Pérdida de consenso y posibles presiones empujan a Navarro a dejar la presidencia de la CEV

Tras quince años al frente de la patronal valenciana, Salvador Navarro anunció este martes que no se presentará a la reelección como presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV). El anuncio marca el fin de una etapa que él mismo definió como «de unidad, transformación e independencia».

En su discurso, Navarro recordó cómo en 2017 la organización dejó de ser provincial para convertirse en la voz única del empresariado de toda la Comunitat, y defendió que la CEV «es hoy más fuerte, más cohesionada y más influyente en el debate económico y político».

Apenas minutos después de la comparecencia ante la prensa, el actual vicepresidente de la CEV y presidente de FEMEVAL, Vicente Lafuente, confirmaba mediante un comunicado que recabará los avales necesarios para presentar su candidatura a la presidencia, con el respaldo incondicional de la federación del metal.

Lafuente agradeció el gesto de Navarro y valoró su trayectoria, destacando su papel en momentos clave como la transición de la antigua Cierval a la actual CEV o el fortalecimiento de la representación autonómica. Subrayó que es momento de «dar un nuevo impulso coordinado» y aseguró que su decisión responde al deseo de «seguir avanzando en la capacidad de representación empresarial«.

De la unanimidad al ruido interno

Aunque Navarro evitó profundizar en las causas exactas de su marcha, durante la rueda de prensa posterior al anuncio reconoció que el clima interno había cambiado. «Han sido 15 años de unanimidad. Siempre hemos tenido una voz única, incluso con diferencias internas. Pero eso ahora empieza a cambiar. Ya hay una candidatura y podría haber más», explicó, en clara alusión a la ruptura del consenso que hasta ahora había caracterizado a la organización.

El hasta ahora presidente también reconoció que en los últimos días «algunos sectores han mostrado su malestar», y que esa pérdida de cohesión fue determinante para no seguir adelante.

«He intentado construir siempre desde la unidad. No quiero poner en riesgo la organización. Esta casa necesita consenso, no división», aseguró Navarro, deslizando que la candidatura de Lafuente se había gestado sin contar con él y que la aparición de posibles alternativas reflejaba una fragmentación que no quería alimentar.

Independencia frente a presiones políticas

Navarro también fue preguntado directamente por la posibilidad de presiones políticas, especialmente desde la Generalitat Valenciana. Aunque evitó señalar a nadie, sí defendió con firmeza la independencia de la CEV durante su mandato.

«Siempre hemos tratado de ser independientes, guste a quien guste», afirmó. También hizo referencia a algunas tensiones con el Consell, sobre todo tras las declaraciones del president Carlos Mazón, que llegó a bromear públicamente con su ausencia en actos institucionales recientes.

«No puedo decir que eso me haya molestado, cada uno tiene su agenda. Pero lo importante es que esta casa ha sido crítica cuando ha hecho falta, tanto en clave autonómica como nacional», insistió.

Ante la posibilidad de que su decisión esté relacionada con presiones externas o con intentos de controlar la organización desde fuera, Navarro fue tajante: «Represento con orgullo a las empresarias y empresarios de esta comunidad, y en estos años hemos demostrado que se puede defender esa voz sin depender de nadie».

De cara al futuro, Navarro defendió la continuidad de la agenda empresarial que ha abanderado durante su etapa: diálogo social, financiación autonómica justa, inversión en infraestructuras —con especial énfasis en el Corredor Mediterráneo y el Puerto de València— y la gestión del agua, especialmente en la provincia de Alicante.

«Yo ya he hecho por mi patria lo que otros aún tienen por hacer», concluyó.