España no tiene jóvenes suficientes para sustituir a un tercio de su fuerza laboral

El mercado laboral español encara un reto mayúsculo: el envejecimiento acelerado de su fuerza de trabajo. Según el último informe del Observatorio de la Formación Profesional de Caixabank Dualiza y Orkestra, un tercio de los trabajadores en activo ya supera los 50 años y, en la próxima década, deberán ser reemplazados por unos 3,5 millones de jóvenes que hoy no están disponibles en el mercado.

La brecha es evidente. El 31% de la población ocupada es mayor de 50 años, mientras que los menores de 30 apenas representan un 15%. Esta falta de relevo afecta a todos los niveles educativos y sectores productivos, desde los oficios cualificados en la industria hasta la propia Administración pública.

Déficit en todos los sectores y oficios

Todos los grupos ocupacionales de la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO) registran déficit de jóvenes. Los datos son especialmente preocupantes en el colectivo de Artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras, con una carencia de medio millón de profesionales. O en las ocupaciones elementales, donde se necesitarán 430.000 personas.

Incluso en la alta dirección la situación es crítica: por cada joven en puestos de directores y gerentes, hay once profesionales mayores de 50 años. En la Administración pública, la desproporción es aún mayor: por cada 100 jóvenes hay 690 empleados mayores de 50.

En cambio, sectores como la hostelería, la información y comunicaciones, o las actividades culturales y recreativas presentan un mayor atractivo para los jóvenes y se convierten en las únicas áreas donde la brecha generacional no alcanza el 100%.

La FP como motor del relevo generacional

El informe destaca que el envejecimiento es más acusado entre los trabajadores con bajo nivel educativo -aquellos que no cuentan con estudios superiores a la ESO-, mientras que el menor envejecimiento se observa entre quienes tienen Formación Profesional, especialmente de Grado Superior.

No obstante, los expertos subrayan que el verdadero foco debe ponerse en el Grado Medio, donde la atracción de jóvenes es menor en comparación con el Grado Superior. Además, la FP se perfila como una vía estratégica para atraer también a población extranjera y reforzar el relevo en sectores clave.

La importancia de la FP se incrementa si se tiene en cuenta que algunas actividades económicas, como las relacionadas con los cuidados y la atención a la dependencia, van a crecer de manera paralela al envejecimiento de la población.

El norte peninsular es el epicentro del envejecimiento laboral

El desajuste generacional es un fenómeno que afecta a todas las comunidades autónomas, aunque con mayor intensidad en el norte de España. Asturias lidera la tasa de envejecimiento, donde el número de trabajadores mayores triplica al de jóvenes. Castilla y León, Cantabria y Galicia se sitúan también en los niveles más altos.

El País Vasco destaca, además, por concentrar la mayor brecha entre trabajadores poco cualificados y por registrar el mayor envejecimiento entre personas con FP, sobre todo en los de Grado Medio.

Un relevo que no llega

Este diagnóstico se suma a otros análisis recientes que apuntan en la misma dirección. Recientemente en Economía 3 ya publicamos que en España se van a jubilar 5,3 millones de trabajadores en los próximos años, pero apenas 1,8 millones de jóvenes entrarán al mercado laboral.

Una diferencia abismal que, de no corregirse, amenaza con tensionar la productividad y el crecimiento económico del país. La conclusión es clara: la Formación Profesional se perfila como la mejor herramienta para facilitar el relevo generacional en el tejido productivo español. Pero no basta con impulsar el Grado Superior; será necesario reforzar la FP de Grado Medio, atraer talento extranjero y fomentar la orientación hacia sectores estratégicos.

De lo contrario, el país corre el riesgo de enfrentarse a un mercado laboral sin jóvenes suficientes para sustituir a una generación que, poco a poco, empieza a decir adiós.