco» y ha destacado especialmente la importancia de las obras hidráulicas, la coordinación y el refuerzo de los medios de los ayuntamientos.

La infrafinanciación en la Comunitat Valenciana

Por otro lado, el secretario técnico del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante (COIAL), José Carbonell, ha reflexionado sobre el papel de los biosistemas frente a los efectos de los desastres naturales. Carbonell ha explicado algunas de las actuaciones que hubo que abordar tras la DANA, como los riesgos biológicos, la gestión de lodos y sedimentos, el manejo de residuos y el mantenimiento de las infraestructuras rurales.

A su juicio, los ingenieros deberían realizar un «esfuerzo pedagógico» para que se comprenda mejor el alcance de su trabajo, ya que las propuestas técnicas suelen chocar con medidas más «simpáticas» o «buenistas», que resultan más fáciles de sostener ante la opinión pública.

El catedrático de la Universitat Politècnica de València (UPV), Vicent Esteban, ha expresado su «enorme reconocimiento a todo el personal técnico y a todas las personas que han estado trabajando en estos meses desde la catástrofe».

Ha señalado que «la DANA es un fenómeno recurrente» y «está ligado al cambio climático», aunque lo ocurrido en esta ocasión «ha sido el resultado de una combinación de factores». Entre ellos ha mencionado las precipitaciones, la morfología del terreno, la urbanización y la falta de actuaciones para la laminación de avenidas y la prevención de fuertes erosiones en la parte alta y media de la cuenca, así como «una inadecuada gestión de los sistemas de prevención, alarma y actuación».

Asimismo, ha considerado que la Comunitat Valenciana parte de «un mal punto de partida» debido a la infrafinanciación y la falta de inversiones.

Experiencia y enseñanzas de la DANA

Finalmente, el expresidente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, Teodoro Velázquez, ha ofrecido la conferencia ‘Inundaciones en Valencia en 2024: un riesgo previsible y una tragedia evitable’, seguida de un coloquio sobre la experiencia y las enseñanzas de la DANA. En el debate han participado Jordi Azorín, de Veolia Comunitat Valenciana; Federico Bonet, doctor e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos; Antonio Serrano, catedrático de la Universitat Politècnica de València; y José Alfonso Soria, presidente de la Comunidad de Regantes de Liria, Acequia Mislata y Tribunal, y presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana.